07

612 112 22
                                    

Un coche negro con los vidrios tintados se encontraba aparcado frente a la comisaría. Dentro del coche, Gambino meditaba qué hacer mientras se fumaba un cigarro. A su lado, Crish daba ideas -cada una más estúpida y alocada que la anterior- para tratar de ayudar a su amigo con la follada mental que tenía.

— Mira, lo que vamos a hacer es lo siguiente — volvió a hablar el ahora peliazul, moviendo las manos durante su explicación —. Vamos a poner la canción Without Me de fondo, y que se escuche por toda la comisaría. Entonces tú entras por la puerta, abriendolas de par en par, bailando. Y también haciendo playback, evidentemente. Guess who's back~ Back again~ Toni's back~ Tell a friend~

Dijo, moviendo los hombros al ritmo de la canción. Toni solo río, dirigiendo su vista a la puerta del edificio.

— O también podríamos poner la de: «mira lo que se avecina a la vuelta de la esquina...» — el siguió el juego el rubio

— ¡Exacto!

— Pero si realmente queremos lograr una entrada espectacular tenemos que descolgarnos del techo.

— Así es, y con una metralleta en las manos, disparando a todos.

— ¡Pero eso no es lo que queremos conseguir! — chilló, volviendo a meterse el cigarro en la boca.

Dirigió una última mirada a la puerta, antes de sonreír.

— Ya sé lo que vamos a hacer... No es la gran cosa, pero Conway va a creer que no se tomó las pastillas esta mañana.

Sacó su teléfono, marcando el número que ya se sabía de memoria. Esperó varios tonos, hasta que una voz grave contesto.

— ¿Quién es?

— ¿Conway? — dijo con una voz aguda y rasposa.

— ¿Sí?

— Que te jodan — colgó. Crish aguantaba una risa nerviosa, algo descolocado por lo que acababa de pasar. Gambino le hizo un gesto para que se esperar, volviendo a marcar el número de nuevo.

¿Sí? — esta vez sonó más enfadado, justo lo que Toni quería.

— ¡No llames más! ¡No llames más! — gritó con la misma voz que antes, haciendo que el menor se tapara los oídos.

Dentro de la comisaría Jack estaba que no sabía si tirarse por la ventana o no ¿Ese era Toni? ¿Por qué cojones le llamaba de repente después de pasar meses, y encima para hacer esa broma de mierda? ¿Y si no era Toni? En ese caso se aseguraría de matar al hijo de puta que estuviera haciendo eso.

¿Qué cojones...? Me estoy volviendo loco...

Al otro lado de la línea, tanto Toni como Crish hacían todo lo posible para aguantarse la risa, cosa que cada vez era menor eficaz.

— ¡Has despertado a mi niño! ¿Te parece bonito eso?

— ¡Mamma! ¿Quién está llamando a estas horas? — el menor también se le unió al juego, ahora ya sin poder aguantarse le risa.

Me cago en la puta... — los sonidos de sorpresa del azabache eran música para los oídos de los italianos —. ¿Toni? ¿Eres tú? No me jodas ahora, hijo de puta.

— Búscame, Conway. Estoy cerca, Conway — dijo, aún con la misma molesta voz.

— Tómate las pastillas, Conway. Te va a dar alzheimer si no.

— Crish, para. Qué se nos va a liar al final — susurró, tapando el teléfono para que Conway no escuchara eso. Aún así le hizo gracia.

Mucho antes de lo esperado la puerta de comisaría se abrió, dejando paso a un Conway de expresión indescifrable.

Hierba Mala Nunca Muere  •  Tonway Donde viven las historias. Descúbrelo ahora