-EXTRA 2-

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Andie y yo llevábamos dos meses casados y han sido los mejores meses de mi vida. Seguimos siendo jefe y empleada. Me desperté junto con mi esposa en la cama, ella tenía su cabeza apoyada en mi pecho derecho.  La acosté a su lado y la empecé a dar pequeños besos en sus labios, ella sonrió sin abrir los ojos y nos besamos hasta que sonó el despertador. Me levanté para apagarlo y me levanté de la cama.

-Vamos nena, hay que ir a trabajar.- dije. Andie no se movió pero abrió los ojos. 

Me dirigí a la ducha y abrí el grifo. Me estaba duchando cuando noté unas manos en mi espalda. Di media vuelta y nos empezamos a besar bajo la ducha. Nos separamos por falta de aire y nos duchamos. Nos vestimos y desayunamos. 

-Hoy mejor irnos con dos coches, la reunión empieza en cuarenta y cinco minutos y está al otro lado de la ciudad.- dijo Andie. 

-Lo sé nena.- dije. Le di un beso en los labios. -Te amo.- dije. 

-Yo también te amo.- dijo Andie. Subimos a los coches y nos fuimos a trabajar. 

Durante el viaje, me puse a revisar el papeleo para la reunión. La reunión era para un desfile benéfico. Después de casi una hora de viaje llegamos, bajé del coche y me adentré en el restaurante para un almuerzo. Varias horas después dimos por terminada la reunión y me fui a la reunión. 

Mientras viajamos hacia el otro lado de la ciudad, me puse organizar la fiesta sorpresa de cumpleaños para Andie, ya que faltaban dos meses. Nos detuvimos en un semáforo en rojo. De repente, notamos un golpe muy fuerte en la parte de atrás del coche que nos arrastró hacia unos coches que estaban aparcados. Noté que tenía algo clavado en la espalda y lo vi todo negro. 

Me desperté en el hospital, vi que tenía todo tipo de cables por todo mi cuerpo y tenía algo en la boca. Miré por toda la habitación y vi a Andie acurrucada en una silla, durmiendo. Abrió los ojos y se levantó de golpe, se acercó a mí y me abrazó fuerte.

-Mi amor.- dijo llorando de felicidad. 

Estaba confuso, me toqué la boca donde tenía el tubo para respirar. Bajé mis manos y me toqué las piernas, no las sentía, parecía que no estaban y abrí los ojos como platos. Los médicos entraron y sacaron a Andie de la habitación. 

Empezaron a prepararse para quitarme el tubo de la boca y me lo quitaron. Empecé a toser, noté la garganta seca e irritada. Toqué mis piernas y el médico me contó lo que me había pasado. 

-Señor Lombardi, soy el doctor Rossi, sufrió un accidente de tráfico en el que se quedó atrapado entre la puerta trasera del coche y el asiento, una barra de hierro del maletero le atravesó en la columna.- dijo el médico. 

-¿Podré volver a caminar?- pregunté con la voz ronca. 

-Aún no sabemos la gravedad de la lesión de su columna, la vértebra L3 aún está dañada a causa del hierro del coche y no sabemos si su lesión es permanente o sólo temporal, le haremos más pruebas para saber que tan dañado está.- contestó el doctor. El médico se fue. 

Me empezaron a caer lágrimas en los ojos. Al cabo de unos momentos la puerta de la habitación se abrió, Andie entró con cautela y se acercó a mí. Giré la cabeza para que no me viera llorar. 

-No voy a volver a caminar.- dije llorando.

-Lo sé pero lo superaremos juntos.- dijo Andie llorando. 

-NO LO ENTIENDES, YA NO SERÁ LO MISMO.- grité furioso. 

-Mi amor, hemos pasado por mucho juntos y este lo superaremos, no pienso rendirme y no dejaré qué tú lo hagas.- dije con lágrimas en los ojos. Los dos lloramos. 

Luchando por amor (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora