Capítulo 23

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No sabía qué responderle, no podía contarle nada, y en el caso de poder, no sabía ni por dónde empezar, habían demasiadas cosas que contar, me había guardado muchas cosas para mí, cosas que se habían transformado en una gran bola de problemas y secretos.

Justo cuando iba a hablar, Rude tocó la puerta, así que fui a abrirle y se acercó hasta Reno, cargándolo como si fuera un saco de patatas.

Nos dirigimos hacia la enfermería y revisaron la pierna del perlirrojo. La fractura del tobillo había empeorado debido al golpe, además de que se había abierto una herida en la zona.

Torcí el gesto, mirando con pena a Reno, debido a que él no era un SOLDADO su recuperación estaba siendo más lenta que la de Zack.

Después de que le atendieran, Rude volvió a dejar a Reno en su habitación, y yo me quedé con él. Decidimos tumbarnos en su cama, él con la cabeza en mis piernas y yo sentada, con la espalda apoyada en el cabezal.

Me encantaba enredar mis dedos en su cabello, y parecía que a Reno seguía gustándole también. Como no había pasado una buena noche, poco a poco el sueño comenzó a asolarme, y sin importar la posición en la que estaba, caí en un profundo sueño.

Desperté horas más tarde, tumbada por completo en la cama de mi pelirrojo amigo, quién estaba en el sofá sentado, mirándome sonriente.

—¿Una mala noche? —Asentí mientras me incorporaba.

—¿Qué hora es? —No veía el reloj de la mesita de noche debido a que no tenía puestas mis gafas.

—No queda mucho para la comida, pero sí lo suficiente para hablar —sentenció al tiempo que palmeaba el espacio junto a él.

Suspiré, no tenía escapatoria alguna, Rude no aparecería de nuevo para salvarme el pellejo. Tras ponerme las gafas, me levanté y fui junto a Reno, quién atrapó mi mano entre las suyas y me miró fijamente a los ojos.

—Sé que he estado ausente desde lo del accidente, y te pido disculpas por ello —bajé la mirada, él negó.

—Sephiroth —ese nombre me puso la piel de gallina. —Me interesa él.

¿Qué le diría? No iba a contarle lo del ataque de ansiedad a él, ni loca.

—Estaba en el helipuerto cuando os trajeron, pero se marchó antes de que llegarais —respondí. —Yo estaba con Lazard y Rufus, se ve que Tseng les dijo que soy su hija. Sephiroth se arrimó y al verme preocupada intentó reconfortarme —esperaba que aquella mentira colara.

—¿Por qué me mientes? —Podía jurar que se me heló la sangre.

—No te estoy mintiendo, él estuvo allí y se marchó antes de que llegara el helicóptero —insistí.

Reno soltó un suspiro pesado, aceptando por fin mis palabras.

—Deja de relacionarte con él, ya te dije que no te conviene —aconsejó levantándose. —Vamos a comer.

—No voy a ser tan maleducada como para no devolver el saludo —repliqué.

—Haz lo que quieras —resopló.

Salimos de la habitación y nos reunimos con los Turcos en el ascensor, bajando a comer todos juntos. La verdad era que ya me sentía un poco más animada, el problema de Sephiroth seguía estando, le había mentido a Reno, pero aún a pesar de eso, me sentía un poco mejor.

Al pasar junto a su mesa, saludé al trío de los primera clase, parecía que Sephiroth al fin se había decidido a comer con los suyos, me resultó muy extraña su ausencia en el desayuno.

Fate's Written {Zack Fair}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora