Con lo sucedido la semana pasada en la reunión, Porsche pensó que entrarían en guerra con los italianos, pero no fue así. En realidad había hecho un favor a dicho grupo mafioso al eliminar a ese hombre, se había descubierto posteriormente que era un traidor. Ahora los italianos le debían un favor a los Theerapanyakul, el cual cobrarían después.
Por otro lado, el cuarto del bebé estaba completamente listo, ahora con todas las cosas que habían comprado los chicos aquel día. Tankhun no se salvó del berrinche de su hermano menor al descubrir que habían abusado del dinero de su tarjeta de crédito, al usar más de 3 millones de bahts. Tankhun sólo se carcajeó en su cara y le recordó que el hijo era suyo, y que el dinero usado también le pertenecía, luego se dio la vuelta como toda una diva y se fue a encontrar con su hijo y marido, dejando a un indignado Kinn detrás, sin saber que el propio Khun había gastado más de 1 millón de dólares de su cuenta privada para todo aquello y más, correspondiente a su amado sobrino en camino. Aquello representaba más de lo gastado por Kinn. Aunque lo mantendría en secreto.
Y ahora, una semana después de los hechos, Kimham y Porschay se casaban en una muy privada ceremonia familiar.
Porsche se encontraba en su habitación, desnudo frente a su espejo, viendo su redonda silueta, según sus pensamientos. Miró el porta ropa colgando en una esquina, en el cual se encontraba su traje azul para la boda de su hermanito. Anteriormente se lo había probado y no le quedaba. Él estaba ancho, gordo y feo. Ay, Kinn no lo iba a querer más. Dio otro vistazo y descubrió el detonante de su estallido emocional. ¡Estrías! ¡Tenía malditas estrías! Tenía toda la piel medio arrugada, llena de edad malditas cosas. Su piel ya no sería suave, ni tersa, ni brillante, ni sedosa. ¡Ni nada!
- ¡Kinn! - chilló. Salió inmediatamente del baño, desnudo, y se colocó detrás suyo.
- ¿Qué sucede cariño? ¿Estás bien? ¿Kam está bien? - preguntó preocupado.
- ¡Estoy gordo Kinn! - Y, oh, Kinn entendió. Ya le extraña que no se deprimiera por eso.
- Mi amor...- fue interrumpido.
- ¡Tengo estrías Kinn! Estoy redondo ¡Ni siquiera puedo verme los pies! - Kinn simplemente se carcajeó y tomó a Porsche por sus anchas y hermosas caderas.
- Ah, eres tan gracioso.- rio nuevamente y Porsche volteó su para verlo indignado.
- ¿Por qué mierda te ri...mmghf...- Kinn no lo dejó terminar, pues con una mano tomó su mandíbula y lo inclinó a sus labios, robándole un salvaje beso, haciéndolo gemir del impacto. Lo soltó y le dirigió la vista de vuelta al espejo.
- Dime Porsche, ¿qué ves? - preguntó seriamente.
- ¡Un gordo yo! - chilló con nuevas lágrimas en sus ojos.
- ¿Sabes que veo yo? - el moreno negó y Kinn acarició una de sus nalgas, apretándola en el acto, el menor jadeó y comenzó a sonrojarse.- Sí, veo un gordo tú, y antes de que digas algo, te diré más, veo la obra de arte más hermosa de todo el universo, y mira que curioso, es toda mía, de mi pertenencia. Y esas estrías que dices son producto al estiramiento de la piel, lo que más hay en el mundo, son cremas para estos detalles insignificantes. Y, oh, ¿sabes qué? En el baño hay todo un Kit de ellas, cortesía de mis hermanos y Top. Otra cosa y quiero que te lo grabes en esa mentesita tuya, eres hermoso, eres único e inigualable, y todo para mí. Para amarte, para cuidarte, para follarte por detrás de todas la formas posibles.- Porsche gimió y se sonrojó completo, cerrando fuertemente los ojos y respirando pausadamente.- una última cosa, todo tú, así como estás, es producto del amor que siento por ti, del amor que sientes por mí. Estás gordo, redondo, como te te la reverenda gana, porque aquí,- rodeó su hinchado vientre y lo acarició,- justo aquí Porsche, crece el fruto de nuestra pasión, de nuestro amor. Y cierto alguien que ya te ama mucho, está de acuerdo conmigo. ¿Cierto bebé? - se inclinó hacia la barriga y la besó, obteniendo inmediatamente una patada fuerte por parte de Kam que dejó helado a Porsche. - ¿Ves? Nuestro hijo está de acuerdo conmigo. Tiene al papi más hermoso de todos.
- Kinn.- jadeó. Kinn se acercó a su oído.
- No quiero volver a oírte diciendo esas estupideces una vez más. ¿Quedó claro? - Porsche gimió y asintió. Kinn tomó las caderas contrarias y pegó la retaguardia a su desnuda entrepierna, haciendo gemir a Porsche nuevamente. - ¿Sientes eso babe? - susurró a su oído y el contrario asintió con los ojos bien cerrados.- ¿Sientes cuán duro estoy por ti? Por nadie más Porsche, sólo por ti mi amor.- lamió desde la curvatura del cuello hasta la mejilla y tomó su duro pene y lo pasó por todo el fruncido agujero de Porsche, dejándolo húmedo.
- Ah...Kinn..la boda.- gimoteó extasiado y a la vez preocupado.
- Tenemos dos horas aún bebé, déjate llevar.- le susurró.- Inclínate, pon las manos en el espejo y abre los ojitos, quiero que veas todo, quiero que veas cómo me follo tu delicioso trasero.- Porsche hizo lo ordenado y separó sus piernas también también. Kinn lubricó dos dedos y los incertó fácilmente en la apretada entrada, ya acostumbrada a esas espectaculares invasiones. Prepararlo fue lo más fácil, y fue rápido, pues horas antes, en la mañana lo habían hecho como desayuno. Kinn tomó su palpitante miembro y de una estocada se incertó en el interior de Porsche. Estocada tras estocada, hacía a Porsche deshacerse en gemidos, jadeos, suspiros ahogados, sollozos de placer. Y cada vez que tocaba ese punto clave, lo hacía ver estrellas.
-Porsche...Porsche...- gemía bajito en su oído, besaba su cuello y lamía, chupaba y mordía, sin miedo de dejar marcas en la hermosa piel morena de su hombre.- Te amo Porsche, eres mío, mío.
- Tuyo Kinn, tuyo, ah Kinn, me vengo.- Y luego todo fue un borrón de placer. Ambos llegaron al clímax al unísono y quedaron pegados el uno al otro, jadeando, con Porsche recostado su cabeza en el hombro de Kinn y este acariciando su cuerpo suavemente.
- Ahora vamos a ducharnos nuevamente y luego te pondrás el traje hecho a la medida para ti que hay en nuestro clóset. Khun y Big lo diseñaron y Pete lo hizo, Sabíamos que tendrías problemas con ello.
- Te amo Kinn.
- Yo te amo por igual bebé.
(...)
El jardín de la primera mansión fue adornado preciosamente por los chicos, colores agradables rodeaban el lugar. Flores blancas, rojas y violetas embellecían el entorno.
En el pequeño altar se encontraban Kim, hermosamente vestido con un con un reluciente traje negro y el maestro de ceremonias religiosas detrás, a un costado Khun como padrino de su hermanito y la única mujer del lugar, Che Jade, como la madrina de Chay.
En los asientos se encontraban Top, Kinn, Korn, Chan y Big de un lado y Pete, Macau, Vegas y Venice del otro lado de la primera fila. En las otras filas estaban Tay, Time, Arm, Pol, Jom,Tem y los demás guardaespaldas.
La música comenzó a sonar, con Canon como himno nupcial, dándole paso a Chay, vestido un un precioso traje blanco con detalles dorados en las mangas, cuellos y bordes, con una corona de flores en el cabello y un ramo de rosas rojas y blancas entre manos. Iba tomado del brazo por el embarazado Porsche, que lucía impecable con su traje azul de gestación, y flores adornaban crecido cabello. Ambos hermanos opacando a todos y cegándolos con su belleza.
Kim no se aguantó y fue a su encuentro. Porsche lo miró seriamente y suspiró para luego agregar.- Cuida de él Kim.
- Con toda mi vida.
- Cuida de él Kim.- repitió.- Porque no me temblará la mano, no dudaré en pegarte un tiro en la frente si lo haces llorar, a menos q sea de emoción claro está.- y sonrió bonito haciendo que el novio tragara fuerte y que Chay riera.
- Lo juro. Gracias por esta oportunidad phi.- dirigió la vista a Chay y sonrió ampliamente.- Estás espectacularmente precioso.- Tomó a Chay del brazo y caminó al altar, Kinn fue al encuentro de su hombre y lo regresó a los asientos principales.
- Mi hermanito de casa Kinn.- sollozó bajito.
- Lo sé lo amor, lo sé, y el mío se casa con él.- le contestó dejando un beso en su frente.- Vamos bebé, tenemos una boda que presenciar...
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La Sangre De La Mafia [KinnPorsche]
Fanfic-P..Porsche cariño...es positivo.- dijo Tay directo y sin rodeos... ...un mareo repentino hizo que su vista se nublaran, luego todo fue oscuro.... -...Tay, tú quédate con él, yo iré a por Kinn.- dijo Khun... Y que sea lo que Dios quiera. Si era lo...