Soy Aly halmiton, soy una adolescente de 16 años. Vivo en un pueblo no tan pequeño que está ubicado en medio del bosque mis padres son Ector halmiton y Amanda halmiton, ellos son los mejores padres, me ayudan mucho y están siempre al pendiente de mi...
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Al día siguiente me levanto de mi cómoda cama, me preparo, desayuno y parto para el instituto al llegar solo se escuchan murmullos, "el próximo alfa volvió", "se come solito", "qué ardiente que es", "lo voy a llevar a mi cama" y demás comentarios que hacen qué la sangre me hierba de tan solo pensarlo, él es Mío y solo Mío, unas ganas de gritarle a las malditas perras pero me aguanto no quiero ser el centro de atención ,si él me ama estoy segura que no me será fiel.
Llegó al salón y hay mucha gente alrededor de alguien me acerco lentamente, solo por curiosidad y siento el típico olor qué me alerta que mi mate está cerca, mientras me voy acercando más al círculo de personas el olor se intensifica y ahí está el entremedio de todas esas personas con la bruja de Rebeca sentada en sus piernas, demonios la quiero matar solo pienso en como su cuerpo estaría todo ensangrentado y muerto por mis propias garras retengo a mi loba que quiere salir y marcar territorio.
—Llegó el bufón de este salon.— dice Rebeca mirándome haciendo que todas las miradas sé posen en mí, me siento incómoda pues odio que me observen Rebeca se baja de las faldas de MI mate y viene hasta mi. —Pobre de el que tengas por mate, sí eres solo una débil Omega, yo tengo más poder que tú, soy de rango delta osea que soy superior a ti y tú eres de rango bajo lo que te convierte en nuestra sirvienta ¿a que no es así chicos?.— a lo que todos contestan con un "sí", tengo unas ganas de decirles que yo soy superior a todos ellos pero no, yo no soy así y tampoco me rebajaría a su nivel.
Veo a mi mate que me ve con desprecio desde su lugar, mis ojos se llenan de lágrimas, es triste, me entristece que me vea de esa forma, siento como una mano impacta contra mi mejilla haciendome caer por la fuerza de esta, gimo de dolor, observó a Rebeca que me ve con una sonrisa de satisfacción.
—¿Que no escuchas cuando te hablan?, además de débil sorda, ahora solo falta que seas muda.— Suelta una risa chillona que me irrita a tal punto de tener que taparme los oídos.
—Levántate.— ordena una voz profunda, la voz de mi mate, —He dicho que te levantes.— Me he quedado en shock, mi cuerpo no responde a las órdenes de mi cerebro —Rebeca tiene razon, no vales nada, eres débil y no mereces ser la futura luna de esta manada.— Termina de hablar él, muchas personas se quedan sorprendidas por su confecion, ahora saben que el es mi mate, pero me doy cuánta de sus palabras y me quedo en blanco, el no haría algo haci cierto, no me rechazaría.
—No, por favor.— suplico en un susurro, pero se que ya es tarde cuando su exposición se endurece.
—Yo Callum Brennan, futuro alfa te rechazó a ti Aly halmiton cómo mi mate y luna de esta manada.— El me rechazó, mis ojos derraman lágrimas como cascadas mientras siento que mi corazón se rompe en mil pedazos y mi loba aulla de dolor, el nos rechazó el me rechazó, el no se merece ni una lágrima mía como puedo y con la poca fuerza que me queda me levanto, limpio mis lágrimas con el dorzo de mi mano, y lo miro con todo el odio que le tengo, veo en su mirada un atisbo de tristeza y miedo, voy a aceptar su rechazó pues el no me merece, yo merezco algo mejor, me mira con ojos suplicantes, una mirada que lo dice todo y que yo ignoro.
—Yo Aly halmiton.— Empiezo despacio, quiero que sienta lo que yo, —acepto tu rechazó como tú mate y luna de esta manada.— Sus ojos se ponen rojos y no tarda mucho en terminar arrodillado en el suelo con las manos en el pecho.
Y sin más me voy, voy a casa donde me refugio en lo obscuro de mi habitación, lloro, lloro mucho, me duele, pero hay que seguir ya no puedo hacer nada, nuestros lazos fueron rotos ya no hay vuelta atrás.
