¡Conquistando al Primate más fuerte!

Capítulo 03: ¿Que tipo de amor?

Gen estaba cerca de dormirse mientras abrazaba a Senku, no era muy común en el dejarse abrazar por la noche por lo que estaba muy feliz, hasta que escuchó unos pasos apresurados al observatorio.

– ¡Me rechazaron de nuevo!

El bicolor se levanto adormillado mientras el peli verde se quejaba al ver como Ryusui volvía a invadir el espacio personal de su novio.

– Intenté razonar con el pero se fue sin que pudiera explicarle.

– Ryusui-chan no deberías decir cosas como esas tan a la ligera – le respondió tomándose un momento para pensar en una solución – ¿Que tal si le haces un regalo? Sería una buena forma de disculparte con el.

El rubio lo miró con esperanza en sus ojos pensando en que eso podría servir.

– ¡Eso es! Le mandaré a construir un gimnasio, el más caro de todos. Con la última tecnología de Sai y-

– No, ¡Eso no es a lo que me refiero! – el mago lo miró con enfado pensando en que no había entendido nada – Tsukasa-chan no quiere nada material o presuntuoso ¡Quiere algo que venga de ti! si haces eso el seguirá creyendo que eres un niño rico y mimado.

Eso dejó al joven Nanami confundido, nunca había pensado que un regalo de esa magnitud podría ofender a alguien.

– ¿Puedes irte a pensar a otro lado? Tengo que levantarme temprano para trabajar.

Luego de las quejas de Senku, Ryusui se retiró con una idea de que podría darle a su querido Tsukasa.

~~~~~~~~~~~~~

– Hermano, ¿Porque te ocultas tras ese árbol?

– No me oculto, tú ve a comer, te esperaré aquí.

Mirai asintió y dejó a su hermano, quien se comportaba extraño, mientras se iba a desayunar con Suika.

Luego de lo que pasó el día anterior se sentía muy avergonzado, habia dejado que sus malas experiencias hablaran por el y terminó comparando a Ryusui con personas despreciables.

No quiso ser tan brusco, a pesar de que sus palabras no fueran del todo mentira, pero no sabía cómo disculparse con el.

Mientras pensaba en eso paso por detrás de la cocina y escuchó la voz de dos personas, entre ellas estaba el que no salía de su mente.

– Señor tiene unas ojeras muy grandes, ¿Ha estado durmiendo lo necesario? Debe cuidar mejor de su salud.

– Claro que lo hago, sólo estoy muy ocupado, eso es todo.

La conversación entre ambos parecía normal pero como François tomaba el rostro de Ryusui con cariño y preocupación hizo que se sintiera confundido.

Pensó que era sólo un sirviente y aunque el no conocía de eso sabía que los sirvientes no eran tan cercanos a sus amos.

– ¿Qué es François de Ryusui?

El castaño asintió mientras su amiga periodista trataba de recordar lo más que podía.

– Bueno, sólo se que es su mayordomo desde antes de la petrificacion, además siempre esta cerca de el y lo conoce mejor que nadie.

Sus palabras no deberían haberlo molestado pero lo hicieron.

Si el rubio ya tenía alguien a su lado ¿Porque insistía tanto en ir trás de el?