26. Algo inesperado

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Narra Dan
El plazo se había cumplido, los dos meses habían pasado y la familia vendría a conocerla. Ya no tenía miedo todo era posible ya con ambos; la pandilla era una de las más poderosas en el oeste de Estados Unidos, no éramos los típicos traficantes de sustancias o sustracción de menores nuestro trabajo dependía vitalmente del control de la mente. Teníamos un pequeño consultorio clandestino dónde jugábamos con las emociones; los profesores no sospechaban nada pero no se podía decir lo mismo de los estudiantes ya qué la mayoría se sometían a nuestros tratamientos para olvidar algún suceso traumático en ellos. La mayoría se quería unir a nosotros hasta los mismos Conroy; se pedían ciertos requisitos qué casi nadie cumplía aunque hubo dos personitas qué hasta los superaron. En esta parte todos estábamos sorprendidos ya qué eran los estereotipos de los que nadie sospecharia.Tan inmerso estaba qué no noté cuando Lena bajó con ese vestido rojo que la hacía ver exquisita.
-¿Cómo me veo?-dijo posando muy coqueta
-Hermosa-dije en un suspiro después de cerrar la boca por la impresión.
-¿No es mucho?-dijo señalando la joyería qué traía.
-Sí solo trajeras el collar sería mejor-la miré cómo cada vez qué estaba con ella en la cama.
-Tonto-y sentí sus labios sobre los míos
-Se arruinará tú labial-me separé un poco de ella.
-Mientras sea en tus labios no tengo problema.-y se marchó a la cocina a sacar la cena que nos tocó hacer a ambos.
La mesa estaba puesta y en esos momentos en qué la agarraba por la cintura mis padres tocaron el timbre.
-Yo atiendo-dije con una mueca, no la quería dejar ir
-Estaré en la cocina-caminó muy sensual cómo siempre.
Abrí la puerta y aparecieron los tres con esa resplandeciente sonrisa
-Hijo, mírate-mamá estaba impactada
-Sí mamá es un gusto verte-y la abracé
-Dan, ¿eres tú?-al parecer verme en traje era nuevo para todos.
-Claro papá te extrañe-la verdad sí había cambiado o eso decían todos.
-Hola camarada-Jean cómo si fuera vieja amiga me saludó con un beso en la mejilla.
-Hola Jean-saludé a todos-pasen, es su casa.-le hice la seña a Lena para qué apareciera cuando todos tomaron asiento.-quisiera presentarles a mi...novia
-Mucho gusto-Lena saludó y dejó a más de uno boquiabierto.
-Tú debes ser la afortunada
-Es un gusto conocerte
-Lena...¿King?-respondió a cada una de las preguntas incómodas qué le estaban haciendo. La cena pasó muy lenta a mi parecer y pues no había nada qué hacer solamente tratar de soportar todo lo qué posiblemente se avecinaba. La plática fue sobre temas superficiales, a mamá le encantaba la idea de Lena y yo bajo el mismo techo, Jean y ella se entendían y al parecer se conocían desde hace mucho.

Narra Lena
Conocer a mis suegros y hacerme amiga de su ex-novia no formaba parte del plan de mi relación, sólo había un pequeño problema: esto se veía muy serio y tenía miedo cómo lo qué pasó con mamá. Y al parecer las novedades aún no eran contadas; mientras Dan y su madre lavaban los platos, su padre se desenmascaró conmigo.
-No sé qué piensas pero no eres suficiente para él-dijo amenazandóme
-Lo sé, soy mejor-lo dije con una mirada llena de lujuria.
-No ocupes tus trucos conmigo-notó mi punto.
-Igualmente-y le lancé una tímida sonrisa
Empezamos a discutir hasta qué apareció Jean
-Haremos un trato-al parecer el vino ya no era suficiente.
-Me parece justo-analice la situación.
-Jean se les unirá-"lo sabía" calla mente.
-Hay ciertos requisitos-no le sería fácil
-Los cumplo-se atrevió a hablar mi "amiga"
-Está bien, el viernes estudiaras con nosotros y mañana será tú prueba.-acomode todo de manera qué tuviera tiempo de preparar mi coartada.

Se despidieron después de unas dos horas en las qué bailamos, tomamos, fumamos y parecimos los más adecuados de la clase media, se retiraron de ahí satisfechos principalmente y pues Dan estaba más qué encantado.
Luego le pedí me llevara a casa la cuál estaría a nuestra disposición ya qué papá había viajado, Tobías entrenaría hasta tarde y pasaría el fin de semana con Lynn además hacía tiempo que no dormía en casa y no habíamos tenido una noche en mi cama. Al llegar saludamos a lo lejos a Marlow quién jugaba al ajedrez con su hermano. Me cargó desde la entrada cómo si fuéramos recién casados lo cuál me hizo recordar algo qué en segundos olvidé ya qué lo tenía sobre mí en el suelo dónde me pude desprender de su agarre y aunque refunfuño lo conduje hacía mi habitación pero antes de subir las escaleras me hizo soltar un grito ya qué me agarraba por la cintura y tenía sus labios en mi espalda, no resistí y posé una de mis manos en su cuello enterrando mis uñas y la otra en su pecho descendiendo poco a poco hacía el cierre de sus pantalones. Aún así nos dio tiempo de terminar en mi cama y mientras descansábamos le pregunté muy seria.
-¿Tú padre me odia?-estaba sobre él
-Tal vez-dijo entre susurros porqué estaba cansado
-Jean se unirá-dije levantando la botella de champagne para un último trago.
-No me jodas-y cambió de posición para estar sobre mí
-Tú padre insistió-dije sin tan siquiera mirarlo.
-Está bien-y tomó una de las últimas fresas poniéndola en mi boca y posando la suya.
-¿Qué pasaría sí te dejo?-dije al terminar de soltar un gruñido después de su roce en mi cuello.
-¿A qué te refieres?-lo tenía biem guardado.
-La gira y un intercambio de tres meses-era una oferta qué no se podía rechazar.
-Haz lo qué quieras-se enojó y cómo no sí era mucho tiempo.
-Dan, amor, no te enojes-mi tono de súplica porqué enserio estaba encabronado.
-Ya hemos hablado de eso-se controló sólo un poco
-Son oportunidades únicas-siempre me defendía con eso,en realidad todos estaban de acuerdo.
-Hazlo, Honey pero no me abandones-Al poco rato se durmió sobre mi pecho y susurré entre dientes:
-Tienes qué cambiar de opinión-y dormimos plácidamente hasta mañana.

Narra Jean
-Ya sabes qué hacer-eso de eliminar no se me daba muy bien.
-Fox,no es la mejor idea-la cagué al decir su odioso nombre.
-Lo necesito de vuelta-su voz se suavizo cómo cuándo Dan y yo éramos pequeños.
-Sin ofender, será muy difícil pero no imposible-me retiré a hacer las maletas y lo dejé dubitativo.
Llegué al fraccionamiento, localice la casa y preparé a mi yo interno para lo qué viniera; no sería fácil encajar pero nunca lo ha sido.
Toqué la puerta y me recibió una Lena envuelta en una bata de seda y en el comedor estaba un Dan en camiseta y pants muy sonriente.
-Justo a tiempo-Se levantó mi amigo y me plantó un beso en la mejilla ahí fue cuando mejor admire su bien trabajado cuerpo.
-Vamos a desayunar-Lena me invitó y un delicioso aroma a hot-cakes inundó mi nariz.
Dan subió a darse una ducha y fue cuando aproveché mi primera oportunidad:
-¿Cuándo le dirás?-tenía un as bajo la manga.
-Pronto, por lo menos cuento contigo para qué no se entere-me miró satisfecha-¿cierto?-y se dio cuenta qué yo sabía todo.
-¿Por qué confías en mí?-tenía dudas.
-Lo conoces mejor qué yo-me guiño y supe en ese momento porqué era así.

Pertenezco a la mafia (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora