CAPÍTULO 6: EL MIEDO LLEGA A UNDERWOODS*

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Esa misma tarde todos nos encontrábamos reunidos en el patio trasero del internado. Los más mayores, sentados en grupo, discutían y fumaban (aunque eso estaba prohibido). Mientras, los más pequeños (incluyéndome a mi) nos encontramos de pie junto a las escaleras de emergencia.

Pero todos hablábamos de lo mismo, de aquel disparo.

-¿Y si estuviese pasando otra vez? ¿Y si estuviesen asesinando a los artificiales? Ya sabéis que hay humanos que hacen esas cosas.

Preguntó Alex, un rojo de mi misma edad o así. La verdad es que nunca había visto a ese chico hasta ese momento. En Underwoods había muchísimos verdes y rojos debido a que ser un rojo o un verde no era nada fácil, y aquellos que no estaban físicamente preparados para ello eran también enviados aquí. Ellos eran considerados como defectuosos y la sociedad los tachaba como inútiles.

-Los humanos están locos. Unos nos crean y otros nos asesinan. ¿Acaso a nadie se le ha ocurrido dejarnos en paz? -Dijo mi querido amigo Rodrick.

Mientras hablaba intenté desplazarme hacia la izquierda, no quería ni acercarme a ese chico. Tenía la sensación de que estallaría a la más mínima.

-Pero vamos a ver, ¿quién os dice a vosotros que hayan matado a un artificial? Por lo que sabemos podrían haber sido cazadores furtivos. No sería la primera vez que los rojos arrestasen a alguno en el bosque.

Menos mal que Carol estaba allí para controlar todos aquellos comentarios. Y creo que era por ello por lo que me encantaba Carol, era la voz de la razón.

-También podrían haber matado a algún humano.

Alex soltó aquel comentario mientras que Christine puso los ojos en blanco.

-Si claro, como si eso fuese posible. Ya de paso han ido solo a disparar al cielo y luego se han largado. Asesinar a un humano tiene muchísimas más consecuencias que asesinar a un artificial, y no creo que a nadie se le ocurriese ni pensarlo.

Su sarcasmo era exquisito. Tengo que decir que yo en ocasiones podía llegar a considerarme como una persona pesimista, pero al lado de Christine mi pesimismo no tenía ni color.

-Y esa es otra, ¿de dónde han sacado el arma? Hoy en día es muy difícil conseguirlas -todos me miraron al decir aquello. ¡No me miréis así! Si ya lo sabéis, las armas solo están permitidas para el uso de los humanos. Un artificial nunca podría conseguir una por su cuenta.

-Esto podría ser una táctica del gobierno. Si unos echamos la culpa a los otros podríamos provocar una gran guerra civil y matarían así a los artificiales.

-¡Alex! En primer lugar, eso suena ridículo, ¿por qué querría una guerra civil el gobierno? Y en segundo lugar, ¡deja de inventarte conspiraciones ridículas!

Carol se estaba poniendo de los nervios y lo entendía perfectamente. Todos aquellos artificiales estaban asustados pero en vez de intentar tranquilizarse y pensar con claridad, habían empezado a crear sus propias teorías al respecto.

Por suerte o por desgracia apareció Cassandra y otro hombre vestido de negro. Los fumadores inmediatamente escondieron o apagaron sus cigarros mientras Cassandra les dirigió una de ésas miradas de "que sea la última vez que os veo fumando señoritos"
-¡Atención todos, os quiero en cinco minutos en vuestras habitaciones! ¡Y nada de correr! A partir de este momento queda prohibido la entrada al bosque.

Ya se estaba empezando a hacer de noche, pero aun así seguíamos todos bastante inquietos. Ni Cassandra ni aquel tipo que le acompañaba (cuyo nombre no recordaba) habían querido darnos más detalles sobre el disparo.

ArtificialesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora