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Flavia

¿Dónde estoy? A mí alrededor todo es oscuro, no puedo mover mis manos como tampoco verlas. Me volteo y escucho una voz suave que se vuelve cada vez más clara. ¡Mierda! ¿Morí? Esa voz no la reconozco. ¿Quién es?

-Está despertando doctor-es la misma voz, una mujer.

-Señorita...señorita-dice una voz masculina.

Desperté y tardé unos segundos enfocar la vista en un hombre vestido de blanco al igual que todo a su alrededor.

-¿Que...?-la voz me sale ronca y débil-pensé que los ángeles era mas...lindos-la mujer se ríe a carcajadas.

-Por lo visto tu humor está intacto y antes que lo preguntes, no, no estás muerta sino en el hospital. Soy el doctor López. ¿Recuerdas quién eres? ¿Qué te pasó?

-Soy Flavia. Y si recuerdo pero no entiendo que pasó.

Recuerdo toda la película, del auto acercarse y derrapar haciendo sonar las ruedas pero luego, pum, nada. Siento como palpitaciones en mi cerebro y eso es doloroso.

-Me duele la cabeza-digo entre dientes.

Tocó mi cabeza y siento algo, tengo una venda que sostiene a un lado un bulto pequeño por detrás, al parecer fue donde me lesioné. El pelo suelto a un lado.

-¿Qué me pasó exactamente?

-Un fuerte golpe contra el suelo. No tienes fractura pero pudo ser más peligroso. Estarás aquí mínimo 24 horas en observación. Unos hombres rudos allá fuera nos insistieron en llevarte a casa pero no tenemos permitido eso, aún así tendrás tratamiento para esos dolores de cabeza.

-Gracias doctor.-digo y miro a la enfermera inyectado algo por medio del catéter en mi mano.

-Recién he puesto un medicamento para aliviar el dolor.-la mujer me sonríe amablemente.

Asiento con la cabeza y sonrió de vuelta muy agradecida. Ellos se dan la vuelta caminan hacia la puerta.

-Enfermera-le llamo casi al cerrar se gira a verme-El hombre que conducía...

-Se recuperará.-responde de inmediato-No fue nada grave, por suerte.

Era ese hombre asiático que cada mañana va por un té helado. Lo pude reconocer en el último instante. Estoy preocupada por él.

-Señora Stuart.-entra un guardia-El señor está preguntando por usted.-a medida se acerca me extiende un celular.

-Señor...

-¡Debes usar todos tus sentidos, no puedes ser una inútil!-grita y parece preocupado, más bien me regaña como si fuera una niña.

-Lo siento señor, fue mi culpa.

-¿Cómo estás?-luce un poco más calmado.

-Mejoraré pronto. No fue nada.

-Espero verte en una pieza cuando llegue.

Y lo dice como si realmente fuera una inútil. ¡Qué genio le tengo!-grito a mis interiores.

Luego de escucharle ser tan duro con sus palabras provocó un leve dolor de cabeza.

El Señor Gorikz [MBE] (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora