Artificiales

CAPÍTULO 12: NUESTRO PEQUEÑO MILAGRO*

-¿Está muerto? -preguntó de nuevo Alex mirando con detalle a aquel niño que parecía seguir atrapado en un profundo sueño.

Apenas eran las nueve de la mañana cuando un numeroso grupo de artificiales se reunieron en torno al cuerpo inconsciente de aquel niño al que habían apodado coloquialmente como el niño blanco.

-No, no está muerto -respondió Salem, aquella chica azul que conocí el día en el que Rose regreso a Underwoods-. Solo está inconsciente.

-Pero tiene el pelo blanco, no es ni humano ni artificial.

Christine también estaba entre aquel grupo, cuya tarea era específicamente sujetarle la cabeza al niño mientras Salem comprobaba su pulso y su estado general.

-Gracias por aclarárnoslo Carol.

La verdad es que hacía mucho que no hablaba con Christine ya que ella se había mantenido ocupada estos días y no habíamos tenido mucho tiempo para poder hablar.

-Está muy débil, hay que llevarlo a la enfermería inmediatamente. Rodrick, ¿te encargas? -al ser el más corpulento y fuerte del grupo, Carol pensó que él sería la persona indicada.

Salem arqueó las cejas de tal forma que a Rodrick no le quedó otro remedio que seguir sus indicaciones. Se sacó las manos de sus bolsillos del pantalón y se acercó para poder sujetar a aquel niño blanco.

Al principio no lo pude ver bien, pero una vez que Rodrick lo levantó pude contemplarlo perfectamente.

Tenía la piel blanca con alguna pequeña mancha de un color grisáceo. Era muy delgado, de estatura media con un aspecto casi esquelético para su edad. Me fije en que vestía unos ropajes deshilachados y arrugados de colores oscuros.

Seguí a la muchedumbre hasta la enfermería donde nos impidieron el paso. Debido al bajo presupuesto que el gobierno ofrecía a Underwoods, la enfermería no contaba con enfermera así que alguien tendría que quedarse a vigilar al niño blanco.

Él no despertaría hasta dos días más tarde pero mientras tanto Cassandra se encargó de establecer los horarios de vigilancia que seguiríamos estrictamente. Los días pasaron hasta que el niño blanco volvió en sí.

En aquel momento yo estaba leyendo tranquilamente en mi cuarto cuando Lilly apareció repentinamente por la puerta.

-¡Kaya! ¡Que se está despertando! ¡Que el niño blanco se está despertando! No se lo he dicho a nadie, pero necesito que vengas Kaya.

Alarmada me calcé rápidamente y nos dirigimos enseguida a enfermería donde aquel niño ya se había empezado a despertar.

Pero antes de poder recobrarse completamente se agarró con fuerza a uno de los lados de la vieja camilla en la que se encontraba y tosió un par de veces.

Sus ojos. Sus ojos eran grisáceos oscuros.

En aquel momento contemplé como los brillantes ojos de Lilly color esmeralda se encontraron con sus ojos grisáceos ahumados.

-Hola niño blanco -dijo contenta a la par que nerviosa Lilly.

-Hola niña verde -respondió mientras se apoyó sobre la almohada que le ofrecí. Se miró las manos como si nunca antes se las hubiese visto. Observó después sus pies y movió sus dedos. Si, estaba vivo cosa que parecía extrañarle y sorprenderle al mismo tiempo.
¿Por qué me has llamado niño blanco?

En aquel momento de desconcierto Lilly y yo nos miramos como diciendo "¿Es que no lo sabe?"
El pobre chico estaba más confuso que nosotras y no me extrañaba.