Obligaciones de princesa 07

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OBLIGACIONES DE PRINCESA

De Siddharta Creed

... ... ... ... ... ... ...

Capítulo 7

«Pronto estaremos juntos».

«No descansaré hasta verte libre».

Las palabras de Gohan solo sirvieron para incrementar la ansiedad en la joven híbrida. Temía que la amenaza del príncipe se volviese realidad en cualquier momento.

«Pan... ¿se ha vuelto a aprovechar de ti?», le preguntó a sabiendas de que la reina se encontraba presente, teniendo como respuesta una negativa por parte de su hija.

"No te creo, pero entiendo que ni siquiera desees recordarlo».

Pan se negaba a tocar ese tema tan personal y humillante, mucho menos delante de alguien tan ajeno a ella, como la reina y Yassai. Además, revelar lo sucedido no cambiaría nada, al contrario, les traería más sufrimiento a sus padres y hasta podría desencadenar una tragedia para su familia.

Suspiró con la vista perdida en el plato de bocadillos, como si fuese la cosa más interesante que ver durante la reunión con su abuela Milk.

—Siempre lo supe, jamás te negarían hablar con tus padres. Si Gohan quisiera, podría ser el director... o jefe de la academia de investigación bio...

—¡Abuela! No sigas, por favor —suplicó Pan.

La terrícola mayor le dio un pequeño sorbo a su té y continuó sonriendo: —Si el príncipe quisiera, ya lo hubiese ejecutado —tapó su boca en un gesto juguetón—. Ya... no hablaré más del tema. ¿Qué dices, me acompañas al complejo comercial?

—Está bien, vamos —respondió absteniéndose de blanquear los ojos, pareciéndole buena idea salir a distraerse. Cualquier cosa le venía mejor, que continuar recibiendo regaños por su intento fallido de suicidio, o seguir escuchando absurdos halagos hacía el príncipe.

Cerró el libro que no pudo leer desde el instante que su abuela se presentó en la biblioteca, luego se puso de pie mirando a Yassai. Ya se estaba acostumbrado a la presencia de la saiyajin, de hecho, no le incomodaba su presencia, aunque no lograba confiar del todo en ella. De cualquier manera la invitó, sorprendiéndose de su disposición para realizar actividades tan mundanas para su noble cuna.

Al poco rato, se encontraron caminando dentro del enorme domo que cobijaba el complejo de comercios más importante del planeta, justo a las afueras de la capital principal.

Milk lideraba con orgullo el paseo, entrando con la barbilla en alto a cada exclusiva tienda que le apetecía visitar, presentando a su nieta como la futura reina, avergonzándola hasta el punto de hacerla retroceder, negándose a continuar con el recorrido. Por fortuna para Milk, Yassai intervino a favor de la híbrida, convenciendo a la mayor, de respetar la privacidad de la joven.

—Pan, no permitiré desaires de tu parte. Aceptarás las cosas lindas que pienso comprarte con mis ahorros —sentenció Milk, mintiendo en lo último. Conocía bien a su nieta, por eso estaba segura de que se negaría a aceptar la tarjeta chip que el príncipe le había proporcionado, con el fin de abastecerla de todo aquello que necesitaba. Quería que su princesa luciera apropiadamente, y por eso le había encomendado esa misión a la mujer de Kakaroto.

La terrícola no tardó en planear toda una historia para convencer a su nieta de salir a merodear tiendas, incluso llevaba consigo un listado de diversos artículos que consideraba le hacían falta a la joven, a pesar de contar con distintos atuendos, que para el gusto de Milk, no eran suficientes, especialmente, de uso personal.

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