꒰ ͜͡➸ Capítulo 28

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Toda persona que caminara cerca de Serafine se daría cuenta que la chica anda en con el peor humor del mundo, su periodo le llegó antes de tiempo, su útero le duele como mil demonios y su madre de igual manera la envió a comprar las cosas para la cena.

"Yo parí a dos mocosos y de igual manera seguí haciendo las cosas del hogar, no seas llorona"

El pelirroja seguía recordando las palabras de Hana unos minutos atrás antes de salir de su casa.

Hubiera nacido con pene -pensó entrando al supermercado- Y de paso, te odio Raiden, si te hubieras quedado en casa en lugar de ir con los idiotas de Mizo, yo no tendría que ir de compras y me quedaría en cama.

Lo único que la ojirosa agradecía era que ayer le habían retirado el yeso del brazo luego de pasar dos meses y una semana con él.

Suspirando hastiada, pasó rápidamente por los pasillos tomando las cosas que le pidió su madre, fue a la caja registradora y pagó todos los víveres, no duró más de cuarenta minutos en aquel lugar para comenzar a caminar por las calles de Shibuya, molestándose aún más al ver la gran multitud de gente que se amontonaba en un estacionamiento impidiendo que ella avanzara.

Odiaba aquel día, no quería saber nada de nadie, y para empeorar la situación, sus ojos decidieron toparse con el espectáculo que apreciaban los civiles. Un gran grupo de sujetos con chaquetas rojas y un logo del Ying y Yang en sus espaldas estaban viendo como un tipo de cabello rubio rapado al costado y tatuaje en toda la mitad de la cara golpeaba salvajemente el rostro de un chico, y en el suelo había otros siete chicos, identificándolos como miembros de su propio escuadrón.

Su enojo no bajaba con nada, ni siquiera con haberse comido una paleta de helado de sus favoritos ¿y qué mejor que desquitarse dándole una paliza alguien?

Serafine sonrió molesta y emocionada, se acercó empujando a los civiles viendo como el rubio lamía la sangre de una manopla.

Sin embargo, no pudo caminar más ya que alguien de uniforme rojo se le interpuso en su camino.

- ¡Piérdete, perra! -ordenó salpicando saliva a su rostro- ¡Este no es una peluquería, a menos que quieras servirnos como una...!

Serafine cortó aquel asqueroso monólogo tomando con su mano diestra el cuello de la camisa del chico y lo obligó a encorvarse para impactar fuertemente su rodilla en el estómago.

Ignorando la sangre que expulsó el hombre por la boca, lo lanzó con fuerza hacia el rubio de manopla, provocando que chocara con su cuerpo y dejara de golpear al miembro de ToMan.

- ¡Cap...! –el peliverde se interrumpió a si mismo al ver a su capitana llegar, no podía involucrarla en esto.

- ¿Ah? -gruñó el rubio rapado.

No respondió, caminó lentamente hacia el de tatuaje y con su pierna derecha pateó con toda su fuerza la mandíbula de este.

- Madarame Shion -saboreó su nombre con frialdad viendo al mencionado en el suelo- La vergüenza de los Black Dragons ¿quién diría que te encontraría golpeando a mis muchachos? Debes tener muchos huevos para venir a Shibuya y atacar a miembros de ToMan, y, peor aún, a los chicos del sexto escuadrón.

- ¡Maldita puta!

Serafine ignoró el insulto de aquel subordinado y con su pie lo golpeó en la rodilla, provocando que esta se quebrara y el varón gritara de dolor en el suelo.

- ¿Qué mierda miran? -soltó brusca viendo a los civiles- ¿Acaso creen que esto es un circo? ¿Quieren acabar igual a ellos?

La gente que se había amontonado se dispersó temerosa y rápido de aquel lugar dejando solo a los miembros de ToMan y Tenjiku.

Again || Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora