Capítulo 45

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Narrador Omnisciente's POV:

Todo fue un caos en Shinra a partir de aquel momento, Zack intentó abalanzarse hacia los captores de Giselle, pero ellos, aprovechando que el primera clase estaba debilitado, le propinaron un fuerte golpe en la cabeza que le dejó inconsciente en pocos segundos.

Poco a poco, y con ayuda de bombas de humo, los soldados de Wutai lograron salir de las instalaciones con Gissey, subiendo a un camión que desapareció rápidamente entre el denso tráfico de la ciudad.

Media hora después, cuando el edificio ya estaba libre de humo, Tseng llegó al despacho de Lazard. Quería confiar en que su hija lo había logrado, en que había conseguido ayudar sin salir herida… cuan ingrata para él fue la imagen que recibió al llegar al despacho del rubio.

Lazard ya estaba moviéndose para cuando él entró, gruñendo y soltando improperios. Por otro lado, Zack todavía estaba tendido en el suelo, el sangrado en su pierna había cesado, pero el moreno seguía inconsciente.

Tseng escaneó la sala una y otra vez, pero su hija no estaba allí, y tampoco había rastro alguno de ella o siquiera alguna mísera pista que seguir. No había nada.

Con nada más que rabia corriendo por sus venas, el Turco se aproximó a Lazard, y este le miró con sorpresa y culpa grabada en los ojos.

—¿Qué ha pasado? ¿Dónde está? —Su calmado tono de voz asustaría hasta al más grande y terrible monstruo.

—Se entregó a cambio de que me dejaran ir, tanto a ella misma como a los documentos que pedían —pese a que estaba aún en proceso de despertarse, Lazard tenía nítidos recuerdos de los acontecimientos.

Aunque era un hombre calmado, frío y calculador, Tseng no pudo contener el impulso de darle un puñetazo a la mesa que tenía frente a él a causa de la rabia. Tendría que haber ido tras ella y no permitirle llegar hasta ese maldito despacho.

—¿Qué hay de él? —Preguntó, señalando a Zack con la barbilla, con las lágrimas llenando sus ojos. Él era un hombre fuerte, no lloraría frente a nadie de la compañía.

Lazard se encogió de hombros, no pudiendo explicar por qué el moreno estaba ahí en aquel estado. A fin de cuentas, él ya estaba inconsciente para cuando Zack llegó a la sala.

—No tengo ni idea, supongo que llegó después de que me dejasen inconsciente —explicó —, lo siento.

—Entiendo, avisaré para que alguien venga por él —pronunció, sacando su teléfono —. Iré a verle cuando despierte, que se me avise cuando eso pase, dudo mucho que pueda andar —ordenó.

Tras la llamada, Tseng se marchó sin decir nada más. Se sentía culpable, sentía que había fallado como padre al no haber protegido a su hija. Había confiado en ella, pensó que lo lograría, pero solo lo consiguió a medias. En parte se sentía orgulloso de Giselle porque había salvado a Lazard, pero ese orgullo no le quitaba el dolor que sentía, ni siquiera un poco.

Se encerró en su despacho poco después, llamando a Elena y Cissnei para que comenzaran una exhaustiva partida de búsqueda, y también ordenando que Reno y Rude fueran enviados de inmediato a Midgar para colaborar en la búsqueda.

Reno quedó devastado ante la noticia, su mejor amiga secuestrada… era un golpe incluso más duro que el que había recibido por parte de la chica al enterarse de su noviazgo con Sephiroth. Juró que la encontraría y que se volvería cercano a ella de nuevo, aún si eso significaba verla feliz en brazos de alguien que no fuera él.

Zack fue trasladado a la enfermería por unos pocos paramédicos minutos después de la llamada del jefe de los Turcos, su herida fue tratada con rapidez y media hora después el joven despertó entre gruñidos.

Fate's Written {Zack Fair}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora