Invasión Mental || Katsudeku

▪︎25▪︎

—¿Por qué diablos lo ocultaste? Joder, Kirishima, creí que tú me dirías algo así.

—Sólo no supe como decirte—contestó y aunque a Katsuki quisiera negar, sabía que Ejirou no le mentía—. Pero te juro que jamás tuve la intención de involucrarme en sus planes ni engañarte a ti, solo me enteré y me mantuve observando todo desde lejos.

El zagal de ojos rubíes detuvo su mantenimiento para mirar seriamente a su mejor amigo. Probablemente era algo un tanto extraño, pero no estaba más que solo un poco irritado.

—¿Los otros también lo sabían?—inquirió sin apartar la vista—. ¿O eras el único?

—No estoy seguro de que Sero lo supiera, pero estoy seguro de que Kaminari no lo hacía ya que... bueno, creo que por su comportamiento es obvio.

—Joder.

—¿N-No me vas a golpear y a maldecir por no decirte nada?—indagó. No era como que quisiera ser golpeado, solo era extraña la reacción de su mejor amigo.

—No, joder. Solo... tal vez juntarme mucho con Deku me ha pegado lo blando y por eso lo único que siento ahora es una ligera molestia—elucubró, pensando en que la segunda opción era que solo ya estaba harto de tanta estupidez y se había hecho inmune al enojo irracional.

—¡Vaya! Quien diría que el amor te cambiaría tanto—se atrevió a bromear, ahora más relajado. El contrario solo chasqueo la lengua—. Pero en serio, Blasty, si te digo todo esto es porque creemos que es el momento de que arreglen las cosas.

—¿Cómo esperan que me acerque a ella cuando ella fue quien cometió el primer error?

—Pues solo aprovecha la oportunidad cuando la veas. Estoy seguro de que ella será quien se atreva a hablar primero, pero solo lo hará si ve en ti la disposición de hablar las cosas pacíficamente—señalo—. Además, Sero también hablará con ella para que se acerque a hablar contigo.

—Vaya basura, eso sigue siendo como si yo la buscara. ¿Qué dignidad tendría si busco arreglar las cosas con quien me traicionó?

—Para eso no tengo respuesta—admitió—. Pero seguro que en el fondo no te importaría mostrarte dispuesto a dialogar.

El de ojos rubíes lo meditó un momento a la vez que retomaba su faena. Kirishima tenía razón, o al menos la tenía a medias.

—Si quieres entre todos podemos ayudarles—ofreció—. Tanto ellos como yo estamos dispuestos.

Katsuki hizo una mueca mientras lo pensaba. Finalmente aceptó que tal vez necesitaban un empujón.

—Hagan lo que quieran, solo eviten que termine en otro desastre.

—¡De acuerdo!

El pelirrojo palmeó su espalda, se levantó y se fue, dejando revolotear detrás suyo las palabras que acababa de decirle. Ejirou no lo sabía, pero sí que había hecho un pequeño cambio de perspectiva en él.

Uno, dos, tres pequeños besos repartidos por todo su rostro le hacían tentarse a deshacer su expresión seria y devolverle el gesto al de pecas.

Mentiría si dijese que se sorprendía al descubrir lo meloso que podía ser Deku, pero ciertamente era algo que sí se imaginaba. Y aunque él no estaba acostumbrado a mostrar tanto afecto y consideraba que era bueno fingiendo su expresión indiferente, no le molestaba.

—¡Ya basta!—exigió cuando el de ojos verdes dejó un beso muy cerca de la comisura izquierda de su boca.

—No, no me voy a detener hasta que aceptes—replicó a conveniencia, dejando ahora un beso en su frente. El maldito era muy astuto.