Capítulo 29

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SEUNGMIN.

Oh, dios.

¿Por qué mi boca sabía como si hubiera estado lamiendo muros por la ciudad? El gusto horrible en mi lengua parecía estar adherido a mi boca de forma permanente a pesar de que intenté tragarlo varias veces. Moviéndome en la suavidad de la cama, me tragué un gemido por el dolor de cabeza que golpeó mi cabeza como un martillo y abrí los ojos.

¿Quién jodidos había sido el hijo de perra que había abierto las ventanas? Quién fuera, le deseaba lo peor de la vida. Algo así como que se cayera y se raspara las rodillas y se le metieran piedritas en las heridas. Mierda, me sentía como un vampiro recibiendo la luz del sol luego de dormir por siglos, me estaba desintegrando, estaba seguro de que se me caería una mano en poco tiempo. Lo único que esperaba es que no fuera la derecha, sería una vida solitaria para mi si mi amiga de juegos se perdía.

Estirando mis manos a los lados, me detuve cuando me encontré con carne caliente en ambas manos. ¡Hey, mis manos seguían en su lugar! Cerrando los ojos, seguí con mi exploración a ciegas, siempre podía decir que estaba durmiendo y era un reflejo involuntario.

La barba del tipo a mi izquierda pinchó la llema de mis dedos cuando los pase por alli, el de mi derecha tenía mejillas lisas. Un bonito pecho tonificado y uno no tanto pero no le quitaba lo firma, abdomen plano en los dos y... wow.

A menos que estos dos llevaran algun tipo de arma de contrabando, tenían bonito equipaje que estaba listo para el combate y...

—A menos que vayas a hacer algo por mí, te aconsejo que quites la mano.

Esa voz rasposa y adormilada logró que abriera los ojos y mirara a mi izquierda. Changbin le devolvió la mirada con una ceja alzada y teniendo en cuenta que aun tenía atrapada su erección entre mis dedos, no tenia mucha defensa contra las preguntas en su rostro. Quitando ambas manos, me arrastré fuera de la cama, enredándome en las sábanas y cayendo al suelo en una bola.
 
Mi cabeza dolía, mi espalda y culo también pero de todos eso, lo que más me interesaba era el último. Subiendo la mirada, me forcé a ignorar el dolor y miré hacia la cama. Liam estaba mirándome con una expresión burlona mientras que Jeongin, aún adormilado, parecía bastante preocupado por mi.

—¿Estás bien? —susurró, con esa voz típica adormilada aún más notorio en su voz mañanera.

—Si.. yo... oh —sacudí la cabeza, arrepintiéndome en el momento en que el dolor reapareció. Volví a mirarlos—. ¿Tuvimos sexo?

—Uh —Jeongin miró hacia Changbin—. Estás vestido, ¿eso no te dice nada?

—Créeme, esa no es una excusa para nada. —aseguré abriendo mis pantalones para mirar dentro.

—No hicimos nada —aseguró el castaño—. Tú hiciste todo por nosotros.

—¿Qué? —los miré sorprendido, golpeándome mentalmente por haberme emborrachado mientras me mordisqueaba el labio con nerviosismo—. ¿Q... qué hice?

—Yo...tu... ehm —Jeongin parpadeó rápidamente, quitando los rastros de sueño antes de salir de la cama, llevando solo unos pantalones sueltos—. Iré a hacer café para ti.
 
—No, espera. —lo atrapé de una pierna, logrando que cayera al suelo con un golpe antes de treparme sobre él, sentándome sobre su cadera y mirándolo—. Dime que sucedió. 

Se quejó del golpe, frotandose la cabeza con suavidad—. ¿Por qué hiciste eso?

—Quiero respuestas, Yang —pedí—. Dime lo que hice.

—No hiciste nada. —aseguró, tomándome de la cadera con ambas manos e intentando quitarme de encima—. Solo debemos olvidarlo y ya.

—No puedo olvidar algo sino sé lo que es. Dímelo así puedo olvidarlo.

Rodó los ojos cuando me aferré a sus hombros—. Eso no tuvo sentido.

—Lo sé —me encogí de hombros—. Ahora dime lo que pasó.

—Le hiciste un trabajo manual a Jeongin cuando intento ayudarte a llegar a la cama —la voz de Changbin denotaba aburrimiento mientras arrastraba los pies hacia el baño.

Sentí el calor subiendo por mi rostro cuando volvi a mirar al chico debajo de mi—. ¿Yo...? 
—Uh-uh —asintió, su rostro tomando un tono rojizo como el mio.

Intenté procesar eso, imágenes borrosas apareciendo en mi mente como flashes rápidos. Fruncí el ceño—. ¿Por qué no me detuviste?

Yang al menos tuvo la decencia de verse avergonzado—. Tú eres un poco... intenso —susurró, jugueteando con sus dedos—. Y se sintió bien y nadie había hecho eso por mi antes y lo siento mucho, en serio.

Medité eso por un momento—. ¿Te corriste?
Eso logró que el chico se volviese aun más rojo, nunca habia visto a alguien ponerse tan rojo en tan poco tiempo. Jeongin dudó un momento antes de asentir suavemente logrando que sonriera. Changbin salió del baño en ese momento, rascándose el abdomen -jodidamente marcado- mientras caminaba hacia la puerta. Nos lanzó una mirada.

—¿Alguien tiene hambre? —preguntó como si no estuviesemos en el suelo, conmigo sobre Jeongin—. ¿Tienes algo de comer por aquí?
Me encogí de hombros—. Pide comida rapida, no molestes.

—Oh si, despertar contigo es lo mismo a pesar del paso de los años. —murmuró, saliendo de la habitación.

Volví a mirar a Jeongin—. ¿Por qué estaban acostados conmigo? Hay dos habitaciones más.

—Si, lo sé, las vi —aceptó en un susurro, pasó sus dedos por la piel de mi cadera distraídamente, sus ojos fijos en eso—. No quería dejarte solo por la noche, podrías ahogarte o algo y quise quedarme para cuidarte. Lo siento si estuve mal, solo tenía miedo de que algo te sucediera.

—Gracias —susurré, tocado más allá de lo posible. Nadie había tenido un gesto así conmigo antes aunque había algo que no me cuadraba—. ¿Por qué estaba Liam aquí?
Se encogió de hombros—. Dijo que no me permitiría dormir contigo solos despues de que tu... bueno, tu sabes.

—Si, yo sé. —acepté, moviéndome más atrás, me presiones sobre su erección mañanera y comence a mover mi culo sobre la misma, logrando que gimiera—. Pero ya que no lo recuerdo, ¿qué tal si hacemos una repetición?

—Yo... uh, no sé. —gimió cuando comencé a moverme más rápido, casi parecía como si estuviesemos haciéndolo de no ser por la ropa.

Jeongin gimió realmente, aferrándose a mi cintura mientras comenzaba a producir más fricción. Él no necesitó mucho para correrse en sus pantalones, lanzando la cabeza hacia atrás y soltando un gemido suave. Sus mejillas estaban rojas, sus ojos cerrados y la expresión de puro éxtasis en su rostro era hermosa.

Jeongin era precioso.
 
Bajando, puse mi boca en su mejilla y dejé un suave beso en su piel—. Te besaría pero mi boca realmente no tiene un buen aliento mañanero —musité antes de ponerme de pie y dirigirme al baño, lavando mis dientes con rapidez, volví a la habitación para encontrar al chico aún en el suelo. Me acerqué y extendí una mano—. Vamos, cariño, arriba.

Parecía mucho más calmado cuando tomó mi mano y se puso de pie, lo guié al baño con rapidez. Abriendo la ducha, me giré hacia él y tomé el borde de sus pantalones jalándolos con suavidad mientras besaba su pecho.
 
—Espera. —pidió, enmarcando mi rostro con sus manos para que lo mirara—. No, así no.

—¿Qué? —parpadeé hacia él—. ¿Por qué? Pensé que querías esto, dijiste que te había gustado y...

—Me gustó —susurró—. Pero quiero que sientas algo por mi antes de que hagamos algo, no quiero que sea sexo sin sentido, quiero que me quieras.

Lo miré sorprendido por un momento, mis ojos llenándose de lágrimas mientras me lanzaba a abrazarlo, rodeando su cuello con mis brazos, la resaca totalmente olvidada—. Dios, estuve esperando por ti mucho tiempo, Jeongin —susurré—. Pensé que no existías, pensé...

—Shh —me rodeó con sus brazos con fuerza—. Nunca más vas a estar solo, estaré contigo mientras me quieras, te lo juro. 

梦 𝗜𝗻𝘁𝗼𝗰𝗮𝗯𝗹𝗲 | 𝘊𝘑 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora