XXIII.- La Oscuridad

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Derek vio como Stiles dormía rodado de su manada como pumas, Isaac y Matt eran los únicos lobos que habían podido acercarse a esa pila de cachorros.

— Estas enamorado de Mica. — le dijo Dariel de manera tranquila.

— ¿Qué? Oh... si. — dijo en un suspiro.

— No deberías estar tan triste por eso. Te voy a decir algo. — suspiró — Mica jamás se ha interesado por nadie que no seas tu, nadie más se ha acercado a él de otra manera más que tu.

— Lo conoces bastante bien.

— Si, pero eso es lo que hacemos mejor Amets y yo, conocemos hasta el mínimo detalle de los miembros de nuestra manada. Además, Mica es especial para nosotros así que nos esforzamos un poco más.

— Él merece que todos nos esforcemos un poco más de lo normal. Tengo que admitir que a pesar de que odiara a mi manada me gustaba ser el único que recibía sus palabras e incluso cariño.

— Es verdad, siempre has tenido a Mica como tuyo.

— ¿El habló de mi?

— Lo hizo, solo cosas buenas.

— Eso me da mucho gusto.

— Si quieres realmente estar con Mica, tienes que esforzarte. Una vez que te abra el corazón no podrás desecharlo, dejarlo a un lado o abandonarlo. Cuando acepte estar a tu lado tu no puedes dejar de luchar con él, si siquiera pensaras en hacerlo nosotros no nos quedaríamos callados. Tienes que entender muy bien las cosas que sucederán si quieres realmente estar a su lado.

— Entiendo todas las consecuencias. Ya ha pasado tiempo desde que supe que mis sentimientos no son pasajeros, yo ya considero a Mieczyslaw como mi luna y la manada, a pesar de todo, lo considera de la misma manera.

*

Stiles despertó en un cuarto amarrado a la cama, no entendía que estaba pasando así que solo suspiro y comenzó a soltarse de las ataduras hasta que terminó libre. La puerta no tenía manija así que no le fue muy difícil darse cuenta de que estaba en Eichen House, lo pero es que no tenia la menor idea del porque estaba ahí, aunque se estaba dando una idea por el frío que tenía y su ansiedad que parecía estar disparada por los cielos.

— Maldito zorro, sal de mi cabeza.

Nah, es un lugar bastante cómodo. Aunque piensas muchas cosas, deberías aprender a relajarte, muchacho.

— Estas diferente.

Digamos que tenía unos problemillas para controlar mi poder, por eso estamos aquí. Aunque tranquilo puedes salir con buen comportamiento y toda tu manada y los Hale han venido a visitarte prácticamente diario.

— ¿He estado fuera de mi?

Los dos, la oscuridad te controlaba así que no podían reaccionar de manera tranquila. Más bien parecías un loco que ataca a cualquiera.

— Por eso estoy aquí. ¿Por qué diablos me siento como si me estuviera muriendo.

Nuestra otra mitad: todo lo malo y todo el odio y rencor que tenemos se separó de nosotros y en este momento esta chupando nuestras vidas.

— Estamos en muchos problemas.

Así es. Ahora cierra la boca, es hora de que abran las puertas. Tienes que ir a desayunar, y luego van a buscarte para la visita de hoy. Por cierto, la hija de Peter esta aquí y no la han dejado hablar con él o salir por "problemas de comportamiento".

— Anotado.

Las puertas se abrieron y no pudo evitar suspirar al ver la ropa que tenía puesta, ahora sí su peor pesadilla se cumplió.

— ¿Hoy no vas a partirnos la cara? — preguntó una chica castaña de ojos azules que se acercó a él.

— No. Hoy no estoy loco, debes ser Malia, te pareces a Peter.

— Yo sabía que eras listo. Ahora necesito que les digas a los Hale la verdad y lo de que estoy viva.

— Lo iba a hacer aunque no me lo pidieras.

— Aja. Bueno supongo que somos una especie de hermanos así que es tu deber sacarme. Además, odio estar aquí.

Stiles solo alzó una ceja y negó con la cabeza, al parecer Malia tenía todo el encanto Hale, el mismo que los demás le había dicho de Derek y Peter. La verdad estaba bastante agradecido que esos dos fueran amables con él.

Stiles comió su desayuno escuchando las quejas de la chica, la cual le había dicho que era una coyote como su madre, aunque también dijo que solía tener un hermano, mellizo que se parecía más a su madre, pero él era un lobo aunque le dijo que podía sentirlo en ese lugar.

— ¿No debería estar contigo?

— Hay un piso después del sótano que tiene encerrados a los sobrenaturales más peligrosos o poderosos, hacen experimentos todo el tiempo. Los quieren para algo.

— Eso será complicado, pero puedo sacarlo de ahí.

— Excelente. No te puedo ayudar porque todos los imbéciles me tienen en la vista. — comió un trozó de pescado — Podemos usar como distracción a mi padre, que venga y haga todo un escándalo por tenerme oculta todos estos años.

— Y sin encontramos a tu hermano podríamos deshacernos de todas las personas que experimentan con nosotros. Deaton podría ayudarnos con eso.

— Me parece. Ahora ve a decirles.

Un enfermero se acercó a ellos y guio a Stiles hasta una habitación donde se encontraban Isaac y Derek. Los lobos lo miraban de manera suave, veía cada uno de sus movimientos y estaban atentos a sus latidos. El enfermero salió una vez que amarro las manos del castaño a la mesa.

— Ay Mica, al fin eres tu.

— Si, aunque tengo a Void en mi cabeza solo que no es malo, no me afectara.

Stiles les explicó todo lo que le había dicho Void, también les dijo acerca de Malia y su hermano.

— Estos hijos de puta. — dijo Derek entre dientes.

— Tranquilo. Tienen que decirle a Peter para empezar a moverse de ese lado, lo mejor es que regresaran en dos días y que él se volviera loco. Con esa distracción yo bajaré y sacaré al otro Hale.

— Se llama Theo.

— Perfecto. Malia ya me lo describió, además me dijo que lo reconocería cuando lo viera. No se a que se refiere, pero confío en ella aunque sea un poco brusca y desesperante.

— Al parecer mi prima no ye ha dejado una buena impresión. — se burló levemente.

— Si, solo hagan esto. Al igual que Malia ya no quiero estar aquí. — les dijo mientras movían más rápido sus piernas. Ese lugar le producía más ansiedad de la que ya tenía y el dolor que sentía en todo su cuerpo era más fuerte.

— ¿Estás bien? — le preguntó Derek tocando la mano del otro.

— Estaré bien. Oh, por favor díganles a los demás que estoy bien y que espero volver pronto a casa, me imagino que Matt, Dariel, Amets y Roy estaban muy preocupados.

Los lobos sonrieron.  

Hermanos LaheyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora