¡Ya no más! [ Mo Dao Zu Shi ]

Capítulo 01:

En una tarde lluviosa, una pareja se encontraba caminando débilmente por las calles desérticas de Yiling.

Las gotas frías de agua caían sin piedad sobre la ropa rota, limpiando casualmente los rastros de suciedad y sangre. La respiración de ambos era agitada, la palidez en el rostro de la mujer era alarmante, la herida chorreante de sangre lo era aún más. El hombre que atajaba el cuerpo de la doncella, ayudándola a caminar con mayor facilidad, aunque se notaba no estaba en mejores condiciones.

- A-Ze... ¿Crees que A-Ying este bien? Nos fuimos durante mucho tiempo... Mi bebé debe sentirse solo - comentó suavemente la mujer, su expresión estaba llena de determinación.

- Debe estarlo, le pagamos bien al posadero para que lo cuidara - habló el hombre.

- ¿No crees que deberíamos tomar un baño antes de verlo? Se preocupará si nos ve así - declaró.

Su pequeño bebé era un niño muy bueno, no quería darle un susto luego de dejarlo durante una semana entera. Lo echaba de menos, quería estrechar su pequeño y suave cuerpo entre sus brazos y luego dormir un buen rato.

- Tienes razón... Ah, también necesitamos medicina. - comentó - tu herida tardará un tiempo en sanar pero estará bien mientras la tratemos correctamente.

- Lo sé - sonrió - en estos momentos solo quiero abrazar a mi hijo e irme a dormir, estoy muy cansada... No quiero pensar en quien fue el bastardo que casi nos mata... Luego nos las cobraremos. - gruñó, haciendo una mueca.

- Mm... - asintió.

La pareja caminó un tiempo antes de llegar a una posada. No pudieron evitar fruncir el ceño luego de ver a su alrededor con más claridad.

Guardaron silencio parados debajo de la lluvia, la inquietud comenzando a atacar sus corazón. Estaban seguros de que aquí estaba la posada en la que habían dejado a su hijo, lo recordaban claramente por lo que era imposible que se estuvieran equivocando.

Entonces. ¿Por qué la posada recientemente abierta lucía tan... Diferente ahora?

Cangse Sanren estuvo apunto de tomar la iniciativa para preguntar, cuando un anciano salió con una escoba en la mano de la posada, viéndolos con sorpresa al encontrarlos parados debajo de la lluvia

- ¿Son refugiados? Rápido, entren y sequen sus cuerpos - exclamó luego de ver sus estados.

La pareja no dijo nada y obedeció. El hombre mayor gritó, llamando la atención de una joven. Esta traía en sus manos algunas toallas, cuando los vió, se sobresaltó.

- ¿Refugiados? - preguntó. Apresurandose a ofrecerles dos de las toallas y llevando el resto dentro de una habitación cercana.

El anciano los guío hacia una habitación en la posada para que se cambiarán con túnicas nuevas y secas, la joven trayendo algunas hierbas medicinales y vendas para detener el sangrado.

- ¿Jóvenes, su casa fue destruida en la lucha entre el clan Wen y los de la campaña SunShot? - preguntó el anciano, trayendo agua tibia con miel.

- ¿Clan Wen? - preguntó ChangZe.

- ¿Campaña SunShot? - preguntó Cangse.

El anciano vio al par con rareza. Sin embargo, ignoró ese hecho y comenzó a contarles.

Wei ChangZe y CangSe SanRen apretaron la mandíbula mientras más escuchaban. Al final, ambos comprendieron muchas cosas. Entre ellas, que se suponía ellos murieron hace más de 10 años atrás, su hijo fue adoptado por Jiang Fengmian, se convirtió en discípulo principal, la quema de Lotus Pier y que actualmente su paradero era desconocido. De paso, escucharon unos cuantos rumores de la boca del hombre mayor.

Cangse se burló mentalmente cuando escuchó sobre el hecho de que Wei Ying era producto de una infidelidad a su marido. Nunca le gustó Fengmian, así que ¿Por qué engañaría a su esposo con él? Desde su punto de vista, lo único bueno en él era que era hijo del antiguo Líder de Secta Jiang y que era guapo.

Para ella, Jiang Fengmian era... Muy blando. Y con eso de que permitió que esos rumores escalaran no estaba feliz. Pero no podía recriminarle nada a alguien muerto, de todas formas, cuidó de su hijo así que estaba agradecida con él en ese sentido. Con Yu Ziyuan no quería perder tiempo pensando en ella.

Estaba molesta porque conociendo el carácter de esa arpía, su hijo no la habrá tenido fácil.

Cuando viera a su hijo lo recompensaría con todo lo que no pudo darle en los años que no estuvo a su lado.

Guardaron silencio un rato, el anciano viéndolos con interés.

- Agradecemos la información, señor. - exclamó CangSe. Por alguna razón, el posadero sintió un escalofrío al verla tan calmada.

La mujer sacó dos taels y se los entregó. Satisfecho luego de contar las noticias de los sucesos recientes y de obtener buen dinero, se fue dejándolos solos.

- Tenemos que buscar a nuestro hijo - declaró Cangse.

ChangZe asintió.

De todos modos, ambos estaban sorprendidos.

¿Tanto tiempo había pasado? ¿De tanto se habían perdido? ¿Que clase de cosas tuvo que soportar su pequeño bebé luego de que desaparecieron?

Cangse quería llorar. Era una pésima madre. ChangZe por su parte, en silencio se encargó de curar a su esposa, aunque no lo pareciera, su remordimiento era enorme.

No debieron dejar a su A-Ying solo.

- Primero tienes que curarte, luego iremos a buscar a A-Ying. A-Ren, no te preocupes. Desde que estamos aquí, no permitiremos que A-Ying sufra pesares, somos sus padres por lo que nos toca cuidarlo ahora. - murmuró.

- ¿Que pasa con Wanyin y Yanli? - preguntó, acomodandose en los brazos cálidos de su esposo.

- Sus padres cuidaron de A-Ying mientras no estábamos - Cangse resopló - ahora nos toca ayudarlos a ellos.

- Ugh... - asintió refunfuñando. - Bien, son niños, Wanyin debe sentirse perdido ahora que sus padres no están, según lo que recuerdo ¿Yu Ziyuan comprometió a Yanli con el hijo de Yuan Yunxi? Seguro debe estar o en Torre Koi o en Meishan Yu ¿Deberíamos buscarla? Si está en Jinlintai me temo que el bastardo de GuangShan quiera aprovecharse de ella. - comenzó a murmurar un sin fin de cosas.

ChangZe la escuchó hablar en silencio, asintiendo de vez en cuando.

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Capítulos cortos. Porque sí. Cómo este es el más largo decidí publicarlo primero. Además, tengo la necesidad de escribir sobre un Wei Ying siendo mimado y protegido por sus padres.