Capítulo 19

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Observé a Hyunjin mover los colgantes en un puesto de artesanía, logrando que estos produjeran un sutil sonido de cascabeles. La risa del chico se coló a través del material de su tapabocas y aún bajo todo el ruido que había en en lugar donde estabamos logré escucharla. Sonreí, caminando hasta él y rodeándolo con mis brazos. Su mirada se dirigió hacia mi sobre su hombro, sus ojos marrones brillaban mientras tocaba las cosas sobre la mesa.

Su mano se detuvo sobre un pequeño colgante que estaba atado a un papelito, el mismo proclamaba que la joya tenía como nombre "Llamador de angeles". Hyunjin lo tomó entre sus dedos, leyendo la explicación que contaba una historia de como los ángeles en un tiempo pasado habían convivido con los humanos, hubo un momento en que estos se vieron obligados a separarse pero los primeros, apenados por tener que haber abandonado a sus amados seres, decidieron regalarle pequeñas joyas que hacían un dulce sonido para que si se sentía mal o estaban en problemas, solo la agitaran y su ángel guardian la escucharía donde fuera y podría venir a ayudarlos.

El pelinegro la agitó con suavidad, el sonido fue suave y melódico, si eso tenía algún sentido. Hyunjin siguió agitándolo, mirándolo tan embelesado que no pude resistirme de preguntarle a la vendedora el precio y comprarlo. Acercándome nuevamente a Hyunjin, le saqué el collar con cuidado y quite el papelito que estaba enganchado en la cadenita antes de pasarla por su cuello. La pequeña bolita gris con el intricado grabado cayó con un pequeño sonido sobre su pecho.

"¿Te gusta?" gesticulé.

Asintió efusivamente. "Me encanta" aseguró "Gracias, Ch'n".

— No es nada, cariño. —Aseguré, besando su frente con suavidad.

Hyunjin se aferró a mi con los brazos en mi cuello, escondiendo su rostro bajo mi barbilla. Sonriendo, lo abracé con fuerza apegándolo a mi cuerpo. Dándole un breve vistazo a mi reloj, solté un suspiro de frustración.

— Debemos volver al colegio —susurré en su oido.

"¿En serio?" se separó de mi, parpadeando con tristeza.

— Si, lo siento —dejé caer un beso en su frente—. Debo ir a ver lo que Seungmin y Changbin están haciendo, tengo la impresión de que ninguno de ellos esta haciendole caso a Jeongin.

Hyunjin parecía totalmente descepcionado pero no iba a ceder con esto. Estaba comenzando a hacer frío y no iba a arriesgarme a que el chico se enfermara. Colocando un brazo sobre sus hombros y comenzando a caminar para poder salir de la pequeña calle bordeada con varios puestos con distintos tipos de cosas artesanales.
 
Estábamos a punto de salir del lugar cuando una pequeña mujer se cruzó en nuestro camino. Aparentaba tener unos sesenta años, tal vez. No aparentaba tener más de treinta años, con el cabello largo y rizado hasta la cadera. Ojos negros con abundante maquillaje que en vez de hacerla parecer exagerada la hacia verse misteriosa. Su ropa era brillante, como un vestido de colores y sus brazos estaban cubiertos de pulseras que sonaron cuando movió sus manos.

No me hizo falta mirarla mucho para saber lo que era. Una gitana.

— Me disculpo por molestarlos, señores —nos dio una sonrisa radiante de labios rojos—. Mi nombre es Dika y me gustaria ofrecerles mis servicios como vidente.

Rodé los ojos y estaba a punto de despacharla cuando vi a Hyunjin asentir con exageración. Mierda, ahora ibamos a estar escuchando estupideces por una hora, que me costaría más de lo que llevaba en el bolsillo y que no me diría nada nuevo.

Antes de que me diera cuenta estaba siendo arrastrado hacia un pequeño puesto que simulaba una pequeña carpa. Dentro, estaba el escenario cliché que muestran en las películas. La pequeña mesa en el centro con un mantel de lo que parecía encaje, una bola de cristal sobre ella y telas de colores colgadas alrededor del lugar. Okey, me había metido en la madriguera del conejo y había perdido mi mente.

Dika, soltó las cortinas que estaban aferradas a los lados y hacían de puerta, dejándonos dentro solo con la deficiente luz de una lámpara colgando del centro. La chica nos indicó que nos sentaramos y él lo hizo del otro lado de la mesa. Hyunjin se sentó en mi regazo, cosa que agradecí ya que podía esconder mi cara de fastidio detrás de su cabeza.

— ¿Hay alguna cosa puntual que quieran saber? —Preguntó, mirando entre ambos.

Hyunjin lo pensó por un segundo antes de asentir y mirarme sobre el hombro. Reí entre dientes al entender que quería saber, miré a Dika—. Quiere saber que pasará con nuestra relación.

El borde de la boca de la gitana se curvo hacia arriba y asintió antes de encender una especia de luz debajo de la bola de cristal mientras movía las manos sobre la misma de forma extraña. Rodé los ojos por ello y hundí mi rostro en el cuello de Hyunjin.

— Su relación esta llena de amor pero tambien de complicaciones. Habrá muchos obstáculos es su camino. Veo una persona que intenta separarlos, es alguien oscuro —levanté la vista levemente del cuello de Hyunjin y miré a la mujer, quien estaba concentrada en "la lectura"—. No puedo decirles quien es porque no se deja ver pero deben tener cuidado con ella, es peligrosa.

Hyunjin tembló sobre mi y automáticamente lo rodeé con mis brazos, mirando a la gitana—. ¿Por qué mejor no nos dice las cosas buenas? —pedi.

Ella levantó la vista, mirando a Hyunjin por un momento antes de mirarme a mi—. Lo siento, yo solo traduzco lo que veo, no controlo si esto es bueno o malo.

Hyunjin me codeó con fuerza antes de hacer una seña, suspiré—. Siga hablando.

—Bien —suspiró, volviendo a pasar sus manos sobre la cosa de cristal—. Hay muchas personas de su lado, viejos amigos que volveran a sus vidas para ayudarlos. 

Asentí con aburrimiento mientras escuchaba a la gitana, traduciendo lo que Hyunjin quería decirle pero prestandole poca atención a las palabras. No me gustaban esas cosas de los videntes, no creía en ellos pero si Hyunjin quería hacerlo no era nadie para pinchar su burbuja.

De un momento a otro, ella se detuvo de golpe y miró a Hyunjin de manera extraña. Frunció el ceño pero ella no me vió, estaba concentrada en el pelilargo. Unos segundos despues, solo sacudió la cabeza y sonrió—. Lo siento, eso es todo lo que puedo ver.

Hyunjin le hizo una seña con la mano—. Dice que gracias —traduje antes de sacar la billetera y dejar un par de billetes sobre la mesa—. Vámonos, cariño, ya vamos tarde.

Hyunjin se puso de pie y lo seguí, guiándolo hacia la puerta. Una mano delgada y fría se aferró a mi muñeca cuando estaba por salir detrás del menor. Miré sobre mi hombro para ver a Dika reteniendome. La miré confundido, ya que estaba seguro de que el dinero que le había dado era suficiente para pagar la consulta y su palabrería. 

Ella miró hacia el lugar donde Hyunjin habia salido antes de mirarme con preocupación—. Debes cuidarlo mucho —musitó—. Hay una sombra muy oscura a su alrededor, algo quiere hacerle daño y no se detendrá hasta hacerlo.

Hice una mueca—. Sabes, lo siento, puede que Hyunjin crea tus palabras pero yo no lo hago. —me zafé de su agarre y salí de la carpa—. Gracias por lo que sea que hayas hecho. 

—Al menos, asegurate de que conserve el colgante —pidio detrás de mi—. Cuídalo mucho... Christopher.

Me giré hacia ella, sorprendido de que supiera mi nombre, pero ella ya había entrado nuevamente a la carpa. Sacudiendo la cabeza, visualicé a Hyunjin en un puesto cercano y me acerqué a él, abrazándolo desde la espalda.

—Te quiero, lo sabes, ¿verdad? —musité en su oído.

Hyunjin se volteo en mis brazos y gesticulo "Yo tambien te quiero, Ch'n".

𝗜𝗻𝘁𝗼𝗰𝗮𝗯𝗹𝗲 | 𝑪𝑱 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora