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Este pobre hombre desea tanto una vida normal y aburrida está tan cansado de toda la muerte, la pérdida y la desesperación del mundo del jujutsu y está tan cansado del triste horario de 9 a 5, la monotonía límite de la vida de los no hechiceros me imagino que lucha mucho con el concepto de equilibrio. Trabaja mucho, tanto como hechicero como asalariado, y tiende a trabajar más de lo que se espera de él.
Te encuentra temprano una mañana, probablemente de camino al trabajo, o en una misión, o tal vez en uno de los raros días que tiene libres.
Estás sentada en un banco del parque la primera vez que te ve. Tienes una taza de comida para llevar en tus manos, el vapor se eleva y se dispersa en el aire.
Su primer pensamiento es que te ves tan linda, con tu enorme bufanda envuelta alrededor de tu cuello, oscureciendo la mitad inferior de tu cara.
Lo jalas hacia abajo para tomar un sorbo de tu bebida, y momentáneamente vislumbra tu rostro completo. Él ve la forma en que tu nariz se arruga cuando tomas un sorbo de la bebida demasiado caliente, quemándote la lengua.
Llevas unos aritos negros que cubren tus orejas, y él nota que te pareces un poco a un muñeco de nieve, con tu bufanda y chaqueta.
La única parte de ti que permanece visible cuando vuelves a subirte la bufanda son tus ojos.
Y él piensa para sí mismo que podrías tener los ojos más hermosos que jamás haya visto. Son brillantes y claros, y están tan llenos de algo cercano a la esperanza, la alegría, sea lo que sea, es algo que él olvidó hace mucho tiempo.
Te ves tan perfecta, casi etérea sentada aquí en el aire helado de la mañana entre la nieve y los árboles.
En su mente se inventa una pequeña historia, una idea de ti, de tu vida, de por qué estás aquí.
Él piensa, tal vez eres un oficinista como él, y te las has arreglado para robar un momento de tu apretada agenda para disfrutar de la vida.
Tal vez seas un estudiante de la universidad cercana, tomando un descanso, un breve paseo matutino antes de un día lleno de estudio.
