Soy Aly halmiton, soy una adolescente de 16 años. Vivo en un pueblo no tan pequeño que está ubicado en medio del bosque mis padres son Ector halmiton y Amanda halmiton, ellos son los mejores padres, me ayudan mucho y están siempre al pendiente de mi...
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Él alfa se hacerca a mi, y toca mi cabeza.
-Eres la loba más hermosa que he visto pues tú color es uno de los más raros, eres más grande que el lobo de mi hijo.-Suelta una risita burlona. -tú aroma floral me indica que eres una alfa y no cualquier alfa, eres una alfa sangre pura, hay muy pocas como tú y estoy orgulloso de poder tenerte en mi manada.-el alfa se hacerca a la luna con una gran sonrisa, la abraza y en ese simple gesto se enota cuánto la ama, suelto un suspiro soñador ojalá mi mate me ame de la forma en que la que el alfa ama a su luna.
Al día siguiente me encuentro entrando por los largos pasillos del insti, voy directo hacia el salón, la primera clase es historia, no soy tan fanática de esa materia pero tampoco la detesto, me siento junto a la ventana, ver el bosque me trae tranquilidad, amo sentirme en paz, el profesor entra dándole inicio a la clase.
Fue un día largo mi última clase ya acabo y tengo que dejar unos papeles al director, voy rumbo a la dirección, toco la puerta con mis nudillos esperando a que me dé el permiso de pasar.
-Señorita halmiton, a qué se debe el gusto de su visita.- pregunta el director con una media sonrisa.
-Le vengo a entregar estos papeles.- me hacerco a su escritorio y se los entrego.
-Gracias señorita.- dice luego de darle una ojeada.
-Con su permiso director debo retirarme.-asiente con la cabeza y por mi parte salgo de la escuela, voy por el camino de tierra que conduce a casa, pero me distraigo por un sabroso olor, es nutella combinada con miel, algo muy dulce y adictivo para mí.
-Mate, mate buscalo.-me ordena mi loba, pero yo aún no estoy preparada para conocerlo, entonces con el poco sentido que me queda corro, Cómo si el mismo diablo me estubiera persiguiendo siento unas pisadas detrás de mi, eso hace que entre en pánico y tire mi mochila para poder correr más rápido, cosa que no sirve de nada porque un lobo negro se abalanza sobre mi haciendo que caiga de cara contra el suelo, mi rodilla arde, mierda, me he lastimado y todo por culpa de ese lobo mañoso.
-Oye, lobo estúpido ten más cuidado, me he lastimado por culpa tuya.- Habló con mi cara teñida de rojo vivo, estoy furiosa, quien diantres se cree que es para saltar sobre mi de ese modo, el lobo se transforma a su forma humana dejando ver a un hermoso espécimen, ahora mismo mi cara debe estar roja, pero no roja por el enojo, roja por la vergüenza.
-¿A quien llamas estúpido omega?.- su voz ronca hace que cada célula de mi cuerpo se erize, su voz, amo su voz. -Te he hecho una pregunta, omega.- tiene el seño fruncido y tal parece que se a enojado, poco me importa.
Miro hacia todos lado buscando a alguien inexistente y luego lo miro a el, -pues a ti menso, ¿tu ves a alguien más por aquí?.- su cara se descompuso.
-Soy tu futuro alfa y mate, no hagas que la poca paciencia que tengo se acabe, no soportaré otra falta de respeto, tonta omega.- es suficiente, lo odio, el no puede ser mi mate, me levanto y sin decir palabra alguna me marcho a paso corto y cojo, mi pierna duele como un demonio. Siento como él me levanta como a una recién casada, pasamos todo el camino en un silencio incómodo, solo cruzamos palabras cuando el pregunta dónde vivo, al llegar a casa le agradezco obteniendo por su parte un "no es nada", para luego entrar a casa, ducharme, comer un pequeño bocadillo y dormir en mi comoda camita, mañana será un día largo, porque si ese individuo dijo la verdad y es el futuro alfa estaré en más líos de los que ya tengo con Rebeca, pues ella lo quiere para ella y eso no lo permitiré a menos que el me lo pida y decida romper los lazos, el corazón me duele de tan solo pensarlo, espero y sea inteligente y no alguien superficial que le hace caso a los demás.
