Síndrome de Couvade

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 Pareja: Leorio e Illumi

 Au sin nen

 Capítulo único

Leorio desde un principio creyó que su esposo era raro

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Leorio desde un principio creyó que su esposo era raro.

Y seguía pensando igual.

Lo conoció hace ocho años, y admite que le llamó la atención de una manera sorprendente por esa mirada fría y escalofriante; su piel pálida y tersa; y su larga, sedosa y envidiable cabellera. Pero fue esa actitud tan cortante la que terminó por enganchar su mirada a ese hombre de importante apellido. ¿Por qué? Sigue sin saberlo que exactitud. El punto es que ya estaba enamorado.

Su acercamiento no tuvo un motivo en especial o que causara interés, simplemente fue Killua quien los presentó. Ahí comenzó todo. El Paladiknight no lo admite en voz alta, pero está muy agradecido con el Zoldyck albino.

Después la historia fue llevándose con algunas caídas, como cuando supuso que el de piel blanca tenía una relación extrañamente amorosa con un compañero de otro campus que se vestía de mago y usaba demasiado maquillaje, Hisoka era su nombre si bien recuerda; afortunadamente se dio a conocer que este hombre no era soltero y así el de lentes decidió volverse el siempre perfumado Leorio, ahora en su versión de conquistador.

Tarde o temprano el hijo mayor de la familia Zoldyck caería ante sus encantos, no podría ser al revés. Bueno, tal vez un poquito.

Ahora, felizmente casado, era capaz de rememorar viejos tiempos y mirar en el pasado bonitos recuerdos hasta hoy. ¿Que si continúan haciendo lindos recuerdos? Leorio diría que el hecho de estar en la dulce espera definitivamente sería uno de los momentos más hermosos y memorables. ¡Por fin habría un Leorio Junior en la familia! ¡Una versión pequeña de él! ¿Cómo no estar emocionado?

Al ser doctor, siempre se ha cruzado con parejas embarazadas en el hospital, hombres y mujeres que acudían a sus colegas para los tan conocidos controles prenatales. No había hablado con su esposo de tener hijos o de su amor por los niños; fue un día cuando, de la nada, Illumi fue hacia él y le dio la noticia de golpe.

Estoy embarazado —dijo sin más, dejando al moreno procesando lo dicho por unos aparentemente interminables segundos —. Vamos a ser padres —culminó, y el de anteojos reaccionó poniéndose de pie para sonreír asombrado, lanzándose luego a su pareja para abrazarlo con un profundo sentimiento de dicha. El gestante no era alguien expresivo, pero a Leorio le parecía adorable ese brillo en sus ojos que sólo de cerca podía apreciar.

Después de la buena nueva siguió lo que el médico prefería evitar: una visita a la familia de su consorte. Seguramente de su familia provenía la extrañeza de su amado esposo, ya que los padres del mayor eran personas distinguidas un tanto especiales y espeluznantes para un hombre humilde como él.

La reunión familiar fue una cena, no una común, era importante para la pareja que anunciaría la venida de un nuevo integrante en la familia. El de larga cabellera lo dijo y causó gran sorpresa en todos los Zoldyck presentes, al igual que alegría y orgullo, que claramente fueron demostrados con moderación y actitud en donde Leorio encontraba rareza.

Mes de paternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora