capitulo 9(la sorpresa)

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Después del desayuno, subimos a mi cuarto a cambiarnos para así poder salir a la calle, busque algo simple para mí que consiste en un vestido veraniego suelto tres dedos por encima de la rodilla y unas sandalias bajas, para amaría también encontré...

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Después del desayuno, subimos a mi cuarto a cambiarnos para así poder salir a la calle, busque algo simple para mí que consiste en un vestido veraniego suelto tres dedos por encima de la rodilla y unas sandalias bajas, para amaría también encontré un vestido, que utilizaba yo de pequeña, la peine y le puse un listón color rosa por lo que me comentó su color favorito.

Salimos rumbo a la casa hogar en el trayecto charlamos de cosas que nos gustarían tener por ejemplo ella quiere una muñeca que vio en una tienda y yo quiero algo que ni con todo el dinero del mundo, quiero otro mate, se lo he pedido todas las noches a la diosa luna le he pedido que me dé una segunda oportunidad para amar y ojalá allá escuchado mis plegarias, quiero a alguien que me ame mucho, a alguien especial no me importa su es de rango Omega yo lo voy a amar y mucho, no me interesa que tenga dinero entre los dos nos arreglaremos yo daría todo por tener a alguien igual que a mi padre a mi lado.

—Llegamos al infierno.—dice amaría, lo cual me causa un poco de gracia pero no lo demuestro.

—Vamos, adentremonos tengo una sorpresa para ti.— Al decir la palabra sorpresa a ella se le ilumina la mirada.

—Una sorpresa, ¿de enserio?.— pregunta entusiasmada, asiento con la cabeza.

Nos adentramos a la casa hogar donde encontramos a una señora, ella nos indica el camino hacia el despacho de la encargada de este lugar, al entrar nos encontramos con una mujer hermosa a decir verdad el lugar en si es acogedor.

—Hola.— saludo a la señora.

—Hola, que la trae por aquí señorita?.—pregunta la señora.

—Quería saber si puedo adoptar.— ella me regala una sonrisa.

—Dime tu nombré completo.— dice y se planea mirar una computadora, le digo lo que me pidió —si, puedes adoptar, tienes casa estable, bienes de una buena familia y estás en último año, tus padres declaran acá que te dan permiso para hacer una adopción.—le sonrió de vuelta, —solo tienes que firmar unos papeles.— Me hacerco al escritorio y firmo los papeles que ella me da los cuales indican que el/la niña/o es legalmente mío, pensé que sería más difícil.

—Ahora pásemos a la sala y me dices a cual quieres.—no se pero siento que ella quiere librarse de cuántos niños pueda.

—No hace falta, yo ya se a quien quiero.— Ella me mira sorprendida.

—Dime cariño a quien quieres haci mando a que lo busquen.— Responde ella.

—Quiero a amaría.— Al escuchar su nombre pone una cara de asco que me hizo enojar.

—¿Segura?, esa niña es un desprecio, es muy caprichosa y mala, es una niña corrupta.— lo dice con tanto desprecio que me dan ganas de arrancarle la cabeza por hablar de esa manera de mi niña.

—Segurísima señora.— La miro con desprecio, asco y superioridad lo cula no pasa desapercibido para ella.

—Tara.— Llama a una chica que estaba al lado de la puerta.
—Busca al engendro y tráelo, fue adoptado, por fin nos liberaremos de esa falla.— Le habla, la tal Tara asiente y se retira a buscar a mi niña —espero que no quieras devolverla porque ten por seguro que no la aceptaré de vuelta.—

—Ten por seguro que ella no volverá a este infierno lleno de perras rabiosas cómo usted.— a amaria cuando la traen se ve sorprendida, agarro su pequeña mochila y le digo que es hora de ir a su nueva casa, ella me abraza y llora en agradecimiento, juro que la voy a amar como nunca he amado a nadie.

 
Gracias por leer, besitos 😘

El me rechazó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora