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La lluvia golpeaba el cristal de su ventana a ritmo acompasado mientras él miraba las pequeñas gotas escurrirse y juntarse con otras formando unas más grandes que terminaban por perderse en la canaleta que había al nivel del balcón. Tal vez no había coincidido con el día que Kirishima había dicho, pero repentinamente había lluvia.

Su mirada era tranquila, sus facciones estaban relajadas y dentro de su cabeza sentía sus ideas ordenarse una a una como si un montón de bloques se acomodaran tomando el lugar perfecto. Repasaba cada momento que recordaba con paciencia, analizando los detalles y colocandolos en un esquema mental que le servía para comprender mejor sus sentimientos.

Y funcionaba mejor de lo que se esperaría, pues al ver la lluvia arreciar, su introspección le mostraba un camino más claro de sus emociones. Era como si un rompecabezas inexistente se completará para finalmente mostrarle una imagen clara que respondía y calmaba la mayoría de sus inquietudes.
Estaba genuinamente arrepentido de sus acciones de las últimas semanas, y en general, de las acciones ruines que había tenido a lo largo de toda su vida. Pero también estaba genuinamente tranquilo de por fin haber logrado ponerle nombre a lo que sentía en su pecho cada que el muchacho de mejillas pecosas se cruzaba en su camino.

Correspondía sus sentimientos.

Gustaba de él. Podría incluso, a pesar de que pudiera parecer precipitado, decir que estaba enamorado.

Y aunque también sentía una pequeña pizca de pánico al ser consciente de sus propios sentimientos, la tranquilidad que le daba deshacerse de ese lío mental -en específico- era insuperable.

—Estúpido Deku ¿Qué me hiciste?—Preguntó a la nada como si en ella fuese a encontrar las respuestas a las preguntas sueltas que aún quedaban en su cabeza y se rehusaban a salir de ella.

¿En qué momento empezó a gustar de él? No tenía una fecha concreta, tampoco un hecho en específico, pero sabía que tenía mucho tiempo de aquello, incluso más del que llevaba siendo consciente de los sentimientos del de ojos jade hacía él.

¿Por qué se negaba a aceptarlo? Eso era fácil de responder. Se negaba porque si bien jamás se visualizó con nadie en concreto, él pensaba algún día enamorarse de una chica, y a su vez, porque cuando aceptó que un chico también podría gustarle, entró en conflicto al darse cuenta de quién era ese chico que le removía las emociones.

¿Izuku en algún momento le perdonaría por el pasado? Eso lo dudaba un poco y lo aterraba al mismo tiempo. Y es que aunque en el pasado -en un arranque de ansiedad en el que la idea le golpeó la mente de repente y su boca escupió las palabras sin ningún tipo de barrera- le pidió disculpas, cierto era que aquel intercambio de palabras había sido improvisado y poco profundo, y es bien sabido que con una simple frase jamás arreglaría el daño causado.
Por supuesto que era consciente de que el peli-rizado era todo menos rencoroso, pero ¿Cómo volver a tocar el tema sin querer esconder la cabeza en la tierra cual avestruz? ¿Qué tal si ahora realmente no lo perdonaba? ¿Qué tal si el pecoso no quería escucharlo?

Le aterraba pensar en no ser perdonado. Pero entendería si no quisiera, él había sido el malo, el insensato e idiota, había sido el primero en apartarlo sin explicación alguna y ahora que su indiferencia le era devuelta ni siquiera parecía enfocarse en eso. Es decir, solo parecía que no le interesaba, porque en realidad se había vuelto un pensamiento constante.

Porque sí, habían pasado dos días en los que el de mirada verdosa lo había comenzado a ignorar y él había sentido el peso del mundo caerle encima.
No sabía que había sucedido y su corazón dolía.

Dolía hipotéticamente hablando, claro, pero dolía. Era duro afrontar que de un día a otro el pecoso se hubiera alejado de él; y dolía más saber que esta vez parecía que en serio no habría vuelta atrás. Dolía y era jodido porque suficiente tenía con el desborde de emociones que cargaba consigo como para adjuntar la ausencia del muchacho que le tenía de cabeza el mundo.

Invasión Mental || KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora