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[Seungmin]

Podría ser una fiesta de despedida, pero realmente no se diferenciaba en nada a las que solíamos celebrar cada fin de semana en la casa de mi mejor amigo. Lo único destacable fue que el entrar todos dejaron de lado lo que estuvieran haciendo, besando o bebiendo, y se giraron hacia mí, gritando "SORPRESAAAAA" con excesiva emoción. Además que de sorpresa no tenía nada ya que la música se oía desde tres casas más abajo, pero bueno, supongo que lo importante era la intención.

— Joder, cuando dijeron que iba a venir todo el mundo, realmente no creí que lo fueran a hacer. –intervino mi amigo, rellenando mi bebida. Minutos antes también estábamos con Felix, pero desapareció al ver entrar a su novio por la puerta. – No quiero ni pensar cómo recogeré este desastre.

— A mi no me mires –respondí de inmediato al notar como intentaba camelarme para que le ayudara con la limpieza. Ni en broma iba a ponerme a recoger una fiesta que ni siquiera disfrutaba, porque la verdad es que no estaba de humor, y por mucho que Minho intentara cambiar eso, mi estado de ánimo era el mismo que el que me dejó la escena con Jeongin en su casa, pésimo. – ¿Invitaste a todos?

— Claro idiota, ni siquiera es necesario estar invitado.

— ¿Pero se lo comentaste a todo el mundo? –volví a insistir, teniendo un solo nombre en mi mente mientras formulaba esa pregunta. El pelinegro me miró con desconcierto durante unos segundos hasta que terminó por comprender a lo que yo me refería, poniendo una mueca de desagrado al instante.

— Creo que Jisung me dijo que se lo comentaría, pero de todas formas no creo que venga. –me explicó, ahora hablando de la misma persona que yo pensaba, Jeongin. Después de comentarle lo sucedido me dijo que hacía bien en marcharme una temporada, que lo mejor sería tener a ese niño alejado un tiempo de mí, y quizás tenía razón.

— Oh, está bien, no importa –respondí dándole un trago a mi bebida y finalizando el tema, aparentando que no me importaba lo más mínimo el poder ver a mi pelinegro antes de irme.

Casi media hora después apareció Jisung, y efectivamente, tal y como había dicho su novio, vino sin acompañante. Jamás me sentí tan decepcionado como en ese momento, pues aunque me costara aceptarlo, seguía teniendo la esperanza de verlo aparecer por la puerta con esa sonrisa suya que tanto me gustaba.

Pero no lo hizo.

Pasó casi una hora y no apareció en ningún momento.

Ni siquiera escuchaba la música o saboreaba las bebidas que caían en mis manos, solo me dedicaba a mirar un punto fijo en la entrada, aferrándome a esa ilusión de verle, de que viniera a por mí, de que me perdonara.

— ¡SEUNGMINNIE! – La ardilla con peor soporte al alcohol de la fiesta, vino corriendo y se lanzó sobre mí, haciendo que rebotáramos casi todo el grupo que estábamos sentados en el sofá. Solté un taco al notar como golpeaba cierta zona bastante sensible y le fulminé con la mirada, cosa inútil, ya que Jisung borracho pasaba absolutamente de todo. – ¡Seungminnie, Lino no me deja hacer pipí!

— ¿Eh?

— ¡Eso, no es cierto, ven aquí! –y como no, tuvo que aparecer el novio corriendo tras el castaño, casi desesperado por tener que controlarle. – ¡Solo te dije que no podías mear en la maceta de mis padres!

— ¡ME HAGO PIIIIIIIIIIIS! –gritó revolviéndose encima de mí y poniendo un puchero. Yo suspiré y de un empujón me lo quité del regazo, tirándole al suelo. Cuando se percató de su nueva posición, me observó y señaló con el dedo desde abajo, poniéndose rápido en pie y escondiéndose tras la espalda de su novio. – ¡Lino, el enano me ha pegado!

— ¿Cómo me has llama-

— ¡AHHHHHH, AYUDA! –Echó a correr por la casa totalmente aterrorizado, haciendo que nuevamente su novio tuviera que andar tras él para controlarle. Definitivamente Jisung y el alcohol no encajaban para nada bien.

Sonreí por primera vez desde que llegué a la fiesta, dejando de prestar atención a la puerta de entrada, apoyándome nuevamente en el sofá y disfrutando de la escena que daban mis dos amigos. Comenzaba a divertirme, aunque fuera a costa del sufrimiento de otros, cuando sentí como me llamaban dando unos pequeños toques en mi hombro. Suspiré con pesadez, dando por supuesto que sería otra chica o chico –sí, después de que Amber nos pillará, se había corrido rápidamente la noticia de que me iban los chicos, cosa bastante estúpida ya que el único que me excitaba en el mundo en estos momentos era Jeongin, ni siquiera un par de pechos le superaban – y me giré para recharle o rechazarla, según se diera el caso.

— Seungmin...

— Qué mierda quieres ahora, Jeongin –solté por inercia a ver al pelinegro.

"ESPERA ESPERA ESPERA...

¿ES JEONGIN?

"¡ES JEONGIN, ES ÉL!"

—...

— ¿innie?

— ¿Podemos salir un momento afuera? –Agachó la vista, mordiendo nerviosamente su labio inferior antes de proseguir con sus palabras. – Qu-quiero hablar contigo...

Descubierto- SEUNGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora