Capítulo 29

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Y así fue, Angeal, Cloud y yo fuimos a la cafetería a por un café para cada uno y nos sentamos en una de las tantísimas mesas vacías. Apenas eran las siete de la tarde y para mí había sido una eternidad, solo esperaba que Tseng no me pusiera a hacer inventario nunca más.

—Entonces, lo del Mako —me interesé, realmente no sabía para qué lo usaban fuera de la función de crear electricidad con él.

—Cuando ingresan a SOLDADO los jóvenes tienen que ser sumergidos en él durante unos veinte minutos, esto para hacerlos más fuertes y además, de manera colateral, obtener los ojos Mako —se señaló las pupilas, las cuales eran azules con un leve resplandor verde. —Después de ser sumergidos también se les inyecta una sustancia que potencia sus habilidades físicas —hice una mueca al oír eso, no era muy fan de las agujas.

—¿Y no hay ningún riesgo? —Alcé una ceja, tomando un sorbo de mi café.

—Algunos no lo logran, es obvio. Pese a que les entrenamos para que su cuerpo aguante, muchas veces su mente no lo hace y se quiebra, volviéndose en muchos casos adictos al Mako o incluso desarrollando algún problema mental —un suspiro de sorpresa dejó mis labios, eso de ser adicto al Mako no sonaba nada bien.

—Y aún sabiendo eso, ¿quieres ser SOLDADO, Cloud? —El rubio asintió efusivamente con la cabeza.

—Quiero ser el mejor, tal y como Sephiroth —lo dijo de una forma realmente aduladora, con verdadera admiración hacia el general.

—Sephiroth es un capullo —escupí, sin tener muy en cuenta que me hallaba con Angeal, uno de sus amigos íntimos.

Tras escuchar aquello el primera clase me miró con la ceja alzada, sabía que acababa de ganarme un pase directo a una conversación muy seria con él.

—¿Qué dices? ¡Si es un héroe! —Defendió el rubio, cual fanático loco.

—Es cierto que lo es, pero créeme, tu no le conoces —zanjé. —Volviendo al tema, ¿qué se siente que te sumerjan en Mako?

—¿Estás pensando en unirte a nuestras filas, Gissey? —Negué con la cabeza.

—Mera curiosidad —me encogí de hombros.

—Es una sensación extraña, al principio sientes que te vas a ahogar, te agobias... y luego llega la calma —explicó, con la mirada en el pasado. —La peor parte es cuando te sacan del tanque, en mi caso me sentí muy mareado, extraño. Como si mi cuerpo no fuera mío, el cambio es drástico.

—¡Y luego te sientes eufórico! —La atronadora voz de Zack resonó por toda la cafetería, no pude evitar girarme para verle.

El sudor perlaba su frente, pero venía hacia nosotros con una gran sonrisa de oreja a oreja, con los ojos brillando de felicidad.

—Muy bonito lo de dejarme solo, Angeal. Pienso hacer que Lazard te amoneste por ello —señaló a su mentor con falso enfado, pero su voz sonaba un poco acusadora.

—Tenía asuntos que atender —explicó con gran temple y serenidad, ignorando la "amenaza" de su pupilo y continuando con su café negro.

—Ya lo veo, tomar café —comentó, yendo a por un té helado y sentándose después a mi lado. —¡Anda, si está aquí mi chico de campo favorito! —Exclamó al ver a Cloud sentado a su lado, pasando su brazo por su cuello y revolviendo su pelo.

—Zack por favor —susurró el rubio, notablemente avergonzado, haciéndome reír.

—Haríais buena pareja —los tres hombres allí presentes me miraron con los ojos como platos, haciendo que riera aún más.

Fate's Written {Zack Fair}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora