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Si queréis leer el capítulo con la música puesta, recomiendo ponerla al terminar el segundo párrafo, espero que disfrutéis 😊

Un coche avanzaba a toda velocidad por una de las solitarias carreteras de la frontera de Francia. Llevaba la música a todo volumen, y los dos pasajeros cantaban a todo pulmón las canciones de la radio que más disfrutaban.

El olor de colonia de marca invadía todo el vehículo, el cual era de procedencia italiana, evidentemente. Habían parado en cuatro tiendas de autoservicio y habían robado perfume y ropa de un camión de mercancías. Cosas que solo unos saben.

La canción Still standing, de Elton Jonh, comenzó a sonar por la radio, y ambos jóvenes se miraron una vez más con complicidad, antes de que el menor de ambos comenzara a cantar la letra en ingles, con un acento italiano imposible de disimular.

You could never know what it's like, your blood like winter freezes just like ice, and there's a cold lonely light that shines from you. You'll wind up like the wreck you hide behind that mask you use.

And did you think this fool could never win? Well look at me, I'm coming back again. I got a taste of love in a simple way, and if you need to know while I'm still standing you just fade away — le siguió ahora el rubio mayor, sujetando con firmeza el volante. Llevaba unos guantes de cuero negro, sin dedos, cómo solía hacer antiguamente. Estaba claro que algunas costumbres no se perdían con el tiempo.

Ambos comenzaron a cantar el estribillo a la vez, mientras uno movía la cabeza al ritmo de la música y el otro hacia una perfomace de sus pasos de baile, aun sentado en el asiento del copiloto —. Don't you know I'm still standing better than I ever did. Looking like a true survivor, feeling like a little kid. I'm still standing after all this time, Picking up the pieces of my life without you on my mind.

I'm still standing, yeah, yeah, yeah~

I'm still standing, yeah, yeah, yeah~

Toni rió, mirando al chico de reojo bajo sus gafas de sol oscuras. Éste seguía cantando, ahora en solitario, la canción que mejor describía su situación.

Sabía perfectamente a donde estaba conduciendo, y lo que le vendría encima tan pronto cómo pisara la frontera. Sin embargo, ese tipo de momentos le encantaban, cuando podía cantar sin preocuparse por el volumen de su voz o por no poder pronunciar bien todas las palabras inglesas.

Recordó a su hermano, con quien solía hacer eso desde pequeño, preguntándose qué habría sido de su vida desde la última vez que puso un pie en Londres. Tampoco pudo pensar mucho en eso, pues el entusiasmo de Crish por la siguiente canción que estaba sonando era algo imposible de ignorar.

Rió otra vez, agitando sus hombros para recolocarse el abrigo que llevaba, y sin apartar la vista de la carretera le siguió el juego al otro rubio, quien estaba a punto de sacar medio cuerpo por la ventana mientras gritaba a todo pulmón.

Hierba Mala Nunca Muere  •  Tonway Donde viven las historias. Descúbrelo ahora