ACUERDOS

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RECUERDOS ROBADOS

CAPÍTULO 12

ACUERDOS

—No lo quiero— Contestó Makoto después de que Darien intentara entregarle el sobre con yenes que le había mandado Andrew.

—Es tuyo, para que compres los que necesites o lo que se te antoje para ti y tu bebé— Le respondió Darien.

—En ese caso quédeselo usted, príncipe En ... —Makoto hizo una pausa. Aún no se acostumbraba a llamar a cada uno por su nombre actual, aunque trataba—Perdón, quiero decir, en ese caso quédenselo tú y Rei. Aquí como y me dan techo gratis, así que yo creo que es justo que tengan un pago y...

—¡Nada de eso! — La interrumpió Rei— Las amigas estamos para apoyarnos, y en todo caso yo agradezco tu compañía en estas semanas y la deliciosa comida que me preparas a cambio de nada.

—Entonces regresale su dinero a... —Por más que Makoto se esforzaba en no olvidar el nombre de su prometido, siempre se iba de su memoria—Regresale el dinero.

—¡Pero es tuyo!

—No voy a aceptar nada suyo — Dijo Makoto— No tiene obligación de darme dinero.

—Eres la madre de su hijo—Dijo Rei— Acéptalo por el bebé.

Makoto se incomodó ante las palabras de Rei, pues aún no le había dicho a nadie que tenía sus dudas respecto a la paternidad de su hijo. Por las quince semanas de embarazo que tenía, sabía que ese hijo fue concebido alrededor de cinco semanas antes de que despertara sin memoria, cuando aún por su voluntad estaba comprometida con Andrew; aunque también tenía presente aquella conversación entre Neflyte y Jaedite en la que escuchó decir al primero que no tenía certeza de sí era él el padre del bebé; por lo que Makoto concluyó que seguramente se acostaba con Neflyte estando comprometida con Andrew.

— Iré a la cocina a ayudar a Keiko con la comida— Dijo Makoto para evitar que Rei la siguiera cuestionando.

—¿Qué pasa con Andrew? — Le preguntó Rei desconcertada a Darien cuando Makoto los dejó a solas— Makoto está esperando un hijo suyo. ¿Y una vez que aparece se distancia de ella y se limita a mandarle dinero solamente?

—Está dolido, mi amor— Respondió Darien— No es fácil asimilar que la mujer que ama y con la que estuvo a punto de casarse no corresponde a sus sentimientos y que además llora por otro.

—Aunque no estén juntos no pueden estar toda la vida así— Comentó Rei— ¿Qué es lo que pretenderán hacer cuando el bebé nazca? ¿Hablar a través de un intermediario para no verse la cara?

—Traté de hablar con él de eso y se molestó.

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—Señorita Kino, no se moleste. Cocinar para la familia Chiba y sus huéspedes es mi trabajo— Dijo la cocinera cuando Makoto se ofreció a ayudarle a cortar las verduras.

—No es molestia, Keiko—Respondió Makoto— Cocinar me ayuda a sentirme mejor.

—Como usted guste.

Mientras cortaban las verduras, Makoto y la cocinera del matrimonio Chiba estuvieron hablando sobre el tan esperado nacimiento de la pequeña Hanabi, quien en una semana aproximadamente debía estar por nacer, cuando de pronto, la conversación dio un giro.

—¿Y usted ya sabe si su bebé será niño o niña?

—Aún no lo sé. En una semana tengo cita con mi amiga Ami y quizá tendré esa respuesta.

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