-Capítulo 18- Sorpresa milagrosa

112 9 0
                                    

Aless y yo estábamos en la cama mientras el médico estaba mirando los resultados de los análisis.

-Bueno los resultados están bien pero la hormona del HCG ha dado positivo.- dijo el médico.

-¿Qué es la hormona del HCG?- pregunté confusa.

-Es la hormona del embarazo.- contestó el médico.

-¿Embarazo?- preguntamos Aless y yo confusos.

-Pero si no he tenido ningún síntoma.- dije confusa.

-¿No ha tenido ningún mareo, náuseas, fatiga, etc?- preguntó el médico.

-No, me noto un poco hinchada pero eso me pasa cuando me tiene que llegar la menstruación.- dije.

-Esa es uno de los síntomas, ¿qué tal retiene la comida?- preguntó el médico.

-Sí.- dije extrañada.

-Puede que aún sea pronto para los síntomas.- dijo el médico. El médico sacó un bloc de notas y empezó a apuntar. -La semana que viene pasaros por mi consulta y te haremos la ecografía.- terminó de decir. Me recetó unas vitaminas para el embarazo y se fue.

Aless se acercó y puso su cara cerca del abdomen para hablar al feto. Yo me estaba quedando dormida. No eran ni las diez de la mañana y ya estaba cansada de nuevo.

-Hola bebé, has llegado en el momento más inesperado pero sabíamos que llegarías de un momento a otro, aunque haya sido un poco pronto, a partir de hoy te voy amar como amo a tu mamá…- empezó a decir Aless. Eso fue lo único que oí antes de dormirme profundamente.

A la semana siguiente, Aless y yo fuimos a la consulta del médico de la familia y me hicieron la ecografía, cómo era muy pronto me la hicieron intrav*ginal. Me dijeron que estaba embarazada de once días y por eso los síntomas aún no habían aparecido. Tuve la gran suerte de que dos días después, mi gripe estaba desapareciendo y me encontraba mejor. Los síntomas del embarazo eran muy pocos, sólo tenía hinchazón en el cuerpo y algunas pequeñas náuseas. Por el momento no se lo contamos a nadie hasta que el embarazo no sea de riesgo, seguía comiendo sano, tal como me había recomendado el oncólogo.

Dos meses después, Aless y yo organizamos una cena para anunciar a la familia el embarazo, antes de que se entere la prensa. Ya nos pasó una vez, después del accidente, empezaron a especular sobre un amante, no el médico, sino el gerente del hotel dónde trabajaba para cubrir los gastos. Esos rumores aumentaron cuándo Aless y yo estuvimos a punto de divorciarnos.

Llegó la noche, era viernes y desde que volví a Milán desde Nueva York, iniciamos una nueva tradición, una cena familiar con mis tíos, Alina y Bruno en nuestra casa pero esta vez tendría una sorpresa. El día de la consulta con el oncólogo para la revisión, Aless y yo pasamos por una tienda de bebés y compramos unos pequeños peluches con una camiseta en el que uno ponía "Hola abuelo", en los otros ponía casi lo mismo solo que cambiaba "abuelo" por abuela, tío y tía. Los pequeños peluches eran de diferentes colores (negro, blanco, color amarillo parecido al vainilla y el color marrón parecido al chocolate).

Lo envolvolvimos en pequeñas cajitas junto con accesorios de bebés. Un chupete, una sujeta chupetes, dos bodys con los colores azul y rosa, etc. Llegamos a casa,nos fuimos a la ducha para estar más cómodos en la cena. 

Después de cambiarnos de ropa, bajamos a la cocina. La ama de llaves terminó la cena. Mis tíos, Alina y Bruno llegaron minutos después. Cenamos y salimos al jardín, Aless y yo nos miramos unos instantes sonriendo.

-Tenemos algo que deciros.- dijo Aless. Ellos se miraron. En esos instantes la ama de llaves trajo las cajas y se las dio a cada uno.

-¿Qué es esto?- preguntó Bruno confuso.

Luchando por amor (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora