IV

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27/09/19

Querido diario:

No somos una roca, no resistimos como ellas, y aunque lo intentemos nunca podremos hacerlo, siempre habrá algo que nos haga desmoronarnos, algo que... que nos toque el corazón de una manera tan profunda que nos deje sin aliento.

Ayer fue un día muy difícil, igual que muchos días últimamente.

¿Será que solo yo hago que las cosas sean de esa manera?

A veces me pregunto si existe esa remota posibilidad, de que solo yo este arruinando mi propia vida.

—Estoy lidiando con una batalla que no se si puedo ganar. — dije mientras me aferraba a su camiseta. — Yo... —la voz se me corto.

—Tranquila. —dijo el con una voz tan dulce y calmada. —Aquí voy a estar para ti siempre. —sus brazos me apretaron ligeramente más contra él. —Hay mucha gente que te ama Harmony, mucha gente que quiere ver esos ojitos, esa sonrisa y escuchar tu voz en todo momento. Así que por favor... no te hagas daño a ti misma.

Quería creerle, sinceramente quería hacerlo, pero había lago ahí que no me lo permitía, sentía tanta impotencia contra mí misma, era horrible. Todo se sentía horrible y solo quería parar.

No es como si mi vida fuera mala, no es como si me trataran mal, pero aun así...mi cabeza se sentía hecha un caos. Era como si un huracán estuviera dentro de mi cabeza, azotándolo todo a su paso.

Solo quería salir corriendo lo más lejos posible, quería huir de todo, incluso de mi misma. Quería perderme en algún lugar, porque cada día que pasaba se sentía peor.

No era solo mi cuerpo, la comida, las personas o las palabras, era todo combinado de una forma tan extraña; un enredo de emociones y pensamientos que me daban ganas de gritar dentro de mí, porque no podía con ellas.

—Me estoy comportando como una estúpida. —dije mientras me separaba un poco de él. — Hay miles de personas que están pasando por cosas peores cada segundo de su vida y yo acá llorando por cosas estúpidas como estas.

Pase la manga de mi abrigo por mis ojos para intentar limpiarme el resto de las lágrimas que había derramado, él me sujeto de la muñeca y aparto mi brazo de mi rostro.

—No hagas tus problemas de menos Harmony, todos podemos sufrir, y si quizás a otros les toco la peor parte, pero tu sufrimiento no es menos que el de ningún otro. Todos podemos sentir dolor de formas diferentes y es normal, lo que tu estas sintiendo ahora, lo que está pasando por esa cabeza tuya en este instante, tienes derecho a expresarlo, a gritarlo a los cuatro vientos si así lo deseas. Porque es válido, todo lo que tu estas sintiendo es válido, en todos los sentidos. Y no deja de ser menos importante que los demás problemas.

—Quizás para algunos esto sea una estupidez. —colocó un mecho de mi cabello detrás de mi oreja, con delicadeza, como si temiera que me fuera a romper. —Pero no lo es, el dolor de una persona no es una estupidez, por más pequeño que sea aquello que lo provoca, podemos sentirnos mal por ello si queremos hacerlo, y somos libres de hacerlo. Así que no digas esas cosas ¿Esta bien? — acerco su rostro ligeramente más al mío, y coloco una de sus manos en mi mejilla, y suavemente limpio las lágrimas que caían lentamente. — Siente libre de llorar, de decir que no, de alejarte, faltar a clases, rechazar salidas, siéntete libre de decir que no estas bien, porque es válido. Llora todo lo que necesites, grita si lo necesitas, pero no te quedes ahí; no te quedes atrapada en esos pensamientos, en esas ideas, no te cierres en ese dolor, porque mientras más lo haces, más difícil será salir de ello.

Una sensación rara recorrió todo mi cuerpo, sus ojos mostraban una sinceridad tan profunda que sentía que me desbordaba, sentía cada latido más fuerte y estaba segura de que incluso él podía oírlo.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2022 ⏰

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