Primeras palabras

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 Pareja: Leorio y Kurapika

 Au con nen, sin relevancia

➡ Drabble, inspirado en un adorable doujinshi.

—¡Vamos Gon! ¡Di papá! —pidió un hombre alto y moreno frente a una criatura de puntiagudos cabellos, el niño sonreía por lo gracioso que le parecía aquel joven que aparentaba ser mayor a lo que realmente era

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—¡Vamos Gon! ¡Di papá! —pidió un hombre alto y moreno frente a una criatura de puntiagudos cabellos, el niño sonreía por lo gracioso que le parecía aquel joven que aparentaba ser mayor a lo que realmente era. 

En su colorida silla alta, el bebé pataleaba ante las chistosas caras del Paladiknight, riendo a toda voz y balbuceando animadamente —. ¡Ba! —gritó, sorprendiendo al contrario por lo listo y hábil que era el más pequeño.

—¡Eso es, Gon! —Lo felicitó, alegre, jugando con sus manos para entretener al joven Freecss. Fue así de divertido hasta que un rubio ingresó a la cocina y cruzó sus brazos, con el ceño claramente fruncido por el enojo.

—Leorio —pronunció severo —. No le pidas a Gon que te llame así, no eres su padre, eso podría confundirlo si vuelve a la normalidad y recuerda todo. ¡Debes ser más considerado con el niño!  —Le regañó, viendo luego los brazos del niño extendiéndose hacia él. Resignado, lo cargó, sintiendo las manos del crío jugar con el lazo rojo de su tabardo.

El de lentes lo miraba aburrido, un poco ofendido y molesto por lo contento que el contrario había puesto al infante el ser cargado —. No se vale —reclamó —. Se supone que íbamos a cuidarlo juntos hasta que regrese a como era antes, pero cuando está contigo ya no hay ojos para papá Leorio. —Kurapika lo miró asombrado, sin entender los sentimientos del mayor. ¿Acaso estaba celoso por cuidar de un chiquillo que era su amigo? ¿Por qué se sentía tan distinto? ¿Por qué parecía que había algo más dentro de esa indignación?

Sólo había pasado dos días desde que Gon se convirtió en bebé por culpa de Hisoka, quien por simple entretenimiento usó algún tipo de poder extraño que ellos aún no entendían sobre el más bajo. Les quitó valioso tiempo, pues ellos debían ir a buscar a Killua y rescatarlo de su loca familia.

Al principio ninguno sabía cómo lidiar con el menor del equipo, así que se encargaron de conseguir un alojamiento y las cosas necesarias para el pequeño Gon, después de todo la licencia de cazador les ayudaba con sus gastos y generaba asombro por parte de la gente. Preferían no salir juntos, ya que la última vez hicieron pasar a Kurapika por un momento vergonzoso al pensar que él era una joven madre y Leorio el apuesto padre del Freecss.

El último sobreviviente de la tribu Kurta jamás olvidaría esos murmullos tan espantosos. ¿Que si tenía un hijo a su edad y probablemente sin haberse casado? ¡Eso no era de su incumbencia! Y aunque fuera verdad, seguía sin tener que interesarles.

Ahora eran niñeros de su amigo, que los veía como si fueran sus padres porque sólo la inocencia de un niño podía reflejarlos así.

Y con esa misma ingenuidad, Gon veía la pequeña discusión de los mayores.

—Leorio, ya dije que no te vuelvas su padre, somos sus amigos. —Volvió a colocarlo en su silla. Así era, lo cuidaban como amigos, les gustaba dormir en la misma cama y con el niño en el centro por si lloraba, pero siempre con unos cascos de protección para no recibir algún biberón o juguete en su cabeza. 

Una noche se desvelaron por los cólicos del bebé que no dejaba su llanto, pidiendo aliviar su dolor y siendo atendido por el futuro doctor Paladiknight junto a un angustiado rubio, quien admiraba en secreto la sabiduría del más alto en medicina principiante y su atractivo al hacer lo que le gustaba.

Esa misma noche miraron televisión, específicamente un programa de caricaturas para que el niño pudiera distraerse, cosa que sí funcionó, pero dejó al Freecss más despierto y un trabajo difícil para lograr dormirlo.

Discutían constantemente, no estaban preparados para la paternidad, menos al ser jóvenes amigos que sólo quisieron conseguir una licencia de cazador y continuar con sus planes principales. Fue ese chico de ropas verdes quien los hizo amigos, por eso, antes de realizar sus metas, decidieron acompañarlo; nadie esperaba que terminarían así, como niñeros.

A quién le tocaba cambiarle el pañal, quien era el que lo bañaría o le daría de comer, cómo regresarlo a la normalidad, todo era un tema de discusión, un conflicto para ambos amigos.

El azabache pequeño los veía gritarse, un poco atraído por esos ojos que se tornaron de un color rojizo, un bebé como él no pudo apartar su vista de esos escarlatas —. ¡Kurapika! ¡Tú-!

—Má —interrumpió el Freecss, dejando callados a los que lo cuidaban —. Ma... —repitió el bebé, queriendo alcanzar al de rubios cabellos y mirada sorprendida, causando un rubor potente en las mejillas ajenas —. ¡Mamá!

—No puede ser —exhaló un sorprendido moreno, conteniendo una gran carcajada —. ¡Gon cree que eres su madre! —exclamó y lo señaló, soltando en risas mientras el infante seguía en su intento de alcanzar al de fina apariencia, quien no calmaba el bochorno ni el rojo en su mirar.

Desvió su vista, alterado —. C-cállate, esto es tu culpa por darle ideas equivocadas —murmuró, alzando el cuerpo diminuto en sus brazos, el menor se recostó en su pecho inmediatamente, seguro.

—¡Aww! ¡Kurapika, te ve como su madre! ¡No fui yo! —Se burló un tanto enternecido, causando una gran pena en el contrario, quien le propinó un golpe en su estómago hasta quitarle el aire.

—Será mejor que no lo repitas —advirtió, volteándose para no ver al de lentes; en cambio, miró al de ojos marrones y brillantes, que lo observaban con alegría y emoción. El bebé Gon era adorable, lo admitía, pero no por eso debería sentir un ligero calor en su pecho al ser llamado "mamá", como si esa muestra de cariño fuera una recompensa por quererlo mucho y cuidarlo bien.

Leorio le dijo una vez que hacía un excelente trabajo y era él quien más lo protegía, pero el rubio consideraba al mayor su compañero y gran ayuda, un hombre noble y gentil que sí tenía la pinta de un padre, un padre que cualquier esposa querría para sus hijos.

Abrió los ojos exageradamente, sintiendo su rostro y sus ojos enrojecerse otra vez.

«¡¿En qué estaba pensando?!»

Día veintinueve terminado, ya termina agosto por fin <'3

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Día veintinueve terminado, ya termina agosto por fin <'3

Mes de paternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora