Porsche suspira tranquilo mientras acaricia ese cuerpecito de luna, la noche los ilumina. Hoy el parece extraño, no, lo es, la luna está inmensa, en el cielo brillan las estrellas, está repleto de ellas, como nunca. Hoy la Luna ha reunido a sus hijos celestes para hacer fiesta en el cosmos, hoy la Luna quiera quiere dar bienvenida a un nuevo hijo, hoy la Luna le da la bienvenida a Kam.
Porsche ni siquiera cree que hayan pasado nueve meses, pero ahora el tiempo entre cada ola parece leche, y él se lo bebe tranquilo.
– Ven pequeño, ven mi niño.– sonríe a la sonrisa que cuida sus cien latidos, que como gato camina sigiloso. Kinn, es Kinn que se acerca y se sienta junto a él y su pequeño bultito de amor. Lágrimas felices inundan la cama con miradas cómplices desde esquinas cercanas.
– Todo va a estar bien pequeño. Papá está aquí, papi está aquí. – Sonríe Kinn, el alma orgullosa y Porsche le sonríe por igual. Pudo. Puede. Que se lo griten al mundo, que esto apenas comienza.
Fue un momento de incertidumbre, horas de larga espera, pero valió la pena, ya está aquí, su rayito de sol, su pedacito de luna, su sangre, su hijo amado, Khalan Theerapanyakul, Kam, La Sangre de la Mafia...
Horas atrás
– ¡ KINN ANAKINN, MALDITO HIJO DE PUTA, TE VOY A MATAR! – ese fue el grito que soltó el moreno cuando le llegó una nueva ola de dolores, luego de haber roto aguas. Kinn quiso correr, huir de las garras de su muy enojado y adolorido esposo en estado de parto, mas se quedó a su lado.
– Ya es hora Porsche, estás en buen estado de dilatación. Vamos al agua.– Top se bajó de la cama y fue hacia la piscina, donde se quitó su ropa y quedó en traje de baño.
–Vamos bebé, después te juro que yo mismo me sirvo en bandeja para que me asesines. – lo ayudó a levantarse de la cama y le quitó la bata que tenía encima, dejándolo sólo en una camiseta desmangada, él mismo, sólo vestía un par de bóxers.
– ¡Aggh! – gimió de dolor una vez más y apretó con todas sus fuerzas la mano de Kinn, haciendo que este cerrara fuertemente los ojos por el dolor.– ¡Joder Kinn! ¡Nunca más me vas a meter el pene! ¡Te voy a follar para siempre! ¡AGGH, DUELE! – Kinn quería ser tamaño moneda en ese momento, lidiar con una persona en labor de parto era un gran trabajo.
– Vamos mi amor, ya casi, ya casi.– ambos caminaron hasta la piscina donde los esperaban Top y Leo dentro de ellos, se adentraron con cuidado hasta quedar en el centro. El agua estaba lo suficientemente cálida para el momento y con el volumen necesario.
Toda la familia estaba en la sala de estar de la habitación de la pareja, esperando el nacimiento, todos sumidos en sus pensamientos, sólo escuchando los gemidos de dolor de Porsche.
– Bien Porsche, abre las piernas un poco, y por cada contracción, puja cuando te diga, me avisas cuando lleguen.– anunció Leo.
– Kinn agárralo por los antebrazos y aguántalo fuerte, tu apoyo es muy importante ahora mismo, ¿bien? – Kinn asintió a lo dicho por Top.– Empecemos.– cada doctor se colocó dos pasos detrás de Porsche, a cada lado, velando el canal de parto.
– ¡Viene! – gritó Porsche con lágrimas en los ojos.
– Bien, 1...2...3...¡Puja! – Porsche pujó fuertemente apretando su agarre con Kinn.
Todo alrededor de vuelve blanco, sólo está él, gritando, pujando, luchando por traer esa vida al mundo. Aparecen entonces unas manos que ama, que dan fuerzas y aseguran. Se hunde, pero se ahoga, sueña despierto entre las olas. Se levanta, se queja: "¡¿por qué no se acaba?!" Demasiada es la espera.
El corazón anhela con fuerza, lucha por tener lo que el alma ya besa. La llamada rompe el silencio, son unos brazos de voz que intentan recoger un sueño. No queda nada por dar. Lo entrega todo, y todo vuelve a sus brazos.
Un llanto fuerte y agudo lo hace abrir los ojos y mirar, aun si los tiene anegados en lágrimas. Es él, está ahí, es fuerte, es sano.
Sus oídos no oyen las voces alrededor, sus ojos están en ese cuerpecito que Kinn le acerca sonriente, y lo toma. Ahora, el paraíso descansa en sus seguros brazos. Ya está, se acabó la tortuosa espera. Vida tibia respira sobre su pecho. Ojos, amor, cuidado, alimento...
Y la Luna, la Luna les dice a ambos, Kinn y Porsche:
– Bienvenido a la vida Kam Khalan Theerapanyakul, mi hijo amado, fragmento de mi alma.
Y ambos lloran, lloran de alegría, de emoción, de alivio. Derraman lágrimas tibias y unen sus labios en un cálido beso, sellando la promesa de un nuevo porvenir...
– Te amo Porsche, gracias mi amor.
– Kinn.– susurró y lo miró, transmitiendo demasiado, con una sonrisa.
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La Sangre De La Mafia [KinnPorsche]
Fanfiction-P..Porsche cariño...es positivo.- dijo Tay directo y sin rodeos... ...un mareo repentino hizo que su vista se nublaran, luego todo fue oscuro.... -...Tay, tú quédate con él, yo iré a por Kinn.- dijo Khun... Y que sea lo que Dios quiera. Si era lo...