Acababa de discutir con Aless y cuando terminé de preguntarle qué hacía allí a aquellas horas.
-Voy a contratar a un guardaespaldas para ti.- dijo Aless.
-¿Qué?- pregunté confusa.
-Sólo es por precaución, para estar más seguros de qué no estés en peligro, si tienes un acosador.- dijo.
-Pero Aless...- empecé a decir. Aless se aproximó a mí y me abrazó.
-Por favor Andie, no quiero que te pase nada, ahora que nos hemos vuelto a encontrar.- dijo suplicando. Suspiré resignada. Sabía que él no aceptaba un no por respuesta.
-Está bien pero que nadie sepa que tengo guardaespaldas y mucho menos que lo has contratado tú.- dije.
-Hecho.- dijo sonriendo. Me besó. Se dirigió a la puerta principal.
-¿A dónde vas?- pregunté.
-Tengo que ir a casa.- dijo.
-De eso nada, tú te quedas a dormir, no pienso permitir que salgas a estas horas a la calle.- dije.
-¿Sabes que tengo guardaespaldas, no?- preguntó. Me acerqué a él y le saqué la llave del coche del bolsillo de sus jeans.
-Y sí tu guardaespaldas estuviese aquí, ¿no tendría la llave él?- pregunté.
-Me has pillado.- dijo. Dejé la llave en el mostrador de la entrada y lo arrastré de la mano hasta mi habitación.
Nos acostamos y nos dormimos al instante. A la mañana siguiente me desperté y vi que la cama estaba vacía. Había una nota de Aless en la almohada.
-Buenos días nena, no he querido despertarte antes, te he preparado el desayuno y me voy a casa a cambiarme, nos vemos en la oficina, no olvides que te quiero, besos, Aless.- escribió Aless. Puse la nota en mi pecho como si lo abrazase.
-Yo también te quiero.- dije.
Me di una ducha y me preparé para el trabajo. Desayuné y me fui a la oficina. Llegué a la entrada del edificio y la recepcionista no estaba por ningún sitio. Subí al ascensor y Aless estaba allí concentrado con su teléfono. Había más gente e hice que no le había visto, aunque por dentro me moría de ganas de besarle.
-Señorita DeLuca, ¿cuál es la agenda del día de hoy?- dijo Aless.
Saqué el Ipad de la empresa con la agenda y empecé a decir sus citas y reuniones agendadas. La gente iba saliendo hasta que nos quedamos sólos.
-Y por último...- dije. Me acerqué a él y lo besé. -Un beso de buenos días.- dije sonriendo.
Las puertas del ascensor se abrieron y nos pusimos en modo jefe-empleada. Nos dirigimos al despacho de Aless para preparar la entrevista de Bruno, cuando de repente nos encontramos a la recepcionista en ropa interior en la silla de detrás del escritorio. Me puse detrás de Aless.
-¿Llamo a seguridad?- le pregunté a Aless susurrando. Él asintió mirándome de reojo.
-¿SE PUEDE SABER QUÉ ESTÁ HACIENDO EN MI DESPACHO EN ROPA INTERIOR?- gritó Aless furioso.
Cada vez lo oía más lejos porque yo me dirigía a mi despacho. Los empleados se detuvieron enfrente del despacho de Aless.
-VOLVED AL TRABAJO, AQUÍ NO HAY NADA QUE VER.- grité seria. Entré en mi despacho y cogí el teléfono fijo. Llamé a la extensión de los guardias de seguridad del edificio. -Necesito que venga un guardia en el despacho del señor Lombardi, enseguida.- le dije a la otra línea.
Colgué antes de que contestaran y volví al despacho de Aless. Me encontré a Bruno saliendo del ascensor junto con dos guardias de seguridad. Me acerqué a Bruno cuando ellos se dirigieron al despacho.
ESTÁS LEYENDO
Luchando por amor (CORRIGIENDO)
RomanceEl destino juntó a Aless y a Andie pero también los pone a prueba en contra de su felicidad. ¿Lucharán por su amor o se rendirán?