EPÍLOGO

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Cuando Andrew corrió de regreso al lugar donde Neflyte tenía prisionera a Makoto, Darien, imponiéndose como el regente del planeta Tierra, rápidamente dispuso que quienes lo acompañarían dentro serían sólo cuatro personas a las que él designó por considerar convenientes: Ami, por ser médico; Serena, por ser la portadora del cristal de plata que podía ser utilizado de manera curativa; Seiya, que se empeñó en no dejar sola a su bombón; y a Hotaru por ser la senshi de la muerte.

Al llegar dentro, en fracción de segundos vieron a Makoto electrocutando sin piedad a Neflyte, después a este ser reducido a cenizas, y a Andrew perdiendo la consciencia, y a Makoto gritando desesperada mientras intentaba hacerle RCP.

Darien y Ami como médicos, y Serena como portadora de un Cristal curativo, de inmediato corrieron hacia Andrew, mientras que Hotaru se acercó a Makoto tratando de darle consuelo, pero ver a la senshi de la muerte alteró los nervios de Makoto, hasta que escuchó a Darien decir que Andrew seguía con vida.

De inmediato, Darien se comunicó con el resto del equipo para informarles lo sucedido, y después, Andrew fue teletransportado fuera a Tokio para posteriormente ser llevado al hospital donde tanto él como Darien trabajaban, y enseguida lo pasaron a urgencia, lugar al que solamente Darien tuvo acceso.

—Ten fé en que estará bien— Susurró Rei sentada a su lado.

Sin embargo, Makoto no le respondió nada. Había dejado de llorar, pero parecía ida con sus pensamientos enfocados en los recuerdos robados que habían regresado a su memoria: El día que conoció a Andrew hace casi trece años, su reencuentro hace casi cuatro, la primera vez haciendo el amor, el día que le pidió ser su novia, su primera discusión de novios, la primera reconciliación, la propuesta de matrimonio.

—¿Ya hablaste con los padres de Andrew? — Preguntó Serena.

Makoto levantó la mirada encontrándose con los ojos azules de Serena. ¿Cómo decirle a sus suegros que la vida de su hijo peligraba?, sin embargo, antes de que pudiera responder, Darien llegó a la sala de espera, y por su rostro, parecía no tener buenas noticias.

—¿Cómo está Andrew?

—Sobrevivirá, aunque necesitará cuidados.

Makoto esbozó una sonrisa y se llevó las manos al pecho, mientras una vez más las lágrimas comenzaban a fluir, pero esta vez de alegría.

—¡Yo lo cuidaré hasta que se recupere!

—Mako, hay algo importante que debes de saber— Dijo Darien.

—¿Qué?

—Si, sobrevivirá, pero...

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Tan pronto como Andrew salió del quirófano, fue trasladado a una de las lujosas habitaciones del hospital a donde Makoto acudió en cuanto le autorizaron estar a su lado.

Al abrir la puerta y ver su rostro y pecho cubierto de vendas casi en su totalidad, Makoto a punto estuvo de romper a llorar, pero inhaló y exhaló para tranquilizarse. Debía ser fuerte emocionalmente para ser su apoyo así como él lo había sido cuando huyó de Neflyte y a pesar de la duda sobre la paternidad de Sayuri; así que puso la mejor de sus sonrisas y se sentó en la silla que estaba al lado de la cama.

—Mi amor— Susurró cariñosamente mientras acariciaba su rubia cabellera.

—¿Dónde está Sayuri? — Escuchó de pronto la voz de él. No esperaba que despertara tan pronto.

—¡Despertaste! — Exclamó emocionada

—¿Está bien mi hija?

—Está con Minako y Rei— Respondió Makoto

RECUERDOS ROBADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora