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Ligado al capítulo 5.

***

Ignacio

En una conferencia virtual con la señora Salange Ponce, presidenta de una de las cadenas de tiendas más prestigiosa de Francia y con la que tenemos un contrato recién firmado esta semana. Sus tiendas se expandieran aún más y lo hará aquí, en el Gorikz Empire.

La puerta se abre tan solo un poco y miro disimuladamente a Hang, quién entra sigiloso y continúo con la conversación fingiendo que estoy solo.

Hang desliza un sobre, mismo que tomo de una forma clandestina para ponerla al lado de la laptop. La presidenta no sabe que mientras hablamos miro unas fotos de Flavia. Se ve entrando y saliendo del auto, el conductor la mira mientras trabaja y también hay fotos en las que Flavia y él conversan.

Entonces le conoce, no es una amenaza ¿pero entonces... por qué la sentí como, intimidada?

—¿Señor Gorikz?—la presidenta me habla y al verla también noto que Hang se va cerrando la puerta nuevamente con sigilo.

—Le estoy escuchando.—la verdad es que si—Comenzaremos a remodelar su espacio, los trabajadores terminaran pronto así que todo estará listo y en menos de un mes podremos hacer la inauguración.

—No imagina el honor que es que mis tiendas estén en el Gorikz Empire.—finjo una sonrisa al verla tan ilusionada.

—También es un honor para mí, presidenta Ponce.

Luego de salirnos del tema de trabajo, esta comienza a querer entablar más que una amistad de solo trabajo, nada ido a la parte coqueta, solo quería ser más agraciada y que riéramos juntos. La verdad, odio reír para caer bien pero tampoco voy a ser grosero. Terminamos y cerré la laptop. Resoplé y llamé a Hang, en un minuto literal ya estaba dentro de mi oficina, no tuve que decir ni una palabra y comenzó a hablar:

—Este auto trae todas las mañanas a la señorita Flavia...

—¿Señorita?—le interrumpí y me dejó algo confundido.

—Sé que la llamaba solo Flavia, pero ahora que es la novia de mi jefe...—abrí mis ojos como platos escuchando su explicación.

—Hang, Hang—le detuve a medias—Ella no es mi novia.

—Pero a usted le gusta.

—Ni yo mismo sé eso exactamente.—me puse en pie y estiré los brazos caminando hacia el ventanal—¿Lograste encontrar una distracción?

—Si señor y creo que mejor que esa no habrá.

Sabía que podía confíar en su eficiencia, con razón mi tío era tan apegado a él. El reloj en mi muñeca me dice que aún es temprano. La llamada con la presidenta Ponce fue bien más rápido de lo que pensé.

—Está pensando en ir a verla, ¿cierto?

Muerdo mi labio inferior mirando hacia abajo y veo toda la ciudad que estaba a mis espaldas.

***

Dos horas después:

Estoy vestido como Ignacio, el simple trabajador del rascacielos. Me detuve a abrir la puerta y escuché la campanilla, me dió gracia pero me trague la risa. Miré por la ventana el auto estacionado en frente y ya veo "la distracción", una mujer.

El Señor Gorikz [MBE] (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora