▪︎ 09 ▪︎

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Para Midoriya fue difícil darse cuenta de lo que sentía.

Todo comenzó en una de las tantas prácticas de combate que tuvieron en UA, en ella le tocó pelear junto a Bakugou contra el equipo de Todoroki y Yaomomo, y por primera vez el de ojos rojos no armó un escándalo por formar equipo con él, y por el contrario le dijo que aplastarian juntos al bastardo de dos colores. Para Izuku eso fue como un pinchazo al corazón, pinchazo que se intensificó al ser protegido por su viejo amigo.

Y es que para el peliverde había sido como un ataque al corazón la secuencia de acciones en las que pasó de verse acorralado contra un muro de concreto tan firme que requeriría de un Smash al 30% -en la posición correcta- para romper, una amenazante hilera de carámbanos que se acercaban a él con rapidez y una lluvia de cintas de fibra de vidrio que tenían la intención de inmovilizarlo a verse temporalmente cegado por los intensos destellos de una serie de explosiones tan fuertes y precisas para liberarlo.

Cuando elevó la mirada, aún en el suelo y con partes de su traje desgarradas, se sintió maravillado por lo imponente y heroico que lucía su compañero al defenderlo y encargarse de los dos del equipo contrario al mismo tiempo; y sí, Bakugou le gritó que dejara de hacer el tonto y dejara de estorbar o perderían por su culpa, pero eso pasó a segundo plano de inmediato al darse cuenta de que un nuevo sentimiento surgía en su pecho... o bueno, tal vez no tan nuevo, realmente era un sentimiento que no sentía con tanta intensidad desde hacía mucho.

Esa tarde el pecoso se sentía extraño. Durante las clases prestaba más atención al chico que se sentaba frente a él que a lo que Aizawa tenía por decir y en los dormitorios su vista viajaba inconscientemente al ojirubí que le gritaba a los cuatro vientos a sus amigos  que eran unos perdedores al fracasar en una competencia de videojuegos contra él.

Los días siguientes no fueron muy diferentes e Izuku comenzó a pensar que los "escalofrios" que sentía al ver al pelicenizo acercarse eran fruto de la gratitud generada al haber sido salvado por él, pero pronto se dio cuenta de que en poco a poco sus pensamientos comenzaban a tomar otro rumbo, uno donde fantaseaba con sentarse al lado del chico, escucharle hablar, reírse, recargar su cabeza en el hombro del más alto, tomarle de la mano y pasar más tiempo de calidad juntos sin la necesidad de encontrarse en grupo para hacerlo. También comenzó a pensar en lo atractivo que era ante sus ojos y otras cosas que por supuesto no le contaría a nadie.

Hasta que una tarde, casi dos semanas después del entrenamiento, escuchando por accidente una conversación que tenía lugar entre las chicas en la sala, Hagakure habló acerca de estar interesada en un chico; la chica invisible habló tantas maravillas como las que él siempre pensaba de Kacchan, y fue ahí que se dio cuenta de que aquello que sentía iba más allá de simple admiración.

Se sentía abochornado y ciertamente entró en conflicto; primeramente porque para él era sorpresivo darse cuenta de que le gustaba un chico, y segundo porque ese chico no era nadie más ni nadie menos que su eterno rival. Se discutió y se regañó a sí mismo diciendo que algo así no podría pasar, que estaba haciéndose ideas tontas; pero mientas más se decía que parara, más pensaba en aquel muchacho de cabellos cenizos y mirada intimidante, y más se daba cuenta que desde hace mucho tipo él mismo actuaba diferente al estar cerca de aquel zagal.

En medio de su conflicto decidió platicarlo con sus amigos una tarde en la que Uraraka le había pillado murmurando que debía de dejar de sentir aquel revoltijo de emociones que desbordaba su pecho al ver pasar al rubicenizo malhumorado. Desde entonces algunas veces se frenaba a sí mismo cuando comenzaba a murmurar, no quería que alguien más se enterará de lo que pasaba por su cabeza gracias a esa mala costumbre.

Para Tsuyu y Todoroki era algo que no les resultaba tan sorpresivo, pues ninguno era ciego y llevaban tiempo viendo con claridad los comportamientos de su amigo pecoso, mientras que Iida preguntó si se había peleado con algún villano de quirk extraño sin decirles y Uraraka le ofrecía su apoyo incondicional.

Invasión Mental || KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora