Obligaciones de princesa 02

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OBLIGACIONES DE PRINCESA

Capítulo 2


Años atrás, un soldado de clase baja llamado Bardok, robó una vieja nave personal del imperio saiyajin, en la que envió a su hijo menor, Kakaroto, a un planeta muy lejano, temiendo que su raza pudiese estar en grave peligro. De esa manera, procuraba al menos, preservar la vida de uno de sus vástagos, ya que su primogénito no se encontraba en el planeta y, por lo tanto, no tenía control sobre su destino en ese momento.

Pasaron los días, los años, y el presentimiento del guerrero jamás se cumplió, llegando a sentirse estúpido por haber actuado de manera tan imprudente, movido por el miedo que les llegó a infundir el poderoso Freezer, emperador de una parte de la galaxia en ese entonces.

Influenciado por el espíritu noble de su mujer, y extrañamente contrario a lo que dictaban las normas de su raza, el guerrero no logró olvidar al hijo que había dejado a su suerte. El que se suponía debería saber todo lo referente a su cultura, gracias a la información que la nave llevaba programada para instruir al menor. Lo que incrementaba las probabilidades, de que el joven guerrero estuviese esperando a que fueran por él, ya que la nave no contaba con energía de reserva para un viaje de regreso.

Decidido a despojarse de esa duda que le atormentaba, fue que ideó una estrategia para recuperar a Kakaroto; subiendo de jerarquía y ganando influencias para escalar de puesto. Lo cual fue logrando paulatinamente, hasta colarse en el grupo selecto que rodeaba al rey. Misión casi irrealizable para los guerreros de clase baja, a excepción de él. Cuya inteligencia y perseverancia le sirvieron como ventaja, hasta el punto de ganarse la confianza de sus superiores y, por ende, también la del rey Vegeta y su primogénito.

Años de esfuerzo y estrategias rindieron fruto, cuando en un viaje donde custodiaban valores del emperador Freezer, detectaron ondas de radio provenientes de un planeta supuestamente inhabitado. Fue entonces que Bardok logró convencer a su príncipe, recibiendo un permiso especial para realizar una investigación. Lo que el príncipe Vegeta desconocía, era que todo fue planeado por el astuto soldado, desde el instante en que se enteró que viajarían hacia ese preciso cuadrante, cerca del planeta Tierra. Planeta cuyos registros fueron cambiados tiempo atrás, en una ocasión en la que Bardok logró tener acceso a los archivos interplanetarios, temiendo que pudiese despertar la curiosidad del emperador, o que decidiera hacerlo volar, tal y como acostumbraba con aquellas civilizaciones que consideraba inservibles.

Gracias a esa acción, el planeta azul permaneció casi invisible. Como un simple pedazo de tierra con agua salada flotando en el espacio, sin nada más que aportar.

Grande fue su sorpresa, al descubrir que su vástago no solo había sobrevivido, sino que también tenía una mujer y hasta un hijo híbrido perfectamente sano. Algo sumamente extraño, pues en ningún apareamiento con cualquier otra raza, se había logrado el producto; apareamientos obviamente no consensuados por la mayoría de las hembras, realizados en medio de invasiones o, producto de actos sexuales en los burdeles de poca reputación. Claro está, que esas acciones indignas, eran propias de los soldados de clase baja, puesto que el orgullo exacerbado de los guerreros de élite, les impedía dejar descendencia con cualquiera. Y Milk, la mujer de Kakaroto, no era cualquier hembra, ya que tenía como padre al rey de una montaña, la montaña Flypan, que, aunque no poseía un gran territorio, no dejaba de tener sangre real en cierto modo.

Desafortunadamente, Kakaroto no recordaba nada de su vida previo a su llegada a la Tierra, debido a un golpe recibido al poco tiempo de arribar. No tenía idea del destino de la nave, ni de lo que encontró en la misma, aquel anciano que lo adoptó como nieto.

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