-Capítulo 17- De vuelta a la normalidad

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Al día siguiente de nuestra vuelta a Milán, me levanté de la cama y vi una mota de pelo. Me empezaron a caer las lágrimas. Me estaba quedando calva. Me dirigí al vestidor y empecé a sacar los pañuelos que usaba cuando íbamos a la playa. Mientras buscaba alguno que no transparentaba, lo tiraba en el suelo.

Me estaba desesperando y cuando todos los pañuelos estaban tirados en el suelo, empecé a llorar desconsoladamente. Aless se acercó a mí.

-¿Nena, qué pasa?- preguntó Aless preocupado. Me tapé la cabeza con mis manos para que no me viera el vacío en mi cabeza. Lo tenía justo en el centro de la cabeza.

-No.- dije llorando. -No quiero que me veas así.- dije sollozando.

Aless se levantó, creí que se había ido pero se puso delante de mí. Cogió mis manos de la cabeza y me las quitó. Luego me puso sus manos en mis mejillas, limpiando mis lágrimas con sus pulgares.

-Nena, no me importa que estés calva, te amo con el aspecto que tengas, nunca dejaré de amarte.- dijo Aless. Acercó sus labios a los míos y me besó. -Siempre te amaré.- dijo Aless susurrando.

-¿Lo prometes?- pregunté sollozando.

-Te lo prometí cuando nos casamos.- dijo Aless. Me reí con lágrimas en los ojos.

Cogió un pañuelo cualquiera y me lo puso en la cabeza anudándolo por detrás. Aless se levantó y me ayudó a levantarme. Nos dirigimos al jardín, por suerte hacía buen tiempo y nos sentamos en la silla del jardín.

Nos sirvieron el desayuno y Aless desayunó. Yo había perdido el apetito y sólo revolví la comida en el plato.

Ha pasado un año y medio, durante este tiempo lo pasé muy mal a causa del tratamiento contra el cáncer. Había adelgazado mucho, estaba pálida, no podía caminar y estaba totalmente calva. Dos meses antes me desmayé estando en casa junto con la familia y me llevaron al hospital, en el que estuve dos semanas. Me dieron el alta y llegó el día de volver a la oficina.

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Flashback

Me desperté en el hospital, al lado de Aless. Él estaba dando vueltas por la habitación, cuando dio media vuelta me vio y se acercó a mí.

-Nena, has despertado.- dijo Aless emocionado.

-¿Qué pasó?- pregunté confusa.

-Te desmayaste mientras cenábamos en casa.- dijo Aless.

-Pero eso es normal por la quimioterapia.- dije. Aless estaba a punto de hablar cuando entró mi oncólogo.

-Buenos días señora Lombardi, ¿cómo se encuentra?- preguntó el médico.

-Mucho mejor.- dije.

-Tengo buenas noticias.- dijo el médico sonriendo. -Estás limpia.- dijo.

-¿Cómo limpia?- pregunté confusa.

-No hay rastro de cáncer.- dijo sonriendo. Aless y yo nos miramos.

-¿Estoy curada?- pregunté confusa.

-Sí.- dijo el médico.

-¿Y el desmayo?- preguntó Aless.

-Su cuerpo ha avisado que ya está curada y que ya no necesita todos los medicamentos.- dijo el médico.

-¿Y ahora qué?- pregunté.

-Ahora, vamos a retirar poco a poco la quimioterapia pero te vas a quedar ingresada.- dijo el médico. El médico se fue.

Luchando por amor (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora