Belinda
Me desperté debido a que los rayos del sol entraban por la ventana. Me levanté aturdida porque no recuerdo haberme quedado dormida, pero al ver la habitación en la que estaba una sonrisa escapó de mis labios.
La tarde de ayer fue simplemente magnífica y una de las mejores de mi vida.
Salgo de la cama y me veo en uno de sus espejos, me acomodo el pelo y la ropa y salgo de la habitación. Camino por el pasillo y cuando llego al salón veo a Eddie dormido en el sofá con una mano sobre sus ojos, evitando los rayos del sol.
Veo el reloj de pared y marca las nueve de la mañana, es muy temprano para despertarle, entonces tan solo me siento en uno de los sillones al lado de el y me pongo a leer una revista que había en la mesa de centro.
...
Veo que Eddie se mueve entonces vuelvo a mirar el reloj y esta vez marca las diez, así que creo que es momento de despertarle.
Me levanto y me pongo de rodillas a su lado, para comenzar a acariciar su pelo, provocando que poco a poco abriese sus bellos ojos. Cuando ya los tenía completamente abiertos se giró para mirarme, y nuestros rostros quedaron muy cerca:
- Buenos días Munson. - le dije y seguí acariciando su cabello, el cual parecía ser adictivo.
- Buenos días reina, esto si que es un buen despertar. - dijo y mis mejillas se tornaron a rojas. - Te sonrojaste? Wow, la chica dura de la escuela se sonrojó. - dijo y tocó la punta de mi nariz haciendo que yo sonriese.
- Vete al carajo Edward. - dije y me levanté a lo que el también se levantó y se puso a mi frente.
- Sabes que es broma princesa. - dijo y acomodó un mechón de mi pelo detrás de mi oreja. - Yo también me sonrojo a veces con cosas que me dices, no te preocupes. - dijo y en ese momento algo saltó dentro de mi.
Se separó y yo inmediatamente abracé su cuello, pero me despegué tan rápido que no pudo reaccionar:
- Tienes café? - pregunté y el asintió. - Okey, siéntate que quiero prepararlo yo con una receta que me enseñó mi abuela, puedo? - dije y el volvió a asentir con una sonrisa.
- Claro, estás en tu casa. - dijo y señaló la cocina y también se fue a sentar.
Eddie
La manera en la que me despertó... LA MANERA EN LA QUE ME DESPERTÓ! FUE TAN MÁGICO!
Tengo unas ganas de saltar por toda la casa celebrando lo tierna que es y ponerme a tocar canciones románticas recordándola a ella pero... No quiero que se entere de mis sentimientos porque siendo sincero no creo que ella se pueda enamorar de mi... ni ella ni nadie, simplemente soy un bicho raro.
Estaba sentado en la mesa del comedor con mi cabeza apoyada sobre mi mano y una sonrisa en mis labios cuando ella salió de la cocina con dos tazas de café:
- Espero te guste. - dijo y dejó la taza a mi frente a la vez que ella se sentaba y comenzaba a beber de su café. - Vamos pruébalo, te gustará. - me dijo y yo sonreí mirando la taza.
La agarré y me llevé el borde del vaso a los labios para después subirlo un poco más y dejando que el café entrase en mi boca.
Belinda
- Y?.. - dije esperando su reacción.
- Dios mío... - dijo dejando la taza en la mesa, algo que provocó una sensación de tristeza en mi ya que eso significaba que no le había gustado.
- Perdón... Si quieres puedo prepararte otro normal. - dije y me miró con los ojos abiertos como platos.
- Que? No! Claro que no! - dijo y suspiró con una sonrisa. - Belinda este es el mejor café que he tomado en mi larga vida. - dijo y yo solté una carcajada. - De verdad no puedo explicar lo sabroso que esta! - dijo y sonrió risueño.
- Gracias. - dije entre risas y el agarró de nuevo la taza para comenzar a beber.
...
Pasamos un rato más hablando pero ya era el momento de llegar a mi casa, no podía dejar sola a mi madre mucho tiempo ya que se volvería loca:
- Bueno Munson... Temo que me tengo que ir. - dije y el hizo puchero.
- Oh vamos quédate! - dijo y agarró mis manos como un niño pequeño.
- Hoy no puedo Eddie... No puedo dejar a mi madre sola. - dije y el soltó mis manos dándome la razón. - Sabes que por mi me quedaría pero no quiero molestarte más y necesito cuidar de mi madre. - dije y el asintió.
- No pasa nada linda, te entiendo. - dijo y se levantó a la misma vez que yo. - Te acompaño a la puerta. - dijo y yo sonreí agradecida.
Cuando estuvimos frente a la puerta el abrió y yo salí hasta quedarme en los escalones y mirarle:
- Todo estuvo magnífico, la tarde, la música, el desayuno... Es decir, estar contigo fue maravilloso. - dije y le sonreí tierna. - Tristemente no creo que podamos vernos más hoy porque mi madre me prohibirá salir así que... cuídate a donde sea que vayas, nos veremos el lunes en clase. - dije y le sonreí.
- Que pena... Quería ir a recogerte esta tarde para que me vieses ensayar con mi banda... - dijo y yo me encogí de hombros triste.
- Y a mi me encantaría ir pero mi madre se va a las diez a trabajar y a esa hora obviamente ya estaréis todos en vuestras casas... - dije y el asintió con obviedad. - Pero bueno, no pasa absolutamente nada, ahora empieza una nueva semana y nos podremos ver en el instituto. - dije y sonreí.
- Eso es lo más bueno de todo. - dijo y sonrió. - Oye, a partir de ahora puedo darte abrazos en vez de que choquemos las manos? Ya me parece que tenemos suficiente confianza. - dijo y rascó su nuca nervioso.
- Claro que si! Sin problema. - dije y me acerqué un poco más. - Ahora si, me voy, gracias por todo Eddie. - le dije y el abrió sus brazos, yo abracé su cuello y el mi cintura.
Al poco tiempo nos separamos y nos sonreímos:
- Gracias a ti por acompañarme, nos vemos. - dijo y me guiñó un ojo.
- Si, adiós. - dije y me fui a mi casa.
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My Hellfire ·Eddie Munson·
RomansaBelinda Fray es la nueva alumna que llega al instituto Hawkins en el 1986. Ella, como siempre, no encajará en el grupo de los "normales" . En su nuevo grupo conocerá a Eddie Munson, el chico que la volverá loca con su actitud inigualable. Lo que nad...