Hermanos Lahey

I.- Mordida

Isaac miró a Derek con impresión, la oferta que le daba era muy tentadora, podría defenderse y a su hermano. Nadie les volvería a hacer daño además no se escuchaba mal ser parte de algo, una familia, hasta ese momento solo Mica era su familia porque ambos soportaban lo mismo y habían sido el apoyo del uno del otro.

- ¿Qué dices? ¿Quieres unirte a mi manada? – le preguntó Derek mientras que Scott, Jackson y Lydia lo miraba de manera amable incluso podría decirse que cariñosa.

- Con una condición. – dijo Isaac tratando de no sonar nervioso.

- ¿Cuál? – preguntó Derek alzando una ceja mientras ignoraba como sus betas reían detrás de él.

- Lahey tiene mas valor de lo que pensaba. – comentó Jackson mientras Lydia lo golpeaba levemente.

- Mi hermano debe de estar a salvo, no le puede pasar nada.

- Es verdad, siempre esta contigo. ¿Dónde está? – preguntó Scott con curiosidad mientras miraba alrededor.

Isaac abrió los ojos con sorpresa, era verdad su hermano no se encontraba con él mientras trabajaba en el cementerio y eso solo significaba que estaba en un lugar.

- De acuerdo, mantendremos a salvo a tu hermano. – dijo Derek extrañado por el cambio de olor en el que sería su nuevo beta.

- Acepto la mordida pero que sea rápido, necesito ir a casa. – dijo Isaac entrando en pánico.

Derek lo miró confundido pero tomó la muñeca del menor y la mordió con fuerza para después ver como su beta recién mordido corría lejos de ellos.

- ¿Qué fue eso? – preguntó el alfa sin poder creer lo que acababa de suceder.

- Supongo que algo le paso a su hermano. – comentó Lydia, todos sabían que los hermanos siempre estaban juntos así que era demasiado raro verlos separados.

- ¿Quién es su hermano?

- Se llama Mieczyslaw pero todos le decimos Stiles, es el mellizo de Isaac. Desde que recuerdo ellos están juntos, se protegen y nadie más se les acerca. Stiles es bastante único, siempre he querido acercarme a él pero parece alejarse de todos además siempre usa el gorro de su sudadera como Isaac sus bufandas. – le explicó Scott mientras levantaba los hombros.

- Son extraños pero no de mala manera, Stiles me llegó ayudar a algunas veces con la tarea. Odio admitirlo pero es más inteligente que yo, no sé porque no muestra su verdadero conocimiento. – comentó Lydia mientras se sentaba en un pequeño tronco con cuidado de no mancharse.

- En algún momento lo conocerás.

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Isaac llegó a su casa encontrándose a Stiles en el suelo cubriéndose como podía con sus brazos de los golpes de su padre, sostenía un bate en sus manos y el castaño lo miraba con terror.

- ¡Papá! – gritó Isaac corriendo a abrazar a su hermano con fuerza, el castaño escondía su rostro entre sus brazos y se dejaba abrazar por su hermano.

- Te atreves a interferir, Isaac. – el mayor golpeo al recién llegado de la misma forma que al otro – Ustedes solo deben de obedecerme. ¿Dónde estabas, Isaac? Son unos malagradecidos. – con cada golpe venía un nuevo insulto y ahora ambos eran los golpeados una y otra vez hasta que perdieron el conocimiento y el mayor se cansó.

Unas horas más tarde Isaac fue el primero en despertar sintiendo su cuerpo bien y sin ninguna molestia incluso se sentía mejor que nunca, eso solo significaba que la mordida había funcionado. Su alegría se esfumó al ver a su hermano en el suelo cubierto de heridas y hematomas además de un pequeño charco de sangre en el suelo debajo de él.

- Mica. Vamos, tengo que curarte, quien sabe cuanta sangre has perdió. – dijo Isaac mientras cargaba a su hermano sin ningún problema.

Ese era un día bastante común en la vida de los mellizos Lahey, desde que su mare había fallecido y su hermano desparecido en el ejército ellos pagaban la furia de su padre. Todos los días recibían una nueva paliza, ellos recordaban los buenos momento y era lo que los ayudaba a sobrevivir.

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Stiles se encontraba frente a su casillero, su mirada se encontraba en su hermano que reía felizmente al lado de Jackson Whittmore, Scott Mccall, Lydia Martin, Erika Reyes y Vernon Boyd. Él simplemente se había alejado y no es que estuviera enojado con él por hacer amigos es algo que siempre quise pero también quería eso para él. ¿Por qué su hermano se había alejado? ¿Por qué él no podía tener amigos? Miró las vendas que cubrían sus manos y muñecas, su cuerpo le dolía y sentía sus ojos tan cansados por las lágrimas que ya no derramaba. La única persona que estaba a su lado y lo entendía ya no estaba a su lado, ahora tenía otra vida de la que no era parte. Acomodó de mejor manera el gorro de su sudadera y miró por última vez a su hermano, quien también lo vio para después caminar hacía su aula.

- ¡Mitch! – inclinó la cabeza con confusión – ¿Mitch? – preguntó Isaac sin entender a su hermano. Sabía que habían estado distantes pero solo quería mantenerlo a salvo.