Finalmente decidimos regresar al internado, estaba oscureciendo y si no nos dábamos prisa, Ian no podría reconocer el camino que nos había llevado hasta allí.
Recuerdo que ya comenzaba a hacer frío y que el viento agitaba los árboles con fuerza.
Carol y Rodrick ya habían vuelto y eso me alivió ligeramente. Pero no podía dejar de pensar en Lilly. Esa noche, desde mi ventana, probé algo nuevo.
Algo que no había probado nunca, pero realmente empezaba a estar desesperada.
Cerré los ojos y comencé a recitar aquellas palabras que prácticamente había aprendido a lo largo de los años.
Y sí, me refiero a rezar. Los Meyer lo hacían constantemente. Cuando se despertaban, rezaban; cuando comían, rezaban; e incluso cuando se iban a dormir, rezaban. Era de locos, pero así creían estar bajo la protección de su dios, quien aparentemente escuchaba sus suplicas.
No tenía nada que perder.
Miré al cielo y como no sabía cómo acabar con ello, pensé para mis adentros: "si de verdad estas ahí, por favor protege a Lilly"
Cerré los ojos y tumbada en la cama esperé a que llegase un nuevo día.
A la mañana siguiente me despertó el ruido de varios vehículos. A ese sonido se le sumó el ruido del alboroto procedente del pasillo, todos querían bajar para averiguar qué es lo que estaba ocurriendo.
Me acerqué a la ventana para ver de qué se trataba.
Eran los rojos, por fin habían llegado a Underwoods. Esto significaba que habían encontrado a Lilly. O no, quizás sólo habían llegado para disculparse por no haberla encontrado. O peor, que la habían encontrado y que le había ocurrido algo horrible.
Fuese lo que fuese, tenía que averiguarlo.
Me vestí a toda prisa y me uní al alboroto que los artificiales estaban formando en el pasillo. Todo el mundo estaba gritando cosas como "Rose ha vuelto" o "Rose ha regresado a Underwoods".
Y por supuesto yo no tenía ni idea de quien era Rose.
Desventajas de ser una novata en el Internado.
Por algún motivo en Underwoods había un código no escrito por el cual todos se conocían, pero no hablaban entre ellos. En ese sentido me recordaban a mi familia, bueno aunque ahora debían de ser mi ex-familia. No creía que después de haberme marchado me hubieran reclamado como parte de su familia.
Y eso me asustaba.
Porque aunque nunca llegué a considerarme como Kaya Meyer, lo era. Pero ahora era solo Kaya y eso me atemorizaba. Lo más parecido a una familia que tenía en aquel momento eran los artificiales que había conocido en Underwoods, ellos eran mi nueva familia, la única que me quedaba ahora.
Volviendo a la realidad, mientras descendía las escaleras que llevaban hasta la entrada le pregunté a una azul quien era aquella Rose.
-¿Y quién esa Rose de la que tanto hablan?
-Digamos que también vivía en Underwoods hace unos años y que salvó a bastantes artificiales en el incendio, gracias a ella nadie murió.
-¿Así que es una heroína o algo así?
En un primer momento pensé que quizás podría ser ella, la chica que se marchó de Underwoods hacía ya tanto tiempo y cuya habitación ocupaba yo ahora. Pero no, ella se llamaba Jennifer y no Rose.
-Podríamos decirlo así.
Me llamó mucho atención que llevase raya y rímel en las pestañas ya que los únicos artificiales que llevaban maquillaje solían ser de familias adineradas y de buen estatus social y por ello me sorprendió encontrarme a una artificial maquillada en Underwoods.
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Artificiales
Ficção Científica-Entonces, ¿Qué es lo que soy? ¿Humana? -No exactamente. -Pero soy real. -Sí, lo eres. Humana alterada genéticamente. - ¿Pero no humana? -No humana. Mutaciones genéticas, artificiales. Diseñados para facilitar la vida a los humanos. ...