Esta seria la vida adulta de Kisaki Tetta, el Omega más fuerte y hermoso, con el dinero bastado.
El problema es que no tuvo una vida tán ideal como decian, despues de haber estado con Shuji Hanma su vida se hizo, un desastre.. pero un desastre alg...
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Esta bien.. Empezemos..–no era alta la lunjitud, tan solo unos centimetros y ya, pero para ser sinceros muy buena la distancia, al igual que la vez anterior, jofuda "queria" parter a golpes a kisaki- a lo loco- pero eran casi los mismos movimientos de la maestra, habían veces donde el omega no resistia y caia al suelo pero aún asi seguia peleando. El recor era- Patear en el aire - pero era dificil, aunque poco a poco fue haciendose facil para el– No pense que hacer esto fuera divertido!.
¡¿Pegarme es divertido?!. ¡¿Acaso me vez la cara de idiota?!
Si! Tienes cara de idiota.–y el ultimo golpe, para dejarlo derribado a Jofuda. Sin más fue hasta su maestra y le pregunto–¿que sigue?.
Sabes que estos son entrenamientos pequeños ¿verdad?.
Siempre lo supe, por algo duran solo seis minutos. En media hora deberia aprenderme una sola cosa, si esque me alcanza, hasta dos. Pero, ya que esto son entrenamientos chiquitos..
Significa que tendras entrenamientos peores que esos.
Me inscribo maestra.
Desde siempre tamayo. Bueno, ¿te acuerdas de la pequeña patada que diste hace catorce minutos?.
No que su mente era muy calida.
No subestimes a una señora de sesenta y ocho años, bueno. Aras lo mismo, hasta romper, mmmm, ya se. Rompe el suelo, pero de afuera.
Ahh, puedo hacerlo, tengo bastante fuerza. Le romperia la cara a cualquiera.
Aveces me gusta tu tipo de animo kisaki. Solamente, ten mucho cuidado. El pasto es mio pero, meh, tengo a mis servicios para que me lo arreglen.
Usted tiene a todos a sus pies. Me incluyo maestra.
Eso es cierto pero, empieza con tu entrenamiento, yo estare viendote desde aca. Voy a revisar la lista de ejersicios.
Esta bien. Haber, ¡ehh!–levanto su pierna de frente, justo a la mirada, se inclino un poco, yendo en segundos hasta el suelo y con gran fuerza rompiendolo.–
Uff, ¡si que causaste mucho polvo!. Aun te faltan cinco kisaki.–siguio con sus mismos pasos, una, dos, tres, hasta llegar al final. Ya un poco cansado se acomodo su vestimenta, miro de paso a su maestra que tenia a la mano la pequeña revista de ejersicios– Parese que terminaste. Creo que deberias romper un arbol.
Ya lo eh hecho, no es tan dificil. Perdón por el suelo maestra.
No te preocupes, más bien, vamos un rato a dentro, tu abuela esta esperandote.
