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Ignacio

Cuando William se va quiero ir tras él y darle los buenos golpes que se merece.

—Señor—me detiene Hang y me aparto de él volviendo el recorrido que hice al ir donde William.

—Me arrepiento no saben cuánto.—golpeó el escritorio con el puño—Me arrepiento de haber involucrado a Chris con ese tipo.

Respiro profundo sabiendo que nada puede cambiarse. Me giro a mirar por el ventanal y las nubes grises apagan la claridad del día.

—En las noticias dijeron que se acerca una fuerte tormenta, una de alta magnitud.—cambia de tema y refresca un poco mis pensamientos impulsivos—No dejará de verla, ¿verdad?—de repente y así de la nada viene Flavia a ocupar todos mis sentidos. Suspira y escucho sus pasos hasta verle a mi lado de brazos cruzados mirando lo mismo que yo, las nubes grises—Señor ¿sabe el riesgo que está corriendo?

—Si, lo sé.—digo con calma—Pero no dejo de pensar en ella, ahora que la encontré..

—No puede gustarle...—siento reproche en su tono de voz.

—Ceeo que, ya es un poco tarde para decirme eso.—impulsandome con las manos me pongo en pie y camino hasta la puerta que conduce a la habitación, escucho los pasos de Hang detrás de mí. Quito el saco y lo dejo sobre la cama, en el closet busco un abrigo fino en el cuarto de ropa.

—Señor Gorikz ¿lo dice en serio?

—¿Cuándo has escuchado palabra vanas salir de mi boca?

—¿Qué ocurrirá con su tío abuelo?

Al escuchar esa pregunta me detengo y volteo a verle con mi rostro serio mostrándole una fiera que comienza a formarse de escuchar el tema.

—De eso no me he olvidado, Hang.

Mientras abotono el abrigo me miró en el espejo. Mi pelo está tapando mi frente y mis rizos son definidos a la perfección, aún así con mi mano me despeinó un poco. Y tomo los espejuelos.

—¿Irá a verla? ¿En serio?—a sus preguntas no respondo pero le miró mientras camino y paso para su lado para salir de la habitación. Ya fui claro.—Tiene mucho trabajo, no debería tardar.

—Lo sé.

En la oficina sigo hasta la puerta y me detengo con está abierta mirando al ascensor. Hang despertó en mi algo en lo que no pensaba...

—Señor Gorikz, ¿cuánto más piensa engañarla? Este es un personaje creado, usted no es tierno ni tan sonriente.

¿Engañarla? Es cierto, le estoy mintiendo pero...

—Por alguna razón.—volteo a verle—no sabría decirte pero solo puedo ser así con ella. Siento que se vuelve mi debilidad.

—Debilidad es lo que menos necesita justo ahora.

—Si, pero no puedo estar lejos de ella. Quiero estar ahí cuando me necesite. Tengo que protegerla.

Hang de repente no me contradice y solo guarda silencio. Me voy cuando no tengo más que decir y no pasa mucho para llegar a salir del Gorikz Empire. Cruzo la calle y entro en la cafetería. Y siento la calidez del lugar gracias a la calefacción. Luego de tomar asiento noto que ella no está entre las meseras.

—Hola—sonríe una chica con su notebook en mano—¿eres el amigo de Flavia?

—¿Ella está aquí?—fingí ser tímido y sonriente.

El Señor Gorikz [MBE] (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora