VI

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07– 09– 18

Querido diario:

Mi domingo fue normal, y tranquilo, me desperté tarde por haberme desvelado anoche, hice mis deberes, y tuve un almuerzo familiar, antes de que mi hermano se tuviera que volver a ir, hasta quien sabe cuando; y luego salí a un encuentro repentino con las chicas.

En el cual sucedió lo siguiente: un gran interrogatorio para mí, y comenzó así.

A los pocos segundos de haberlas encontrado en la heladería, ya comenzó todo.

—Harmony, ¿Qué hiciste anoche? ¿Con quién estabas? No te vimos desde que te fuiste a buscar a Carol para tomarle la foto.—dijo Lorena mientras se sentaba frente a mí, con su gran tarro de helado.

—Que hice hablar, estuve con Luke y otro tipo del cual no se su nombre, y eso. —dije sin darle mucha importancia.

—¿Luke? ¿Tipo extraño? Se mas especifica y cuéntanos que paso. —dijo Lenna para luego llevarse una cucharada de helado a la boca.

Y ahí les conté todo lo que paso anoche, desde que hable con el chico extraño en la piscina, cuando me fui con Luke, y como volví a terminar con el chico extraño, y lo relaté todo con detalles.

—¿Cómo no se te ocurrió preguntarle el nombre al tipo ese? —dijo Lorena mientras entrecerraba los ojos y tomaba su helado.

—No lo sé, simplemente no sé me ocurrió, pero, lo reconocería si lo volviera a ver, por sus ojos, eran hermosos. —dije para luego llevarme una cucharada de helado a la boca.

—¿Sólo sus ojos? —dijo Lorena dándome una mirada pícara.

—No, el tipo ese, en sí lo era, era hermoso, como un dios griego, y lo digo con toda la exageración del mundo. —ellas rieron.

—No puedo creer que te haya gustado alguien, a quien no te hayas dignado a preguntarle su nombre. —dijo Morgan, negando con la cabeza.

—No me gusta, me pareció lindo, nada más, no dije que sí lo volviera a ver sería algo de el, o me iría a hablarme, vamos no exageren.

Y así siguió su interrogatorio sobre el tipo extraño, y sobre las cosas de las que hablamos con Luke.

Cuando ya estaba cayendo la noche volví a casa, arreglé la foto para Carol y la rebele, y la guardé en un folio, dentro de una carpeta la cual coloqué dentro de mi mochila, luego me fui a cenar, luego vi algunas películas, me entre a duchar y como último pero no menos importante, escribí en ti, antes de irme dormir.



Mi diario de baja autoestimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora