-Capítulo 5- La agresión

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Acababa de discutir con Aless y cuando terminé de preguntarle qué hacía allí a aquellas horas.

-Voy a contratar a un guardaespaldas para ti.- dijo Aless.

-¿Qué?- pregunté confusa.

-Sólo es por precaución, para estar más seguros de qué no estés en peligro, si tienes un acosador.- dijo.

-Pero Aless...- empecé a decir. Aless se aproximó a mí y me abrazó.

-Por favor Andie, no quiero que te pase nada, ahora que nos hemos vuelto a encontrar.- dijo suplicando. Suspiré resignada. Sabía que él no aceptaba un no por respuesta.

-Está bien pero que nadie sepa que tengo guardaespaldas y mucho menos que lo has contratado tú.- dije.

-Hecho.- dijo sonriendo. Me besó. Se dirigió a la puerta principal.

-¿A dónde vas?- pregunté.

-Tengo que ir a casa.- dijo.

-De eso nada, tú te quedas a dormir, no pienso permitir que salgas a estas horas a la calle.- dije.

-¿Sabes que tengo guardaespaldas, no?- preguntó. Me acerqué a él y le saqué la llave del coche del bolsillo de sus jeans.

-Y sí tu guardaespaldas estuviese aquí, ¿no tendría la llave él?- pregunté.

-Me has pillado.- dijo. Dejé la llave en el mostrador de la entrada y lo arrastré de la mano hasta mi habitación.

Nos acostamos y nos dormimos al instante. A la mañana siguiente me desperté y vi que la cama estaba vacía. Había una nota de Aless en la almohada.

-Buenos días nena, no he querido despertarte antes, te he preparado el desayuno y me voy a casa a cambiarme, nos vemos en la oficina, no olvides que te quiero, besos, Aless.- escribió Aless. Puse la nota en mi pecho como si lo abrazase.

-Yo también te quiero.- dije.

Me di una ducha y me preparé para el trabajo. Desayuné y me fui a la oficina. Llegué a la entrada del edificio y la recepcionista no estaba por ningún sitio. Subí al ascensor y Aless estaba allí concentrado con su teléfono. Había más gente e hice que no le había visto, aunque por dentro me moría de ganas de besarle.

-Señorita DeLuca, ¿cuál es la agenda del día de hoy?- dijo Aless.

Saqué el Ipad de la empresa con la agenda y empecé a decir sus citas y reuniones agendadas. La gente iba saliendo hasta que nos quedamos sólos.

-Y por último...- dije. Me acerqué a él y lo besé. -Un beso de buenos días.- dije sonriendo.

Las puertas del ascensor se abrieron y nos pusimos en modo jefe-empleada. Nos dirigimos al despacho de Aless para preparar la entrevista de Bruno, cuando de repente nos encontramos a la recepcionista en ropa interior en la silla de detrás del escritorio. Me puse detrás de Aless.

-¿Llamo a seguridad?- le pregunté a Aless susurrando. Él asintió mirándome de reojo.

-¿SE PUEDE SABER QUÉ ESTÁ HACIENDO EN MI DESPACHO EN ROPA INTERIOR?- gritó Aless furioso.

Cada vez lo oía más lejos porque yo me dirigía a mi despacho. Los empleados se detuvieron enfrente del despacho de Aless.

-VOLVED AL TRABAJO, AQUÍ NO HAY NADA QUE VER.- grité seria. Entré en mi despacho y cogí el teléfono fijo. Llamé a la extensión de los guardias de seguridad del edificio. -Necesito que venga un guardia en el despacho del señor Lombardi, enseguida.- le dije a la otra línea.

Colgué antes de que contestaran y volví al despacho de Aless. Me encontré a Bruno saliendo del ascensor junto con dos guardias de seguridad. Me acerqué a Bruno cuando ellos se dirigieron al despacho.

Luchando por amor (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora