XXX.- Lista

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Stiles despertó con dulces caricias, algo que le quito la tensión que aún tenía de la noche anterior. Sonrió con ternura y al abrir los ojos se encontró con la dulce mirada de Derek.

— Buenos días, pecoso.

— Hola, Der. — se levantó y besó los labios del lobo.

— ¿Te sientes mejor? — acarició el rostro del castaño tomando un poco del dolor de su hematoma de la frente, ahora con la luz se veía algo morado, pero fuera de eso parecía estar bien.

— Ahora sí, Ahhh odio esto. Tengo suficientes cosas que hacer como para que el pueblo me lo ponga más difícil.

— ¿Qué sucedió?

— Digamos que una vieja amiga me visito anoche. ¿Recuerdas de la mercenaria que te hable?

— Si. ¿Fue ella?

— Se llama Breaden, nos ayudamos bastante en ciertas misiones y nos encargábamos de algunos trabajos juntos así que tenemos bastante confianza. Apareció de esa manera anoche porque temía que ustedes la atacarán, nosotros la conocemos así que le dejaríamos pasar, pero este es el territorio de los dos.

— Entiendo. ¿Qué te dijo?

Stiles suspiró y sacó sus celular donde tenía las listas.

— Alguien publicó una lista con los nombres de los sobrenaturales del pueblo. — le enseñó la lista — Hay dos listas más, pero hay que desbloquearlas. Breaden y yo pensamos que las claves han de ser dos nombres y tal vez Lydia pueda averiguarlas. Lo malo de todo esto es que todos los mercenarios ahora vienen o ya están aquí y hay muchos que están catalogados como los peores. Por el momento vamos a necesitar ayuda de nuestros cachorros aunque odio esa parte.

— ¿Por qué?

— Hay un grupo de mercenarios que se hacen llamar "Los Huérfanos", tal y como lo dice su nombre son chicos jóvenes, la mayoría de ellos adolescentes, son invisibles porque no tienen padres y huyeron de su orfanato. Encontraron dinero fácil al asesinar sobrenaturales y perfeccionaron sus estrategias, lo más probable es que ya estén infiltrados en el instituto. Son listos como la mayoría de los mercenarios.

— Estamos en un gran problema.

— Sí. Tenemos que cuidar de las manadas, lo más probable es que en las otras listas estemos todo y por lo que imagino de seguro vamos a valer mucho dinero.

— Nos hemos enfrentado a cosas peores solo que hay que organizarnos y cuidarnos.

— Der, los mercenarios son diferentes. Yo fui un mercenario y te conviertes en un arma letal. Estas personas disfrutan de asesinar y los que no, harán lo que sea para tener dinero sin importar lo que tengan que sacrificar. Estas personas no se tientan el corazón, los he visto asesinar a niños sin siquiera parpadear.

— Eso no es bueno.

— Para nada. Ahora hay que hablar con la manada y pedirle a Lydia que nos ayude y la verdad no estoy nada cómodo con hacer eso, no quiero que ella sienta la muerte. Sus habilidades le hacen daño, sí son parte de lo que es, pero creo que nunca hemos analizado lo que realmente le pasa con las habilidades que tiene y no es justo.

Derek tomó al castaño de los hombros, su chico estaba a punto de tener un ataque de pánico. Sabía que Stiles se preocupaba por todos, pero había algo que siempre hacia y notaba cada pequeña cosa que afectaba a los que amaba y sabía que le dolía no poder ayudarlos o hacer algo para evitarles ese dolor, como en este caso.

— Ey. Tranquilo, lo hablaremos con Lydia y sino encontraremos otra forma de descubrir las claves de la lista. Será difícil, pero saldremos de esto.

— Gracias, Der. — le dijo Stiles sintiéndose mucho más tranquilo.

— Ey, estamos juntos.

— Estamos juntos.

*

Stiles y Derek disfrutaron del desayuno que Dariel y los demás, fue un desayuno tranquilo y pacífico, era el descanso que merecía, también lo ayudó a ordenar sus ideas.

Después del desayuno Derek reunió a su manada en la mansión de Amets, ambas manadas estaban juntas cuando la pareja les explicó lo que había sucedido la noche anterior.

— Ok. Tenemos que encontrar a las personas de la lista que tenemos, hay que asegurar su vida, no podemos perder a más de los nuestros. Este pueblo ha pasado por mucho como para seguir perdiendo a la gente que tratamos de salvar. — dijo Amets de manera seria.

— Jordan, Camden y yo nos encargaremos con eso, en la comisaría podemos encontrar toda esa información. — dijo Noah mientras los sabuesos asentían.

— Lo haremos.

La relación de los hermanos Lahey había mejorado mucho, Stiles comenzó a hablar más con su hermano mayor y aunque aun existía esa distancia cada vez estaban más cerca de ser familia. Isaac solo estaba feliz de tener a sus dos hermanos en su vida.

— Lo mejor sería seguir nuestra vida diaria, pero no solos. Tal vez los mercenarios cambien sus planes al saber que nosotros también tenemos la lista, podríamos usar esa información a nuestro favor. — comentó Matt con tranquilidad.

— Eso sería lo mejor, pero recuerden que lo más importante es mantenernos a salvo. Esta batalla no nos va a quitar a ninguno de los nuestros. — dijo Stiles de manera seria.

— Es verdad. Vamos a cuidarnos. — dijo Derek mientras colocaba su mano sobre el hombro de su novio.

— Yo me concentraré en la lista.

— ¿Segura, Lyds?

— Sip. Tranquilo, Sti estoy segura de que quiero hacerlo, no tengo problema y quiero ayudar. — le dijo la pelirroja.

— Esta bien. No me gusta, pero aceptaré. Te mando los archivos.

— Gracias.

— Bien, tenemos las cosas más ordenadas. — miró a los Hale — ¿Les molesta que Breaden se quede en el territorio? Vamos a necesitar toda la ayuda que podamos y ella es bastante buena en lo que hacer. — les preguntó Stiles a los demás, sabía que Derek estaba de acuerdo pero era importante que los demás estuvieran de acuerdo.

— No tenemos problema, además ella te avisó así que esta bien. — dijo Isaac mientras los demás betas asentían.

— Bien, ahora hay que empezar. — dijo Amets, iban a proteger a sus manadas. 

Hermanos LaheyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora