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Capitulo 26: Última oportunidad.

Todo su cuerpo ardía, jadea suspirando, intenta calmar su agitada respiración, se remueve en la cama y se sienta, sus piernas flaquean, su interior aún se siente muy cálido y doloroso, revisa por encima su cuerpo, con algo de dudas se levanta con lentitud, siente algo escurrir por sus delgados muslos, era algo de sangre y líquido preseminal, busca con la mirada algo para limpiarse, extiende su mano hacia la mesita de noche que está al lado de la gran cama, allí encuentra unos pañuelos y limpia con sumo cuidado su intimidad, toma sus bóxers y se los pone con calma, procede a hacer lo mismo con sus pantalones y se pone su polera, toma sus zapatillas y camina hacia el baño, baja la perilla pero la puerta no abre, suspira nuevamente y da pequeños golpecitos con su dedo índice.

¿Slender? — Pregunta preocupado, se queda en silencio varios minutos esperando una respuesta, pero, no la recibe — Abre la puerta, hablemos.

—... Vete... — Musita a lo bajo el mayor, Jeff apoya su cabeza en la puerta, tratando de escuchar mejor lo que dice Slenderman.

No me iré, déjame entrar... Abre la puerta — Insiste subiendo y bajando el pomo de la puerta.

Que te vayas... — Dice en un tono alto.

Slender... Por favor, no me pasó nada grave... — Aclara tratando de calmarlo un poco.

—...¿Nada grave?... — Pregunta con ironía — Yo... Te lo dije... Te lo advertí muchas veces... No quiero hacerte daño... Pero... No escuchaste... Ahora vete, quiero estar solo... — Jeff baja la mirada, con lentitud, suelta el pomo de la puerta y se aleja.

[...]

Splendorman decide guardar completo silencio ante la actitud lejana de su hermano, ¿Que había pasado?, Bueno, cuando la noche finalmente cayó, este decidió ir a la oficina de Slenderman, para su sorpresa, él ya estaba ahí, pero, no como siempre, actuaba de manera extraña, normalmente, el hubiera estado sentado en unos de los sillones que están en la oficina, esperándolo para charlar, siempre con un papel en mano y una taza café servida para ambos, pero, esta vez, Slenderman estaba sentando frente a su escritorio, hundido en su silla de cuero, dándole la espalda y mirando por el gran ventanal. Splendorman estaba sentado en uno de los sillones que acostumbraba usar, frente a ellos había una mesita de centro, ahí había un papel, el colorido hombre lo toma y lo lee con atención, era una carta, algo desalineada y escueta, pero él logra entender al punto que quiere llegar Slenderman; De vez en cuando, voltea a mirarlo, está completamente inmóvil, sin ganas.
No era la primera vez que veía a su hermano actuar de esa manera, era la segunda; La primera vez, fue hace ya varios años, jugando con Sally se había emocionado tanto, que no controló su fuerza, no solo paso a llevar a la pequeña, destruyó varios muebles a su paso junto con el preciado oso de peluche de la castaña, Splendorman recuerda bien, que ella en un acto de desesperación, llora y grita que Slenderman ya no era su padre, sino, un monstruo. Le costó meses reponerse de aquel accidente, todos los días permaneció en su oficina, de esa misma manera, hundido en su silla lamentándose en silencio, no fue hasta que por fin pudo reparar el oso de peluche, que Sally le volvió a hablar, ahora ella tiene una cicatriz en su brazo izquierdo, aquel accidente, jamás se volvió a mencionar, pero, Splendorman no tuvo en cuenta que algo así podría suceder nuevamente.

Así que... Zalgo eh... — Habla por fin Splendorman, rompiendo aquel incómodo silencio.

—...Mm... — Eso fue lo único que dijo el contrario.

Splendorman suspira levantándose de su asiento, se dirige al escritorio con un poco de timidez y se apoya en el, mirando hacia el ventanal, tratando de pensar, que es lo que ocupa la mente de su hermano.

Dęfëčtøs♡ //Jeff x Slenderman //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora