XII.- Regreso lleno de Sorpresas

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Stiles cerró los ojos un momento, los abrió de nuevo y miró con cierto cariño el cartel que le decía que había llegado a Beacon Hill. Su celular comenzó a sonar y sonrió al ver de quien era la llamada.

— Hola, cachorro. No pensé que me extrañaras tan pronto. — saludo Stiles sintiendo que su cuerpo se relajaba.

¿Ya llegaste? Me imaginó que sí, ¿estás listo?

— Si, no te preocupes llegué tranquilo. Gracias por llamar.

Promete llamarme diario. ¡DIARIO!

El castaño rio con diversión.

— De acuerdo.

¡Mitch! El cachorro ha estado muy nervioso desde que te fuiste esta mañana. Espero que prontos podamos ir allá, pero nos iras diciendo como van las cosas. Acuérdate de llamarnos después de que veas a la manada y a tu familia.

— Ustedes son mi familia, pero sí, te les llamaré cuando me reencuentre con todos ellos.

Suerte, Mischief.

Stiles colgó con una sonrisa adornando su rostro. Encendió el auto y se adentró al pueblo. Las mismas calles, mismo edificios e incluso las mismas personas caminando de manera tranquila. El pueblo no había cambiado, todo seguía igual, ¿la manada lo sería?, solo había un pequeño problema: el era completamente diferente. Además había otro detalle, el castaño no sabía si quiera que consideraba a esta manada como su familia.

El castaño se dirigió a las orillas del bosque, en lo más profundo había construido una gran mansión y la había protegido con hechizos que Tao había puesto así que solo la verían las personas que tenían un pequeño tatuaje de un colmillo, claro mientras Tao no muriera porque así caería el hechizo o si él mismo les daba permiso de ver a través de su hechizo.

— Estoy de regreso. — susurró Stiles mientras entraba a la mansión.

Horas más tarde salió de nuevo de la mansión y comenzó a caminar por el bosque, algo le decía que la manada se encontraba cerca, era un presentimiento. Mientras más caminaba más cerca podía oír los gruñidos y aullidos de lobos. Él siempre tiene razón y gracias a Amets y Tao había desarrollado de alguna manera, había practicado muchas cosas durante ese año con la manada, aprendió de manera forzosa muchas cosas más de las que había aprendido con los Argent, en ese taño aprendió de todo para sobrevivir y de esa forma conoció bastante cosas de él mismo.

Stiles distinguió a los lobos, Jackson y Scott peleaban de manera amistosa, una sonrisa adornaba sus rostro. Isaac daba saltitos animando todo y los demás estaban igual.

— No han cambiado, siguen siendo unos cachorros. — susurró Stiles provocando que la manada se detuviera y miraran hacia donde estaba.

— ¿Quién esta ahí? — preguntó Derek mostrando sus ojos carmesí.

— Vaya, se han vuelto más listos. — dijo Stiles saliendo de detrás de un árbol. Su manos estaban dentro de los bolsillos de su chaqueta de cuero negra y caminaba alerta pero con confianza.

Los miembros de la manada no podían creer lo que veía, el chico había cambiado hace dos años después de estar con los Argent pero ahora parecía una persona completamente diferente. Su cabello estaba más largo que antes, tenia una cicatriz en su mejilla, otra que iba desde su ceja izquierda y pasaba hasta debajo de su ojo, la última que alcanzaban a ver eran en su cuello, tres líneas horizontales que lo abracaban por completo. Vestía con unos tejanos de mezclilla negros, una playera gris oscuro de manga larga y sobre ella una chaqueta de cuero negra, por último usaba unas botas mineras negras.

— ¿Stiles? — preguntó Derek con emoción.

— Mitch. — dijo Isaac sorprendido.

— ¿Con quién hablan?

Stiles tembló ligeramente. Esa voz la conocía, ese era...

— Matt. — dijo Stiles en cuando vio al chico frente a él. Seguía igual que hace dos años aunque parecía más tranquilo, calmado.

— ¡Mieczyslaw! — gritó Matt con emoción mientras corría y abrazaba a su mejor amigo.

Stiles lo abrazó con fuerza y cerró los ojos, sentía que las lágrimas se desbordarían. Su mejor amigo estaba bien, despierto y abrazándolo.

— Es bueno verte, Mattie. — le dijo Stiles mientras se separaba de él.

— Lo mismo digo, Mica.

— ¿Estás bien?

— Si, después de que te fueras tuve un pequeño accidente y Derek me mordió, ahora soy un lobo.

Oh. Eso lo tomó por sorpresa.

— Me alegra que te vaya bien y estés bien. — le dijo Stiles con una ligera sonrisa mientras acariciaba el cabello de su mejor amigo.

— Gracias. — miró al otro con atención — Tu... estás diferente, pero mejor que antes.

Antes de que pudiera responder su celular sonó.

— ¿Si? — sonrió — ¿Qué sucede, cachorro?

Los lobos prestaron atención a la llamada al igual que la kitsune y la coyote.

Dijiste que me llamarías cuando los vieras y estoy casi seguro de que ya lo hiciste. ¿Estás bien? ¿Tengo que arrancar algunas cabezas de chuchos?

— Tranquilo, no es necesario. Estoy bien, todo tranquilo.

Eso es bueno, me urge volver a verte. — ¡Eso me pone celoso, cariño! — Silencio, idiota. ¿No ves que estoy hablando con Mica? Aléjate. — se escuchó jaloneo a lo lejos — Lo siento, querido. Ya sabes como son. — rio — Me alegra que estás bien, pronto nos veremos y prometo preparar tus galletas favoritas. ¿El auto esta funcionando bien?

— Hola, Beth. — sonrió de una manera tan dulce que dejó sin aliento a la manada. Nunca lo habían visto sonreír así. — Sé como son, me imagino que Enzo esta molestando de nuevo al cachorro. Muero por comer de nuevo tus galletas, apenas ha pasado un día y medio pero ya los extraño. El jeep funciona de maravilla, gracias de verdad.

No tienes que agradecerlo, pequeño. Nosotros también te extrañamos pero pronto estaremos juntos. Es maravilloso que funcione, mis esfuerzos por alejar esa camionetas de los chicos no fue en vano.

— Es verdad.

Bien, te dejó volver a tus asuntos. Nos vemos pronto, ten cuidado cachorro.

— Nos vemos, Beth. Ustedes también tengan cuidado. Nos vemos pronto. — colgó la llamada.

La manada lo miraban con curiosidad. Isaac se movía nervioso.

— ¿Qué fue eso? ¿Acaso tienes novia? — le preguntó Matt con diversión.

— Amigo, soy gay y estaba hablando con mi madre, bueno una mujer que es como mi madre.

— Es verdad, sonaba muy cariñosa. Me alegro por ti. ¿Quién era el chico?

— Con ella vinieron mucho hermanos y hermanas, el que me habló es el más chico.

— Eso amigo, ya quiero conocerlos. — dijo Matt con emoción mientras le daba palmadas en el hombro a su mejor amigo.

— ¿Vas a quedarte? — le preguntó Isaac con temor.

Stiles pareció mirar ahora si a todos ahí.

— Me quedaré, pertenezco a este pueblo y ayudaré a Christopher y Allyson con el asunto de los cazadores. — miró al alfa — Alfa Hale. — el lobo rio — Ha pasado tiempo, Derek.

— Es bueno verte, Stiles. Bienvenido.

El castaño sonrió levemente.

— Por cierto, mi manada vendrá en tres semanas. 

Hermanos LaheyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora