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— Ah, joder~ Me encanta ésto — Cristopher Colombo, más conocido como «Crish», yacía tumbado en un colchón en el suelo, sin camiseta ni zapatos. Entre sus dedos, un cigarro encendido, el cual no parecía muy legal.

Colombo es una mafia italiana que solía obrar en Estados Unidos - de ahí el nombre inglés del chiquillo -, antes de que la mayor parte de ésta se fuera a la mierda al ser pillados por los agentes. Por suerte, la familia del fundador y el actual capo se encontraban en Italia, más seguros que en las calles de Nueva York.

Crish era el supuesto heredero del puesto de capo, es decir, el del jefe, al ser él el único hijo de su padre. Sin embargo, Crish no estaba para nada interesado en heredar ese puesto, ni mucho menos de formar parte de la mafia.

Llámenlo idiota, pero él quería ser policía. Así es, siempre le encantó la profesión, y ahora que ya tenía sus veinte cumplidos, no iba a desperdiciar la oportunidad.

Evidentemente, su padre no estaba de acuerdo con esa decisión, y sumándole ese enfadado a los ya habituales maltratos que solían recibir el menor y su madre, llevó al rubio a huir de su casa por unas semanas, cosa que ya se repitió varias veces y que a sus padres no les preocupa.

La única diferencia es que esta vez se topó con Toni, el ángel resucitado de los muertos. Se creía que toda la mafia Gambino había caído en Londres, pues la noticia se extendió hasta Italia, pero parece ser que no. El tío estaba fumando junto a aquel edificio abandonado frente al mar, y verlo ahí era como estar en un sueño.

El hombre le ofreció quedarse en la casa de la cual se había adueñado, y aunque dormir en un colchón en el polvoriento suelo no era la mejor del mundo, Cristopher había pasado cosas peores.

Así que ahora se encontraba en ese mismo colchón, drogándose con lo mejor de lo mejor, cosas que solo Toni podía encontrar y conseguir.

Hablando de Toni, éste se apoyó en al marco de la puerta, cruzando los brazos y sonriendo de lado. Miró al chico frente a él con algo de gracia, recordándole a lo que alguna vez fue.

— ¿Qué clase de policía vas a ser si te la pasas drogándote? — preguntó con algo de gracia, antes de agacharse a recoger la ropa tirada en el suelo.

Crish se recargó sobre sus codos para verle, antes de extenderle una mano pidiéndole una camiseta. Ésta termino estampandose contra su cara, pero no le importó mucho.

— Para tu información, cuanto mayor es el rango y más alto el puesto, más se drogan y más corruptos son. Así funciona la sociedad. A demás, hasta que huyamos de Italia a Londres...

— No le digas huir, mejor llamalo... Mudanza — lo interrumpió el mayor. Estaba harto de esa palabra, siempre huyendo de un lado a otro. Quería dejar de sentirse atado y cobarde por un rato, así que cambiaron la palabra «huir» por otra que no sonará tan mal en los labios de Gambino.

— Sería mudanza si tuviéramos algo que llevar. A lo que iba diciendo, que para ser policía tenemos que ir a Londres, y hasta llegar allí pasarán unos meses, porque tú no puedes conducir — señaló la pierna del rubio mayor, la cual estaba escayolada —. Así que tengo tiempo de sobra para poder drogarme.

— ¿En tu casa no te enseñaron a respetar a tus mayores? — preguntó Toni en un tono bromista.

— Lo intentaron, pero les salió el tiro por la culata — rió.

— ¿Y si en vez de no hacer nada me ayudas a limpiar y a conseguir dinero? No podrás seguir drogándote si te quedas sin blanca. Y cómo bien has dicho, yo tengo una pierna mal. Así qué~ — hizo ojos de cachorrito abandonado, a lo cual Crish no pudo resistirse, y chasqueando la lengua se puso en pie, agarrando una escoba y comenzando a limpiar el lugar.

— Buen chico~ — Toni le dió unas palmaditas en la cabeza, cómo si de un perro se tratase.

— Que te jodan~ — respondió de igual manera el rubio menor, sonriéndole de forma falsa.

¿Cómo definirían su relación? ¿Padre e hijo? ¿Hermanos? ¿Mejores amigos? No sabrían decirlo con certeza, pero sí sabían que se habían cogido demasiado cariño. Y aunque eso en un futuro podría ser un problema, preferían vivir el momento, tomándose el tan merecido descanso que tanto necesitaban.

Aunque unos descansaban y otros no, pues durante la siguiente hora Toni estuvo observando como el menor limpiaba la habitación, prácticamente mofándose de él.

Una vez todo estuvo limpio y ordenado, Gambino se puso en pie, dirigiéndose a la salida.

— Voy a salir, ya sabes dónde buscarme.

— ¿Otra vez allí? — cuestionó Crish, apoyando una de sus manos en su cadera y mirándolo con curiosidad.

— Sí, sabes que me encantan ese tipo de sitios.

— Okay, tú verás lo que haces.

— ¡Arrivederci!

Minutos más tarde se encontraba frente a una pequeña ermita de madera, la cual era blanca con una cruz sobre la entrada.

Entró al lugar, encontrándolo completamente vacío. Caminó hasta el primer banco, sentándose con cuidado y dejando en el suelo la muleta que usaba para salir a la calle.

— Hola, chicos ¿Qué tal estáis? — susurró, envolviendo entre sus manos la cruz que llevaba al cuello —. Espero que bien, que estéis descansando en el cielo y todo eso. Aunque no sé si habréis ido al cielo, porque Igor es un poco guarra, y tú chino también — río. Eso es lo que hacía siempre, reír por no llorar.

» Os hecho mucho de menos, chicos. Nada salió como estaba planeado, y quizás podríamos haber muerto todos, pero no ha sido posible.

Ahora que me encuentro de nuevo en mi querida Italia, he recordado todo lo que el Padre me enseñó de pequeño, como mi sueño siempre fue ser Padre yo también, y servir al señor. Estando aquí me he dado cuenta, de que si no he muerto, es porque el señor no quiere que lo haga. Él quiere que siga vivo, para así poder tratar de arreglar las cosas.

Quiero arreglar todos mis errores. Quiero volver a ver a mi hermano, quiero pedirle perdón a Conway de nuevo, quiero decirle adiós a Gordon y darle las gracias por enseñarme tanto, y por último, quiero haceros un funeral en condiciones.

Una vez haya hecho todo eso, y me haya despedido de vosotros como se debe, entonces me daré el privilegio de morir, y unirme a vosotros en el descanso eterno.

Aunque para eso primero tendré que ayudar a Crish a cumplir su sueño de ser policía, así que probablemente se lo encasquetaré a Conway y a chuparla. A ese viejo le vendrá bien algo por lo que vivir.

Me estoy liando con una cosa y otra, pero es que realmente hay mucho que quiero contaros. Supongo que eso será para la próxima. Ahora que lo pienso, si voy a Londres quizás me maten o me encierren. Bueno, cualquier de las dos terminará con yo siendo un cadáver, así que da igual. Morir es mi destino, no pasa nada, ya lo he aceptado.

Ahora sí, que descanséis en paz. Trataré de no venir a molestaros tan seguido, capullos, que vosotros también tenéis vuestras cosas allá arriba.

Adiós chicos, hasta otra. Un abrazo mexicano de mi parte. Os quiero «

Una vez terminó de hablar, se puso en pie, agarrando su muleta y saliendo a paso lento del lugar.

Nada más poner un pie en el exterior, una suave y calidad brisa lo envolvió, como si de un abrazo se tratara. Sonrió al pensar que quizás su familia le hablaba desde el más allá, y eso le alegró el día.

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[Hay una teoría que dice que a Toni le educó el Padre de la iglesia a la que iba, y que después lo obligaron a ser mafioso por ser él el hijo mayor]

Hierba Mala Nunca Muere  •  Tonway Donde viven las historias. Descúbrelo ahora