Extras (1/7)

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[Seungmin]

Dos meses llevaba en este maldito infierno.

"Exagerado"

Vale, quizás no era un infierno, pero se sentía como tal por el simple hecho de no poder ver a Jeongin. Todos los días, nada más terminar mis clases, subía a mi cuarto –individual, por cierto, y gracias a Dios – y esperaba a que él llegara de las suyas para hacer video llamada. Siempre que aparecía con esa sonrisita suya en la pantalla de mi portátil, inconscientemente terminaba sonriendo yo también, me era imposible esconder la felicidad que me proporcionaba ese mocoso.

"Quedan un mes y tres días para verle"

Sí, ese era el tiempo exacto que faltaba para poder reencontrarme con él, pues para mi desgracia, no había podido escaparme en ningún fin de semana. Al parecer estaban prohibidas las salidas a excepción de que te recogieran tus padres en dirección, y como era obvio, los míos no iban a venir, aunque si era verdad que mi madre me llamaba frecuentemente para ver que tal me iba en la escuela.

De hecho ahora mismo acababa de hablar con ella y me había informado de que intentaría conseguir un permiso para salir aunque fuera a los alrededores del internado en los fines de semana.

Y eso, muy a mi pesar, sabía que era tentar al peligro. Tenía claro que a la mínima que me dejaran poner un pie fuera de aquí, iría directo a ver a mi pelinegro aunque perdiera todo el curso en el camino. Incluso ahora, caminando por el campus, no podía dejar de pensar en miles de formas diferentes para salir de aquí.

— ¡Kim! –una voz me llamó a lo lejos. Era un chico del campus, creo que compartía varias clases con él, aunque no lograba recordar su nombre. – Hay un chico buscándote en la entrada.

— ¿Eh? –fruncí el ceño confundido pero no pedí explicaciones, después de todo era sábado, no podía salir del centro y tampoco tenía nada mejor que hacer, así que esa inesperada y probablemente equivocada visita, era mi mejor opción para pasar el rato. – Gracias por avisarme... –dejé su nombre en el aire, más que nada porque no me lo sabía.

— Jin –respondió suspirando.

— Jin –repetí por inercia, antes de sonreír educadamente y marcharme a paso lento.

A medida que caminaba iba creando pequeñas suposiciones de quien podría ser, obviamente en caso de que no se hubieran confundido de persona, cosa bastante probable teniendo en cuenta las mínimas, por no decir inexistentes, opciones de personas que podrían pasar a visitarme.

Y cierto, no podía decir inexistentes, porque los enormes ojos negros que miraban con desconcierto a su alrededor, buscando algo, o mejor dicho, a alguien, me rompieron cualquier teoría.

— Innie...

Primero me quedé estático, incapaz de dar un paso, asimilando la perfecta imagen que se mostraba ante mí. Llevaba una maleta en su mano izquierda y aún llevaba puesto el uniforme de mi antiguo colegio. Sus labios estaban entreabiertos, y tenía la mirada paseándose nerviosamente por todas las personas que cruzaban en salón principal. Se veía igual de tierno que lo recordaba.

Nada más reaccionar, fui corriendo, pillándole por sorpresa y asustándole, pero ni siquiera le di tiempo a que me insultara por el inesperado asalto, pues fui directo a sus labios, abrazándole y besándole de la única forma que podía expresar en este momento, haciéndole saber todo lo que le había extrañado. Ni siquiera me molestaba que nos mirasen, que susurraran a mi alrededor, para mí ahora todos los demás no existían.

— A-ah, Seungmin, me a-asfixias... –se quejó con vergüenza cuando liberé sus labios, apartándose unos centímetros pero sin soltar el extremo de mi jersey, el cual había terminado agarrando durante el beso. Me quedé mirándole con una sonrisa de idiota en la cara, de enamorado, y lo mejor de todo fue que me la correspondió. – Sorpresa –añadió finalmente, destacando ese particular brillo en sus ojos.

Descubierto- SEUNGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora