Invasión Mental || Katsudeku

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Yuga suspiró sonoramente antes de comenzar a explicar sus motivos bajo la mirada seria de los demás. Segú su explicación, todo fue resultado de un impulso que tuvo al no ser muy sociable y quererse integrar de pronto; así mismo, en algún punto de su hablar, mencionó que pensó que sería un poco divertido y finalizó con una confesión que dejó perplejos a todos: durante un tiempo se sintió atraído por uno de ellos, por lo que también fue un arranque de sentimientos encontrados. Claro que se negó a decir en especifico a quien se refería -no quería causar más problemas- pero juró una y otra vez que eso era tema del pasado y que las cosas eran diferentes ahora.

Y en medio de ese lío, Katsuki no dejó pasar por alto la expresión de Kirishima cuando Aoyama mencionó que a veces hay cosas que simplemente no están destinadas a suceder. Ciertamente su centro de atención no era el pelirrojo, solo su mirada le interceptó en el momento preciso.

—Vaya, eso es... algo que no me esperaba—vaciló Izuku después de que el silencio le carcomiera por dentro—. Realmente no tengo muy claro que debería de decir, esto es... no lo sé—con una de sus manos rascó su nuca mientras pensaba en que decir ya que se había atrevido a hablar en medio de la incomoda situación. Sinceramente él no se hubiera esperado una confesión como esa última—. Lo único que tengo claro ahora es que entiendo mejor el porqué formaste todo un plan, digo, a veces cuando uno es presa de los sentimientos hace cosas muy locas.

—Probablemente también debimos intentar averiguar más de lo que pasaba por tu cabeza al sugerir ese plan—comentó Ashido y el resto de involucrados le dio la razón con un movimiento de cabeza.

—Pero bueno, ahora que lo sabemos podemos ser mejores amigos y compañeros, ya saben, aceptarnos mejor—propuso Iida con toda intención de reconfortar al que de repente hablaba en francés.

Aoyama agradeció el apoyo elevando la mirada y respirando más tranquilo. Sus palabras habían sido las correctas y la reacción de todos había sido mejor de lo que se esperaba.

—Yo pienso que las cosas no tienen que ser perfectas después de todo lo que pasó, pero...—siguió Asui.—tal vez, aunque no lo notamos antes, esto sirve para intentar ser mejor con el resto de nosotros, ¿no? Un poco mas amables y comprensivos.

—¡Tsuyu-san está en lo correcto! A partir de hoy dejemos de hacer el tonto y cambiemos el rumbo de las cosas—motivó Kaminari, levantándose en su sitio y elevando un puño al cielo en un gesto exagerado. A diferencia de él, el resto se mantuvo hablando en tono moderado.

—Creo que, tal vez, tienen razón, chicos—habló de nuevo Izuku—. El pasado es el pasado y sin él no estaríamos cambiando de parecer ahora mismo, así que yo estoy dispuesto a no volver a mencionar todo esto con enfado o rencor, sino como una enseñanza que sirva para recordar que todos somos personas distintas que a veces solo necesitan ser escuchadas.

—¡Eso es, Deku-kun!

—A partir de hoy, también, me comprometo a ser mejor amigo para todos ustedes, aún si es un proceso largo y rocoso en el que me equivoco de nuevo, y aún si antes me comporte de manera egoísta en el pasado—retomó, pensando en la pequeña aversión que hacía Aoyama y mirando por el rabillo del ojo al zagal que a su izquierda mantenía la vista fija en un punto perdido en la mesa—. ¿Qué opinas tú, Kacchan?

—Yo... uh, no sé, esto me ha tomado un poco por sorpresa. Probablemente, incluso, hubiese esperado escuchar la misma tontería que los demás, pero...—contestó en voz baja, y a su vez, como si olvidase que otras nueve personas estaban ahí. Quizá por un breve instante sí que olvido que Izuku no era el único que le escuchaba—pero tal vez no quiero ser el único que se quede atrás mandando al diablo a todos, así que algo he de hacer y tratar de cambiar un poco mi carácter con todos ustedes, solo lo suficiente.