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Luego de ver los recuerdos de los Wei durante un buen tiempo, los jóvenes decidieron que era momento de descansar.

Todos ignoraron el echo de que Lan Wangji estaba sentado prácticamente en el regazo de Wei Wuxian. No porque quisieran, sino por la mirada de los adultos y por el echo de que Lan XiChen tampoco dijo nada al ver a su hermano.

Cangse dijo que debían comer algo y asearse luego de un rato.

MingJue mandó a los sirvientes a preparar la comida y algo de agua caliente al ya ser de noche.

La unica mujer en ese lugar, arrastró a los más jóvenes con ella. Ayudándolos a quitarse las molestas coronas, orquillas y peinetas de sus cabellos, peinandolos como si fueran niños antes de mandarlos a bañarse, preparando sus túnicas y ordenando que luego volvieran para arreglar de nuevo sus cabellos.

Huaisang se dejó cuidar con gusto, relajándose ante el trato suave.

Wangji aún se sentía aturdido y algo perdido luego de volver a ver, —después de 8 años— a su tío, independientemente de si lo hizo a través de una pantalla que refleje recuerdos. Por lo que no protestó, sintiendo las acciones relajantes para sus nervios. De todos modos, ella podría considerarse familia, aun así, la mujer no tocó su cinta.

Wei Ying, Jiang Cheng y Meng Yao ya se habían acostumbrado, siendo que solía hacer lo mismo en Muelle de Loto. Después de todo, ella les había dicho que se perdió bastantes años en el cuidado de Wei Ying, por lo que era bueno que ahora tuviera cuatro niños a su cuidado.

Incluso Yanli no había escapado de eso. Claro está, ella estaba encantada de recibir el cuidado de Cangse y de ver más relajado a su hermano.

Una vez todos estuvieron bien lavados, vestidos, peinados y listos, fueron a comer.

Los Nie se vieron abrumados por una emocionada Cangse, los Lan sólo lo aceptaron en silencio, sintiéndose como en antaño, cuando aún tenían a ese hombre entusiasta en su familia, los Jiang, Wei y Meng por su parte solo se comportaron de forma normal, acostumbrados.

Luego de comer, la mayoría fueron a sus habitaciones asignadas.

Lan Wangji se quedó pensando sentado en el techo de los cuartos de invitados, recordando su pasado con los ojos cerrados. La frialdad de la noche en Qinghe enfriando su cuerpo.

Sus emociones eran conflictivas.

Por un lado, estaba emocionado y feliz de volver a 'ver' a su tío Hong, de conocer algunas vivencias de cuando era joven y de cuando conoció a su tío QiRen, pero por otro lado, también le dolía y hacia que en su pecho se formase un nudo doloroso.

Ciertamente fue una presencia imprescindible en su juventud, le enseñó muchas cosas y le ayudó a no sentirse tan presionado a causa de las reglas de su Secta, pero con su ausencia, todo el peso le cayó como un cubetaso de agua helada.

Le costó años el dejar de ir a buscarlo en los aposentos de su tío QiRen, incluso ahora a veces solía ir sin estar muy consciente; cuando sentía que la reglas lo asfixiaban, cuando la duda lo embargaba. Cuando las ganas de gritar eran demasiado fuertes.

Era difícil aceptar que se había ido.

Escucho movimiento a su lado, y cuando volteó a ver de quien se trataba, se encontró con una mirada plateada y viva.

Wei Wuxian lo miraba cauteloso, caminando con cuidado hasta quedar enfrente suyo, Lan Wangji solo lo miró en silencio, tratando de encerrar el malestar que sentía.

— ¿Estás bien, Lan Zhan? — claramente, falló.

No respondió la pregunta, solo desvío la mirada y lo ignoró.

— ... ¿Es por...? Ejem... Nunca pensé que el Maestro Lan QiRen hubiese estado casado — exclamó, sentándose a su lado.

Guardó silencio después de eso, como si no tuviera idea de como seguir.

— Lucía como un buen hombre. — mencionó — a mis padres les gustaba mucho.

— Era el mejor... — comentó el Lan.

— Mm... Crío a Lan Zhan, es obvio que seria el mejor — declaró con una sonrisa. — me hubiera gustado conocerlo. Se que nos abríamos llevado bien. ¿Sabes? Cuando llegamos Jiang Cheng y yo, Huaisang nos contó de lo sosa que era la comida de Gusu Lan y la idea de traficar especias también  pasó por mi cabeza...

Lan Wangji solo se quedó mirándolo hablar, aunque no lo dijera, él también sentía que si Wei Ying y Jin GuangHong se abrían conocido —ya cuando el Wei fuera mayor—, habrían desarrollado una amistad increíble, o en cualquier caso sería uno de sus sobrinos favoritos, por supuesto, Su hermano y él estaban en una categoría diferente, pues el hombre mientras estaba en vida siempre decía que eran sus hijos, él los crió.

"Me importa un pan duro si a esos viejos idiotas les molesta que sea cercano con mis hijos" — un escalofrío recorrió su cuerpo.

Fue una de las pocas veces en las que vio enojado al hombre y fue una de las muchas en las que él aseguró que eran sus hijos, no sólo sus sobrinos políticos.

Su hermano le contó que su tío Hong lo cuidó en todos los sentidos cuando era bebé, vestimenta, alimentación, cuidados. Raras eran las veces en las que se separaba de él.

Incluso recuerda que el hombre en cuestión bromeó con el advirtiéndole que le contaría a su futura pareja como eran sus nalgas de bebé. Lo gorditas y blancas que eran.

— Lan Zhan me está ignorando otra vez — dio un pequeño salto en su lugar del susto cuando se encontró con el rostro del Wei a escasos centímetros del suyo.

Su ceño estaba ligeramente fruncido, y había un pequeño puchero formado en sus labios. Tuvo que tragar saliva, sintiéndose repentinamente nervioso.

Más que nada porque sus ojos se desviaban del camino.

— Lan Zhan, ya no es divertido — señaló, picando su mejilla.

El Lan sentía sus orejas calientes.

Reprimió una maldición antes de apartar el rostro del contacto de las manos del otro.

No le disgustaba y eso lo hacía sentir peor. Por alguna razón, el Wei siempre llamaba su atención, pero tenía miedo y a la vez ansías.

No sabía cómo sobre llevar la situación y temía arruinarlo todo, tampoco tenia con quien hablar esto, ni sabia como podría siquiera intentar sacar a colación el tema.

— Iré a dormir. — declaró. Haciendo amago de pararse.

Wei Ying resopló.

— Aún no son las nueve, Lan Zhan, quédate un poco más, ¿si? — las manos del Wei se posaron en sus hombros, haciendo presión hacia abajo para no dejarlo levantarse.

Forcejearon un poco, antes de terminar resbalando del techo con Wei Ying a cuestas, si bien sus reflejos hicieron que lograra estabilizarse, Wei Ying cayó como un saco de rábanos encima suyo.

Fue doloroso.

— Lo siento — declaró después de unos segundos, Wei Ying lucía avergonzado, su cuerpo prácticamente tendido sobre el suyo.

La tentación de empujarlo era muy fuerte, y lo quiso hacer, más cuando tocó el pecho del otro mientras circulaba su energía interna para curar las dolencias en su cuerpo, sintió algo raro en el cuerpo del otro.

Su inexpresividad se fracturó cuando, al guiar su propia energía, no sintió nada en el cuerpo del hombre encima suyo.

— Wei Ying... — llamó casi sin aliento.

•••
Tarde, muy tarde, peeero la universidad es un parásito que no me deja vivir bien, pronto tendré vacaciones y prometo actualizar más rápido.

En todo caso, Lan Wangji hizo que su energía espiritual fluyera por el cuerpo de Wei Ying de forma accidental... Y pues, eso.

Esta corto, lo sé. Pero lo tenía tanto tiempo en borradores que me dije que mejor es esto que nada.

¡Ya no más! [ Mo Dao Zu Shi ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora